CAPITULO 50

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  Mis ojos pesaban terriblemente y al abrirlos, la luz me encandilo completamente haciendo arder mis ojos. Me encontraba en otra habitación, arropada en otras sabanas y al recordar lo de anoche, mi corazón comenzó a latir rápidamente, y unas ganas me dieron de reír y llorar, pero no era por alegría o tristeza, simplemente eran síntomas de confusión y caray, me encontraba súper confundida.
Intente mover mis piernas y el edredón pesaba mucho para ellas, me dolían y no quise sacar conclusiones el por qué, me dolía la cabeza como para pensar otra cosa más. Camine lentamente hacia la puerta y para cuando voltee a ver el colchón, vi una gran mancha de sangre, fruncí el ceño al ver aquello y al caer en cuenta, mi corazón comenzó a latir rápidamente, ¿Me había bajado ya?, que yo sepa me faltaba mucho todavía.
Mis manos temblaban, ¿Qué iba hacer?, tome las sabanas y las enrolle entre sí para que no se viera el pequeño accidente que había pasado, ignore mis dolores y corrí hacia el sótano donde llene la lavadora con agua suficiente, le eche jabón en polvo y cloro para blanquear la ropa y al final metí el inmenso edredón, coloque en marcha el motor y subí nuevamente hacia la habitación, debía de buscar otras sabanas iguales para que nadie sospeche algo pero antes fui a lavarme y a cambiarme la ropa para también agruparla con lo demás en el mismo lavado y para cuando termine, tome un edredón del mismo color, supuse que Malik no detallaría.
Al terminar de colocar todo en orden decidí salir y dirigirme al sótano nuevamente para ver como se encontraba el edredón, lo más seguro era que ya habían terminado los minutos del lavado, toque la manija de la puerta y para cuando la abrí, estaba casualmente de las casualidades de la vida, por así joder, el bendito señor Malik, este al ver que se abrió la puerta me miro sorprendido, ok, mi alma ya no estaba.
Ninguno de los dos quiso decir una palabra, así que pase por un lado y escape de allí, este hombre a quien yo tanto apodaba de bestia, me sacaba el aire por completo, me colocaba nerviosa y aun tenía el descaro que sin decirme nada me hacia quedarme en una estatura chica pero no, no quería aceptar la verdad, el no me gustaba, el es mi peor pesadilla y mientras, lo debo alejar de mi por mi propio bien.

[*...]

Cuando termine de secar bien el edredón y mi ropa recién lavada, la doble y las metí en el respectivo closet, no me había topado con Jenny ya que ella se había pasado todo el día en la cocina, y para cuando fui a verla la encontré terminando de ordenar los platos en la vitrina correspondiente—hola—le salude y cuando me vio, sonrió de lado—hola, ¿Cómo te encuentras?—sonaron los platos al unirlos haciendo un sonido algo fastidioso—mucho mejor—y no, no era verdad, me sentía fatal y vaya que me arrepiento de haberme bebido aquellas pequeñas copas de alcohol como las tome, solo tenía sed y a pesar de todo, seguí tomando aquel liquido. Por eso termine como estoy, con resaca—ayer quería pasar por tu habitación para ver como estabas pero decidí que no, había mucho silencio, vaya que estabas rendida—comento y por un momento escuche su ironía, no sabía si sospechaba o sabía lo que había hecho ayer o simplemente se sentía cansada— ¿estás bien Jenny? Te encuentro algo rara—pregunte con un cierto tono de nerviosismo  

SUBASTADA. (ZAYN MALIK) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora