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박동

Ψ

Lo único que YoonGi sentía eran los enormes puños de Taehyung impactando contra su rostro. Tenía la esperanza de que Lisa lo defendiera o al menos que hiciera que el alien dejara de golpearlo, pero no. No fue sino hasta que pudo atinarle un par de golpes al chico que la tailandesa grito que se detuviera. Cuando finalmente Jungkook escuchó el escándalo y los separó, YoonGi pudo comparar el aspecto de ambos. Tenía el ojo izquierdo hinchado, la ceja derecha rota y la nariz le sangraba a mares. El alien, mientras tanto, tenía un moretón en la mandíbula, el labio superior agrietado y la piel de los nudillos abierta por tantos golpes que le había dado. Los golpes del chico no eran anda en comparación con los suyos, aún así fue a él a quien Lisa acurrucó contra su pecho y acarició tiernamente mientras lo miraba a él con el ceño fruncido y la ira destellando por sus grandes ojos. Era como si él, YoonGi, hubiese iniciado la pelea.

Por su parte Jungkook llevó a Suga hasta su habitación y lo recostó en la cama mientras buscaba el botiquín del baño. Al regresar vio al chico tumbado con el pecho descubierto. Fue inevitable para él no posar la vista en sus abdominales levemente marcados, sus clavículas, sus pectorales, la manera en que su pecho subía y bajaba al compás de su respiración. De repente sintió que sus mejillas se enrojecían y apartó la mirada del chico.

YoonGi sonrió al notar la mirada y la vergüenza de Jungkook. Estaba claro que él ejercía un gran efecto en él, así que ¿por qué no divertirse un rato con él?

Se sentó en la cama junto a Jungkook y lo observó fijamente, espero con paciencia a que el chico curara cada una de sus heridas y, al acabar, lo miró a los ojos y le sonrió seductoramente. Él apartó la mirada y se sonrojo por impulso, tomó su barbilla, la levantó y volvió a mirarlo fijamente. Acortó la distancia entre ellos sin despejar la mirada de sus labios. El menor estaba inmóvil, hipnotizado ante él, en ese instante se dio cuenta de que él no lo apartaría.

No sabía si era la rabia y los celos que sentía por lo ocurrido con Lalisa o simplemente el impulso del momento, pero eliminó la poca distancia que había entre ambos y chocó sus labios con los de él. No pasó mucho antes de que ese simple toque se convirtiera en un beso apasionado y lujurioso. YoonGi sujetaba las mejillas de Jungkook y éste se aferraba con fuerza a su camiseta. Los labios de ambos chocaban y sus lenguas se enredaban mientras los pantalones les apretaban al sentirse tan excitados.

-Jungkookie...- jadeó Suga, el chico lo observó con la mirada nublada -¿Alguna vez has tenido un Daddy?- el menor negó con la cabeza –Pues ahora lo tienes.

Kook se inclinó para volver a besarlo pero él se levantó y caminó hacia la puerta para colocar el seguro y volver con paso seductor hacia él.

-Suga... Yo... Jimin, nosotros...- murmuró mientras el mayor besaba su cuello y acariciaba su abdomen con una mano e introducía otra en sus pantalones para tocarlo por encima del bóxer.

-Tranquilo, pequeño... nadie tiene que enterarse, esto es entre tú y o- se apartó de su cuello y lo miró con deseo y excitación. El menor notó que sus pupilas estaban dilatadas y sus mejillas sonrosadas –Complace a tu Daddy, conejito.

Y con esas palabras Jungkook perdió el control definitivamente. Se levantó de la cama, se sacó la camiseta, le quitó la suya a YoonGi y lo lanzó a la cama para colocarse a ahorcadas sobre él. Desabrochó su cinturón y tiró sus pantalones hacia abajo junto con su ropa interior. Tomó su miembro con la mano y lo meneó varias veces antes de llevárselo a al boca.

-Ahh, Kookie, ahh- Tomó la erección de Yoongi entre sus manos y lo masturbó para luego llevárselo de nuevo a la boca y enterrárselo hasta la garganta.

-Me encanta el sabor de tu miembro Daddy- YoonGi jadeó al ver a Jungkook mirándolo con los ojos entornados, el labio inferior brillante y con un pequeño hilito de saliva que llegaba desde la comisura de su labio hasta la punta de su pene.

–Vamos conejito, siguee... ahhh- enredó los dedos en el cabello de Kookie y se aferró a su cabeza para menearla logrando un ritmo perfecto.

Lo apartó antes de venirse y se sacó lo que le quedaba de ropa para sacar un condón de su mesa de noche y colocárselo bajo la mirada del menor quien, por su parte, se sacó la ropa y, al ver que Suga no tenía ningún tipo de lubricante, tomó la vaselina del botiquín y se lubricó la entrada él mismo para después sentarse sobre su erección.

-Mierda- jadeó al sentirse completamente lleno.

-Vamos, conejito, muévete- YoonGi le dio un suave azote en el culo y él comenzó a subir y bajar de él rápidamente.

-Ahh, YoonGi Oppaaa- comenzó a gemir. Por su parte, el mayor se levantó sin separarse de él y los volteó quedando Jungkook en cuatro sobre la cama, lo penetró con fuerza y lo miró burlón:

-Dos cosas. La primera: no me gusta que me monten- lo penetró todavía más fuerte –La segunda: no soy YoonGi-Oppa, a partir de ahora para ti soy Daddy ¿entendido?- el chico asintió mientras se mordía el labio para no gemir. –Una cosa extra: si sigues reprimiendo tus gemidos, te dejo de follar, en pocas palabras, Daddy quiere oírte gemir, conejito.

-Argh... Sugaa... Daddy- soltó con los ojos cerrados y el cabello húmedo por el sudor casi tapándole los ojos. El mayor cerró los ojos extasiado y con una mano procedió a acariciar el pene del chico al mismo tiempo que entraba y salía de él.

Finalmente ambos se corrieron y cayeron exhaustos sobre la cama. Yoongi tomó a Jungkook por los hombros y lo recostó en su pecho para acariciarle el cabello y la espalda con los dedos vendados.

-Tengo que vestirme, tengo sueño, no puedo quedarme aquí- bostezó. Ambos estaban cansados y sudorosos.

-¿Por qué? La puerta tiene seguro, nadie va a entrar, además, no creo que nos extrañen por un rato- se sorprendió a sí mismo dándole un beso en la frente a Jungkook, quien se quedó profundamente dormido sintiendo las caricias de su, ahora, Daddy.

Esa fue la primera vez que Jeon Jungkook le fue infiel a su amor infinito con Park Jimin.

|...|

-¿Ese chico es el problema?- preguntó ChaeRin irritada.

-Sí, parece que son novios o algo, no lo sé. Pero estaba a punto de besarla y él llegó y lo arruinó todo, ella se puso de su lado además.

-Muy bien, ese chico va a ser historia- aseguró -. Me encargaré de eliminar a cualquiera que se interponga, sin importar quién sea. Dime su nombre.

-Kim Tae Hyung.

-Ya está, me desharé de él en un par de día. Desde ahora ya puedes considerarlo borrado del mapa- y sin más colgó la llamada.

Molesta y celosa, Lee Chae Rin, mejor conocida como CL o "La Bestia", lanzó la puerta de su despacho y salió hecha una furia hasta su habitación. Allí, abrió su armario privado y observó tranquilamente todos los juguetes sexuales que tenía perfectamente ordenados y clasificados.

Consoladores. Vibradores. Tapones anales. Pinzas para pezones. Látigos. Esposas. Fustas. Conjuntos de lencería de distintos tipos y disfraces de colegiala. Miles de cosas que ya había utilizado en otra chicas (y chicos aunque en menor cantidad), y que deseaba utilizar en la tailandesa. Soñaba con tener a esa castaña tumbada en su cama, con las manos esposadas en la espalda, un pinza en cada pezón, un vibrador y un tapón en cada entrada y gimiendo desesperadamente mientras ella le azotaba el culo hasta dejárselo completamente rojo y sensible. Se excitaba de tan solo pensarlo.

No importaba lo que tuviese que hacer ni las personas a las que tendría que borrar del mapa. Esa tailandesa sería suya tarde o temprano por las buenas o por las malas.

Serial Killer || YoonLiceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora