Amelia
Mi mamá decía que el universo siempre encuentra una manera de mantenerte a flote pero al parecer eso nunca sucede conmigo, el universo me aplasta segundo tras segundo, me arrastra hasta el centro de un agujero negro de preocupaciones y dolores de cabeza.
Desde hace mas de dos años mi vida ha dado un giro horroroso y mas que doloroso, me gradué en eso de los veintidós, dos años después mi padrastro asesinó a mi madre y a las dos semanas mi hermana es diagnosticada con Leucemia mieloide aguda, perdemos casi todo el patrimonio de mi familia y bueno, yo me hago cargo de todo lo que puedo hasta que me este ahogando ahora.
Yo no conozco a mi padre, mi mamá nunca me dijo quien es, solo se que es español y su nombre es Álvaro y aunque ella fue más que una madre para mi, sé que mi papá también era necesario y aun lo es.
Observo como Laura termina su Brownie en un Starbucks del centro comercial y luego va a por su batida achocolatada, es tan hermosa y sonriente que me aterra cuando se siente mal.
- ¿Como van las clases de piano?.- Pregunto y ella sonríe, es una buenaza para la música.
- La maestra me dijo que también debería educar la voz.- Asiento en acuerdo.- Mis compañeros son muy lindos conmigo.
Estoy por decir algo cuando una voz chillona suena a mi espalda.
- ¡Amelia! ¡Lala!.- Me giro para ver a la pequeña que hace un par de semanas atendí en el hospital junto a su papá, ¡Vaya si es guapo!.
- Hola muñeca.- Le regalo un beso cuando se acerca de la mano de su papá.- Buenos días Sr. Berkshire.
¡Mierda, olvidé su nombre!.
- Silas.- Me sonríe un poco, me sonrojo.- ¿No querías un Cupcake Ava?
La pequeña asiente y sin vergüenza alguna se sienta junto a mí, su padre se disculpa con la mirada, le resto importancia con un ademán. Converso con las niñas y de vez en cuando cruzo alguna palabra con Silas, me gusta su nombre, todo es risa y broma, me agrada ver la camaradería que hacen Ava y Laura, son tan lindas.
- Yo voy al ballet.- Dice Ava con un brillo hermoso en sus ojos.
- Yo voy al piano.- Responde mi hermana rompiendo un pretzel.
Sonrío pero esa sonrisa se esfuma cuando veo que mi hermana se pone pálida como el papel y una gota de sudor corre por su frente, ¡No otra vez!
- Amelia.- Balbucea mi hermana con la respiración entrecortada, sus ojos se llenan de lágrimas.- No p-pue-do
Miro a Silas y sucede lo que a un médico nunca debería pasarle, entro en pánico y gracias a Dios, unos segundos después me recupero.
- Necesito una ambulancia.- Saco un inhalador de mi bolsa y se lo pongo.- Tengo que llevarla al hospital.
Silas la toma en sus brazos y yo a Ava de la mano, salimos a todo galope del centro comercial, mi pecho duele, estoy asustada y Silas conduce como loco, mi hermana apoya su cabeza y su torso en mi cuerpo y yo acaricio su cabello escaso, aviso al hospital que voy para allá y luego me centro en mi hermana y ruego a todas las divinidades del universo que todo esté bien.
- Ya pasará cariño.- Murmuro con toda la intención de llorar pero sin poder permitírmelo.- Estamos llegando cielo.
Y así, diez minutos después llegamos al hospital, Silas la toma en brazos otra vez y yo me apresuro con Ava a urgencias.
- Dora pide a Smith y a Piest que vengan por favor.- Dora asiente y vuelvo otra vez hasta donde veo a Silas junto a Ava.
- ¡Pierce!.- Me giro para ver a Leslie.- ¿Que sucede?
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Amelia; anoche soñé contigo
RomanceElla tiene un agujero negro de problemas arrastrandola sin piedad. El puede ser su salvación. ¿La condición? - Cásate conmigo.