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 —Buenas tardes, señor Styles.  

Es lo que digo cuando llego a su casa. Él sonríe como siempre y me deja pasar. Cuando ya estoy en la sala, me quedo de pie esperando sus instrucciones pero no lo veo por ningún lado, entonces decido sentarme y esperarlo.

Quisiera preguntarle la razón por la cual no va a seguir dándome clases, y es que aún no lo sé. Estar en este lugar, me hace bien. Algunas personas odiarían ir a clases de redacción y escritura, después de pasar más de medio día en la escuela pero para mi, era una espacio de liberación, ademas de que amaba escribir. 

—Kimberly, disculpa.

Es lo que escucho mientras camina en mi dirección.

—Estaba atendiendo una llamada muy importante.

—¿Tiene que ver con que no va a seguir siendo mi profesor?—le suelto y cuando termino de decirlo, no me lo creo. 

¡Mierda!

Él apenas cree lo que acaba de escuchar y yo solo quiero salir corriendo de su casa. ¿Que clase de pregunta era aquella y con que derecho se la había formulado?

—Kimberly.

Antes de que pueda decir algo, interrumpo: —Profesor Styles, lo siento. No era mi intención hacerlo sentir incómodo con mi pregunta, solo no he medido mis palabras para con usted, pero no crea que tiene algún tipo de obligación en responderme. 

Todo lo anterior lo digo tan rápido que creo que no ha entendido.

—Está bien, señorita Parker. —me da una de esas sonrisas perfectas, con la que podría curar a un enfermo —Si, si tiene que ver con que no voy a hacer más su profesor pero no creo que pueda revelar los detalles de aquella llamada.

—Lo comprendo. 

Suspiro y me dispongo a sacar mi libreta, bolígrafo y computadora. Hoy es de esos días en que mis escritos los traspaso y luego envío al señor Styles para las correcciones.

—Para el día de hoy tengo pensado hacer algo diferente—menciona mientras escribe sobre el tablero que yace en un rincón de su sala y siempre utiliza—hoy vamos a tratar de un tema que despierta sus pasiones, emociones ... quiero que hablemos sobre aquello que desea, señorita Parker.

Termina de escribir en el tablero y desde ese lugar me observa.

—¿Lo que deseo? —replico.

—Si, lo que desea. Todos en esta vida, deseamos algo ... imposible o no; pero lo queremos con todas nuestras fuerzas aunque tengamos todo en contra, es esa necesidad incontrolable de poseer algo que a veces nos hace imaginar, soñar con ella como medio para decantar lo mucho que anhelamos eso. ¿Está usted de acuerdo?

Trago en seco. 

—Profesor Styles, yo ... 

Yo lo deseo.  

—Y entonces, Kimberly Parker. ¿Que es lo que usted desea?

Lo deseo a usted, señor Styles. 

Es usted eso que siempre he deseado pero parece imposible de alcanzar. Usted es esa necesidad que no he podido saciar, que esta latente y siempre presente. Usted es ese deseo silencioso y persistente que llevo dentro de mi desde que lo conocí. Si tan solo pudiera decírselo, pero no puedo.

—Deseo ... deseo, ¿puedo usar el baño, profesor Styles?

Es lo que se me ocurre para deshacerme de esta vergüenza que me embarga y me bloquea por completo.

Nunca iba a poder hacerlo, jamás.





***  

  —Buenas noches, mamá. ¿La cena está lista?

Camino hasta la cocina y mis fosas nasales se llenan del aroma de un exquisito guiso. Mi madre está en la pequeña isla ubicada en el centro donde terminar de rebanar pan y tiene una botella de vino con copas. 

—Si, cariño. 

Abro la nevera y tomo una botella de agua pero antes de que pueda beberla, ella llama mi atención.

—¡Kimberly Parker, por Dios!

—¿Qué sucede, mamá?

—¿Qué haces así, por qué no estas vestida?—dice y suelta el cuchillo con el que rebanaba el pan, tomándome del brazo junto con mi mochila y sacándome de la cocina—Por favor, ve y date un baño, vístete y te espero en media hora. 

—¿De que hablas?, no entiendo nada.

—Kimberly, esta noche vendrá el profesor Styles.




n/a; ¿les gusta la historia? <3

Cuando no estás | one shot » h.sOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz