natsu

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(jeongmo) : verano

— ¡Jeongyeon!

La rubia despierta ante el llamado de una voz conocida.

— ¿Qué hay? — responde entre un bostezo. Con el clima húmedo que había era inevitable caer dormida.

Momo se sienta a su lado y le sonríe de oreja a oreja y a continuación se acuesta justo a su lado.

— Tu madre sigue cuidando de sus plantas de cacao— Jeongyeon asiente ante la afirmación y observa como Momo mantiene su mirada en el patio de su casa.

Un brisa de aire llega súbitamente.

—¡ Ven! — la rubia se levanta del piso, en donde estaba acostada y toma la mano de Momo para llevarla al patio. — La lluvia se acerca.

En efecto, el olor a petricor empezaba a inundar sus sentidos y las nubes grises se empezaban a arremolinar en la cima de las montañas que las rodeaban.

— Hay que jugar en la lluvia - Le dice Momo a la rubia, mirándola a los ojos, que brillaban como las estrellas.

Jeongyeon asiente y en ese mismo instante la lluvia llega sin más.

—¡ SI! - gritan ambas al mismo tiempo. Se miran entre ellas y ríen. Sus pies se llenan de lodo y su ropa y pelo se empapan, pero no les importa. Solo importan ellas.

Bailan, juegan, corren y se deslizan entre la lluvia y el lodo, entre las plantas y los charcos.

Solo son ellas dos y la lluvia.

Y se percatan de eso.

Se miran por un momento, sus rostros se acercan lentamente, se toman de los hombros y conectan sus labios. El sabor lluvia y a tierra mojada las conecta.

Se separan del beso y Jeongyeon suspira:

— Increíble —la pelinegra solo sonríe tímidamente.

— Siempre había querida hacer eso—continua Momo.

— Yo igual.

Se toman en un amoroso abrazo, de los que nunca quieres salir y se besan una vez más.

Se separan y sin necesidad de palabras, Jeongyeon sigue a Momo a su habitación.


—No pode...mmos.

—¿Por qué no?

Momo se tumba sobre Jeongyeon la cama de esta. La pelinegra la observa y se muerde el labio.

— Mmm.

Ambas tienen la ropa mojada y el bra de Jeongyeon no pasa desapercibido. Momo se recuesta sobre el pecho de la rubia y escucha sus acelerados latidos. La lluvia azota contra las ventanas y el ambiente es húmedo y reconfortante.

— Estás nerviosa –afirma mientras ríe.

—Tu estás igual —afirma sonrojada la rubia.

Momo se acerca al rostro de Jeonyeon y empieza a repartir besos por todo este; sigue bajando hasta que llega a su cuello y lo lame.

—O-oye—Jeongyeon suspira y en un rápido movimiento, deja a la pelinegra bajo ella.

— Es mi turno.

Y ambas sonríen cómplices.

Y ambas sonríen cómplices

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summer

tierra mojada y besos حيث تعيش القصص. اكتشف الآن