1.- Matías Moja Bragas Fischer.

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Accidentally In Love - Counting Crows

***

Estoy sentada frente a Matías.

Y no cualquier Matías; Matías Fischer. Si no saben quien es este hombre seguramente no viven en México, cerca de México, en latinoamérica ¡ó en el mundo!, quizá si viven en China no lo conozcan, aunque, puede ser que sí porque en China, ah, perdón, me salí del tema.

Si no saben quien es Matías Fischer ya les diré, mi abuela lo ama, incluso creo que tiene alguna clase de amor platónico por él.

Matías es el hombre más rico de todo México, segundo lugar en América y quinto lugar en el mundo, así de rico es.

Se dice que es dueño de pemex y telmex, la mitad de los oxxo de México son suyos, además tiene alrededor de 200 micro empresas y algunas macro empresas. Es dueño de la distribución de converse, vans y urban en México, tiene 1 cadena de restaurantes la cual cuenta con unos 100 restaurantes alrededor del mundo y tiene una pequeña, aunque importante, porción de disney comprada, eso es todo lo que se de su vida y lo sé gracias a la abuela.

Es un hombre, aunque no muy alto, mide 1.80 aproximadamente, tiene 30 años, soltero, nunca se ha casado, ni siquiera lo ha propuesto, cabello negro un poco largo, ojos azul oscuro, parecen incluso azul marino, un poco de barba bien definida, ni rastro de bigote, cuerpo bien trabajado seguramente por el gimnasio y siempre usa traje, no importa que, siempre lo veras con traje y corbata, aunque no suele usar mucho el saco.

-Lesly -me llama con su áspera y gruesa voz.

-¿Sí? -respondo perdida en mis pensamientos.

-¿Qué quieres ordenar? -me pregunta sonriendo, esa sonrisa es muy linda, debo decir.

-Oh, ammm, filete al mojo de ajo suena bien -sonrío.

-Perfecto -llama al mesero y le dicta nuestra orden.

Ahora, la pregunta que les carcome sus cabezas, ¿qué hago yo comiendo con él?, pues verán, yo trabajo en una de sus micro empresas, es la que menos frecuenta y yo no tenía idea de que él era el dueño, lo juro.

En fin, estaba trabajando como cualquier otro día, tenía que llevar unos documentos con mi jefe directo, iba caminando tranquilamente con solo el eco de mis tacones detrás de mí y de repente no supe como, termine en el piso, los papeles estaban regados por todos lados y mi blusa tenía una gran mancha de café, me enoje tanto.

Comencé a gritar esperando que el responsable oyera, cuando me calme mire hacía arriba y la vi, se veía tan pequeña y asustada que me dio pena haberle gritado.

-Lo-lo lamento -dijo nerviosa recogiendo mis papeles.

-No, no te preocupes, perdón por gritarte, -sonreí -¿eres nueva?

-Soy la nueva asistente del dueño, yo recién entre hoy y ya hice una estupidez, ¿me van a correr cierto? -me miró triste.

-Oh, no cariño, no lo harán, tranquila.

-Yo no debí correr -dijo con los ojos cristalizados.

No, no, no, iba a llorar, odio que lloren, me levanté y la abracé.

-¿Qué esta pasando aquí? -giré mi cabeza y estaba mi jefe viéndome molesto, detrás de él estaba Matías; mi abuela se volverá loca cuando se lo cuente, pensé.

-Disculpe señor, -le dije a mi jefe -fue todo mi culpa, llevaba prisa por llevarle los papeles y no la vi, casi la tumbo.

-Que no se repita Lesly. -dijo serio -Usted señorita, vaya de nuevo por los cafés.

Matías Fischer ©Onde histórias criam vida. Descubra agora