22. Amistad

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—¿Cómo es que tienes una guitarra? —le pregunté a Tyler.

El balanceaba una guitarra de color azul oscuro en su regazo, pegando su oído a las cuerdas para afinarla.

—Papá me obligo a tomar clases de música, era la guitarra o el piano y mis hermosos deditos no fueron hechos para el piano. —le arrebaté la guitarra y tras unos giros a las clavijas, la melodía que sale por las cuerdas es perfectamente afinada.

—Ósea que ahora si puedo quemarte los dedos. —puso una falsa cara de asustado y yo me reí.

Mi decisión de no tocar la guitarra de mi madre no fue un impedimento para que Tyler me obligara a inscribirme y comenzar a practicar para show de talentos, claro que él se negaba rotundamente a decirme que planeaba para su presentación.

—Será tan buena que te caerás de culo. —me dijo en una ocasión.

De vuelta al presente Tyler me miraba a la espera de que comenzara a tocar.

—Deja de mirarme así o no lo haré. —respiro hondo y cierro los ojos.

Paso mis manos por las cuerdas hasta que me acuerdo de una canción de Michael Bublé, de las favoritas de mi padre.

Los acordes de Close Your Eyes salen de la guitarra y comienzo a cantar.

Cuando me detuve, lance una mirada a Tyler, tenía una extraña mirada que ni supe como descifrar ¿Sorpresa?

—No me gusta esa mirada en tu cara.

—¿Cuál?

—Esa, la cara de idiota que tienes justo ahora. —le aclaré riendo.

—Es la única cara que puedo tener junto a ti. —lo miré enarcando una ceja.

—¿Puedes ser un poco más original?

—Pensé que a todos les gustaba lo cliché. —me miró fijamente con su sonrisa radiante y quise golpearlo.

Sip, golpearlo por ser tan estúpidamente lindo, estúpido idiota egocéntrico ¿Qué hice para merecerte? Sin lugar a dudas tuvo que ser algo muy bueno.

—Lo cliché está bien, mientras no sea demasiado predecible.

—¿Si te beso ahora seria predecible? —inquirió acercándose.

—Ya lo creo que si —aseguré riendo.

—Entonces cierra los ojos y finge que te tomo por sorpresa porque voy a besarte.

Cerré los ojos y el beso mis mejillas, mis ojos, la punta de mi nariz y suavemente presionó sus labios en los míos.

—Tu...eres...increíble. —Dijo uniendo un besito a cada palabra—. ¿La razón de mi cara de idiota? No puedo controlar mis expresiones cuando me deslumbras con tu voz, o cuando estudias y arrugas tu nariz concentrada, o cuando digo algo estúpido y volteas tus hermosos ojos que justo ahora no puedo dejar de mirar, tan hipnotizantes que destruyen todo autocontrol que pueda tener.

Tirados en el parque donde alguna vez habíamos comido pizza sin servilletas, observe al idiota egocéntrico que tenía por novio, cuando su mirada encontró la mía me halle perdida, claro contra oscuro.

Había tanto por decirle, todo lo que en su día había ocultado sobre mi pasado. Sentía las palabras atorarse en mi garganta y cuando me arme de valor para hablar mi teléfono sonó haciéndome bufar ruidosamente.

La imagen de Sammy apareció en la pantalla, al verla, Tyler blanqueó los ojos y yo lo golpee. Ellos apenas se soportaban y era solo por mí.

—Hola.

Hasta que contestas —masculló malhumorado—. ¿Tanto tiempo te lleva bajarte de encima de Stevens?

—¡Sam! —Exclamé acalorada—. Solo ensayaba en el parque ¿Qué pasa?

Suspiro ruidosamente saturando la línea y luego soplo varias veces haciendo que apartara el celular de mi oreja, mientras tanto Tyler tocaba algo parecido a la canción de Barney, me pregunté cómo es que termine con tal par.

Ale pasa, se peleo con Jim, me llamo y digamos que no fue muy bien y...

—Y terminaron discutiendo ustedes dos —aventuré—. Déjame adivinar, le dijiste algo sobre que él no era para ella.

Estem... sip.

—Y que era una relación sin sentido.

Sip.

—Y que lo olvidara de una vez.

¿Cómo lo...?

—Intuición —dije encogiéndome de hombros sabiendo que él no podía verme—. Los conozco a ambos lo suficiente como para saber que terminaron gritándose el uno al otro como niños y luego corrieron a llamarme para que resuelva sus problemas.

—Eso explica por qué Ale acaba de llamar para preguntar si estoy contigo —argumentó Tyler mostrándome su teléfono.

—Sam te dejo, te quiero en casa en una hora, estoy harta de ustedes dos. — colgué y mire a Tyler con culpa.

—Supongo que hasta aquí el ensayo.

—¿Podemos elegir la canción más tarde?

—Te llevo a casa anda. —dijo poniéndose de pie.

—Igual ibas a llevarme. —le digo sarcástica.

—Levanta sabionda.

Me tendió la mano y la tomé, nos encaminamos a su camioneta. La punzada de culpabilidad regreso, tenía que hablar con él pronto.

En casa estuve tratando de convencer a Sammy de hablar con Ale de una vez por todas, sus sentimientos se han reprimido por tanto tiempo que la sola idea le aterrorizaba.

Sin embargo, si esto continuaba podría costarle su amistad con ella y comprometer la solidez de la nuestra.

Los valoraba demasiado como para permitir que algo así sucediera. Sam y Ale representaban para mí dos partes cruciales de mi vida; la Alison del pasado y la Alison del futuro, lo que fui y lo que soy en este momento.

La amistad era reír entre lagrimas después de compartir un recuerdo, era confiar tanto en alguien que arriesgarías cualquier cosa por ellos, la amistad era apoyarnos, tener en el otro un aliado incondicional, decir "si lo intentas, lo intentamos, si te caes nos caemos" y siempre, siempre levantarse juntos.

Llevé la mano a mi colgante con nuestras iniciales y las acaricie rememorando muchas de las cosas que habíamos vivido los tres: ASA.

—Sam, hagas lo que hagas, decidas lo que decidas; voy a estar ahí para ti, pero esto no es justo. No es justo verla sufrir cada dos por tres por chicos que no la valoran y no es justo que tengas que pasar por eso. Sé que la amas Sam, si no lo intentas te arrepentirás. Dolerá si ella no te corresponde, pero te dolerá aun mas cuando en futuro pienses ¿qué hubiera pasado si lo hubiera intentado? te matará la duda de saber si pudiste haber hecho algo diferente.

Las palabras aplicaban tanto en su situación como en la mía. Tal vez me arrepentiría si no contaba pronto a Tyler la verdad.

En medio de nuestros análisis hice prometer a Sammy que revelaría todo a Ale después del show de talentos y me hice a mi misma una promesa silenciosa de que contaría toda la verdad a Tyler.

La amistad resultaba fácil en ciertos puntos, en otros lidiar con ello era extenuante y sin dudas agotador, pero nunca me atrevería a cambiar ni un solo momento con ellos. Nuestra amistad era en esencia lo más increíble que pudo pasarme en los últimos dos años gracias a ella pude evolucionar soltar el pasado e intentar darle al mundo una nueva oportunidad.

Tu Propio ReflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora