Regla número diez: No lo presentes en tu familia si no es algo serio.
Y si lo vas a hacer. Asegurate de que realmente ambos están comprometidos en la relación. Porque si no... Vas a pasar muchos momentos de preguntas no deseadas luego de que ustedes terminen lo que sea que tengan.
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Jamás estuve tan nerviosa en mi vida como el día en que te presente a mi familia.
Luego de la primera gran decepción amorosa que tuve, me asegure de que mi familia no conozca más a las personas con las que salgo.
Hasta ahora.
Después de meses de mantener una relación contigo y haberme asegurado de que lo nuestro era estable, decidí presentarte.
Aunque mientras te miraba jugar nervioso con un papel de caramelo no sabría decir cual de los dos estaba peor. Si tú o yo.
Cenamos en casa de mis padres.
Y te pasaste toda la noche sosteniendo mi mano, la apretabas suave cuando te hablaban. Y tus ojos celestes constantemente buscaban mi mirada.
Conté exactamente las veces que te sonrojaste ante los cumplidos de mi madre. Fueron seis.
Mientras tanto yo rogaba que ni mi madre, ni mi padre hablara de más o contara alguna anécdota graciosa de mí niñez. Por suerte no fue así.
La cena fue un éxito y mientras volvíamos a mi departamento nos reímos.
Ahora sentiste los mismos nervios que yo tuve al conocer a tu familia.
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Once reglas rotas.
Short StoryMis amigas solían reírse de mis once reglas para no sufrir por amor. Luego yo me reía de ellas cuando lloraban por amor. Bien, no me reía. Pero al menos eso a mi no me pasaba... Tenía once reglas con las cuales podía estar más que bien. Hasta que ll...
