Mi príncipe [ROL PAUSADO]

Capítulo 22

M a r t e s   5   d e   e n e r o   d e   1 5 6 8

~ Samuel ~

Nunca respondí a aquellas palabras del príncipe. De hecho, no volví a abrir la boca durante mucho, mucho tiempo.

Mis días consistían en mirar a través de la ventana mientras algunas personas entraban y salían de aquella habitación. Era mucho más grande y luminosa que la mía.

No volví a hacer las tareas que habituaba, tampoco continué con las clases de escritura. Simplemente me limitaba a mirar hacia el mar que alcanzaba a ver a través de aquella ventana. Miraba los pájaros volar y deseaba convertirme en uno. Parecía divertido hacer aquellas felices piruetas en el aire.

Una noche, mientras intentaba dormir bajo la atenta mirada de Alastair, escuché que la puerta se abría. Pero no me molesté en abrir mis ojos.

—¿Cómo está? —Preguntó la voz de Christopher.

—Durmiendo, creo...

—¿Sigue sin hablar?

* Alastair *

—Ya han pasado meses, a veces me pregunto si se habrá quedado mudo de verdad.

Desde aquel día mi relación con mi hermano no era tan horrible, pero solo porque nos unía un propósito común, estar con Samuel. La mayoría de las veces no dejaba que estuviera a solas con él, solo por si acaso... Algunas de las marcas habían desaparecido, pero otras seguían ahí y al verlas mi sangre hervía de rabia, pero debía morderme el labio y mirar hacia otro lado.

+ Narrador +

Incómodo, Christopher trató de desviar el tema.

—¿Cómo está Rosalin? ¿Sois felices?

—Supongo... está bastante insoportable, pero es comprensible, los mareos y las náuseas no son bonitos. —Dijo flexionando los hombros, no dándole importancia a la pregunta.

—Comprendo... O lo haré pronto. Padre me está buscando esposa.

Giró la cabeza para verle y asintió con la cabeza.

—Eso he oído. Créeme, entiendo bien lo que debes de estar pensando ahora. Para tu suerte será alguna princesa muy sofisticada y tierna, una perfecta esposa, como quiere madre. Seguramente ni tendrá cumplido los 18.

Christopher suspiró sin saber qué más decir.

—¿Por qué madre no me dejaba jugar contigo? —Reflexionó el futuro rey en voz alta. —Yo estaba ocupado todo el día con mi preocupación para ser rey mientras tú comías pasteles con Teresa y corrías feliz por el jardín. Siempre te envidié. ¿Por qué? Es... injusto

—Me rendí intentando buscar una explicación hace muchos años. No era tan feliz como creías, ser el niño indeseado me puso las cosas difíciles. Tal vez si Teresa no estuviera allí, yo habría dado por terminado mi existencia.

Confesó el príncipe menor, mirando al suelo y sin demostrar ninguna emoción o sentimiento en sus palabras vacías.

El príncipe clavó la mirada en su hermano menor. ¿Qué quería decir con acabar con su existencia?

—¿Qué acabas de decir? —Preguntó alterado. Ni siquiera sabía por qué lo estaba. Comenzó a sentir rabia hacia su padre. Él le había inculcado aquel odio hacia su hermano con mentiras.

Alastair enseguida se dio cuenta de lo que acababa de decir y enseguida volvió a mirar hacia el niño que descansaba sobre la cama.

—No es nada, prefiero no sacar temas en los que se mencionen a nuestros padres. No les tengo especial cariño como tú. —Desvió el tema completamente y le miró. —Teresa vendrá pronto con la cena.