Capítulo 4: Recuerdos

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Capítulo 4: 

Recuerdos

Mis lágrimas se mezclan con el agua

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Mis lágrimas se mezclan con el agua. Cierro la regadera y me envuelvo en una toalla. Gotas de agua caen de mi cabello hasta el piso. Hace treinta minutos que llegué y aún no me he podido quitar ese sabor agridulce que ha surgido solo con verlo. Tengo tantos sentimientos encontrados, ira, dolor, anhelo... No estoy segura de quererlo con la misma intensidad que antes, hay demasiadas decepciones, pero sigo sintiendo algo por él. Estos dos meses han sido intensos. Me dediqué a trabajar y me obligué a levantarme y seguir sin él. No fue nada fácil, me costó mucho recordarlo y no llorar, no sentir ese vacío en el pecho. Ahora ha regresado, y quiere hablar.

A Jhosep lo conocí por medio de mi madre. Ellos trabajaban juntos en un restaurante, él era el encargado y mi madre era cocinera. Pero no fue en ese momento en que comenzamos a salir. Pasó un tiempo y comencé a trabajar en una tienda de dulce de canelas, fui encargada allí; estaba recién graduada de la universidad y mi don estaba en desarrollo y todavía no sabía exactamente qué hacer con mi vida, pero tenía que trabajar de algo, y como cosa del destino él comenzó a trabajar allí. Éramos un buen equipo de trabajo, pero un día las cosas cambiaron. Él me acorraló en la oficina y quiso besarme, lo hubiera permitido si él no hubiera tenido una relación en ese tiempo. Dejó el trabajo a los pocos meses y perdimos contacto. Nunca cruzó por mi mente que nos volviéramos a encontrar, continué con mi vida y en vez de ejercer mi carrera decidí dedicarme completamente a mi don, transcurrió alrededor de un año y medio cuando nos volvimos a encontrar. En ese momento pensé: el destino suele ser muy caprichoso. Al principio nuestra comunicación fue solo por medio de teléfono, luego salimos a la playa y las cosas sencillamente se dieron.

Ese día fue maravilloso, fue el sábado nueve de abril del 2016. Una fecha que no he podido olvidar, y quizás nunca olvidaré. Recuerdo que el día anterior me había alisado el cabello, y cuando él sugirió la playa no pude negarme. Me dije: solo iré, me sentaré en la arena y pasaremos un rato agradable, sin tener que entrar al agua. Pero me convenció en entrar al agua y terminé con mi cabello arruinado, pero en sus brazos. Un par de besos y ese fue el inicio de nuestro noviazgo. Teníamos tantos proyectos juntos, hasta formar una familia, todo estaba tan bien. Después de un año y cinco meses surgió la oportunidad de salir del país. Su familia es parte del Cabildo, él fue elegido para ir a Perú y ser un enlace entre ambos países. Quedamos en que él se iría primero por la urgencia del Cabildo, mientras yo permanecería aquí en Venezuela, en la isla. Transcurrieron seis meses, tenía todo listo para irme y me dejó con las maletas hechas, a solo doce días para nuestro aniversario número dos.

El veintiocho de marzo él simplemente terminó nuestra relación, y ahora dos meses después quiere hablar.

—Imbécil —murmuro y salgo del baño. Tomo una fuerte bocanada de aire y luego la libero al igual que mis pensamientos.

No puedo permitir que esto me afecte de nuevo, se supone que ya lo he superado. Además, hay cosas más importantes en las que pensar, como el lío en el que se ha metido Román, no es que sea exactamente un amigo, pero siento que debo ayudarlo. Cometió el error de levantar a un muerto, pero tengo la sensación de que no es el responsable de la muerte de ese joven, Ametz Amaíz.

Médium. Espada de hueso (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora