Hunter
Me subo encima de Jyaden y sigo besándolo de forma lenta y tranquila mientras mis manos pasan por todo su cabello rubio. Muerdo su labio inferior con dulzura y me alejo un momento cuando me quedo sin aire para respirar.
—Esto no era parte de mi plan —digo riendo mientras continúo sentado sobre él. Jyaden asiente mientras me besa el cuello y una carcajada pequeña se pierde en su auto el cual tenemos estacionado en la carretera. Acabamos de levantarnos desde donde estábamos viendo el atardecer y una vez que llegamos a su auto, esto se nos descontrolo un poco puesto que ya veníamos besándonos mientras caminábamos.
—Espera, espera —dice él.
—¿Qué pasa?
—Necesitas detenerte —agrega Jyaden —No podré controlarme.
—¿Quién dijo que yo quería que te controlaras? —Aquello le provoca una sonrisa a Jyaden demasiado grande, volvemos a besarnos hasta que una llamada telefónica nos interrumpe —¿Qué no habías apagado el teléfono?
—Lo encendí mientras nos poníamos de pie del césped —Dice él, sacando su teléfono desde el bolsillo de su chaqueta y viendo quien llama —Es mi hermana.
—Respóndele —Esto es algo incómodo si recordamos que estoy encima de él.
—Dame un segundo —Jyaden rodea la mirada y responde la llamada, escucho lo que él habla pero no lo que Vee dice, después de colgar él deja su teléfono a un lado y suspira algo agotado —Mi Padre me quiere en casa.
—¿Sucede algo?
—No sé, pero no creo que sea algo bueno —dice él, presionando sus labios con enfado y mirándome algo lastimado—Lo siento.
—No te preocupes —Vuelvo a tomar asiento en mi lugar del auto y acomodo mi ropa ya que Jyaden lo único que hacía hace cinco minutos era subir y bajar sus manos de mi torso que terminó desordenándome toda la remera —Hay atardeceres todos los días —Le sonrío con amabilidad y luego tomo su mano. Jyaden asiente algo más tranquilo con mi respuesta y eso hace que él encienda su auto y empiece a conducir para llevarme a casa.
Las luces de los faroles pasan rápidamente por mi vista mientras mantengo la mirada puesta en la carretera vacía. Cuando toda la ciudad vuelve a aparecer frente a nosotros, me doy cuenta que Jyaden tiene muy desordenado su cabello por culpa mía, así que le pido que se detenga, tomo un par de segundos para arreglárselo y luego él vuelve a conducir.
Al llegar a casa, Jyaden detiene el auto y se me acerca para besarme, sonrío y le regreso el beso con mucho gusto. Una vez que estamos separados y sin aire. Me bajo del auto y le guiño la mirada al momento de darme la vuelta y empezar a caminar hacia la entrada de mi casa.
Escucho como el auto se aleja y abro la puerta de mi casa para poder entrar ya que el frío ahora me está congelando un poco las mejillas. No veo a mi Padre por ningún lado pero la puerta de su habitación está cerrada, así que supongo que debe estar acá.
Huyo rápidamente hasta mi cuarto y cierro con seguro la puerta. Me lanzo sobre mi cama y sonrío por mucho tiempo mientras aún siento que los labios de Jyaden están sobre los míos.
Al comienzo lo de él y yo era una manera de demostrarme a mí mismo que podía confiar en las personas y también de que yo creía en él cuando me decía que todo lo que sentía era real. Pero ahora solo pienso que con el tiempo que ha pasado me estado enamorando de una forma incontrolable.
Estoy todo el día pensando en Jyaden. Solo quiero verlo, reírme con él, besarlo, dejar que me abrace, jugar con su cabello mientras sus labios se deslizan por mi cuello, ver esa sonrisa que normalmente suele usar cuando una idea se le viene a la mente y amar ese rostro que se pone pálido en el momento que algo no anda bien en mí pero él sabe que puede resolver todo con un beso. Jyaden encaja perfectamente conmigo y jamás creí que eso sucedería.
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Debo Salvarte
Teen FictionHunter es uno de los chicos más trabajadores que puedan existir. A sus 17 años ya ha tenido mas de 20 empleos y siempre esta buscando las mejores oportunidades de la vida. Tener un Padre abusivo y ebrio no es para nada lo que Hunter pensó de su juve...