Frágil

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Fic situado durante el festival deportivo.

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Día uno: Frágil

Luego de la batalla de la caballeriza, los duelos individuales empezaron. A diferencia de lo que sus ineptos compañeros creían, él prestaba atención a sus posibles contrincantes. Al ser su turno, procuró mantener la calma, reconocía a cara de ángel.

—Oye, ¿tú eres la perra que hace flotar mierdas, cierto? —La expresión de Bakugou se mantenía neutra, con las manos en los bolsillos—. Te estoy hablando, cara de ángel —cambió de tema ante el desliz—. Si vas a abandonar, hazlo ahora. Un "ouch" durante la pelea no la detendrá.

—¿Ángel....? —Lo más desconcertante de ese primer intercambio de palabras, es que fue capaz de llamarla perra y cara de ángel en el mismo discurso. Era Bakugo, a fin de cuentas.

Justo antes de que dieran comienzo a la batalla, notó como su expresión se volvió férrea.

Apenas avisaron el inicio, ella se lanzó a atacarlo sin dudas.

—¡Rendirse no es una elección! —replicó energética.

Un ángel vengador sería la descripción más propia.

—¡Entonces, muere! —El fuego ardiente en sus ojos avivó al competidor dentro de él. Por instinto respondió al ataque. No podía permitir que lo tocara, sabía que apenas cediera ante su cálido toque estaría perdido...

¿Cálido toque? ¿Qué? ¿Se había leído las novelas asquerosamente rosas de su madre? ¡Esto era un maldito combate donde no podía permitirse bajar la guardia ni un instante!

—Esto no es un bueno. Incluso si lo supiera, no podría reaccionar a tiempo. —El humo de la explosión obstaculizó la visión, provocando que buscara un lugar con menos puntos ciegos.

—Me ocuparé de ti —advirtió, sin cambiar la expresión estoica. Era la primera vez que mantenía tan a raya su carácter. La vio venir de frente y sintió la ira corriendo por sus venas. Él no era tan jodidamente predecible—. ¡No me subestimes! —Otra explosión y notó que la playera estaba demasiado cerca del suelo.

Maldición, lo había engañado con un truco barato. La percibió por la derecha, demasiado cerca, haciéndola volar con una explosión. Casi lo atrapaba con la guardia baja.

Nunca admitiría que fue una buena cortina de humo.

La vio levantarse otra vez, con esa determinación férrea. Ese ángel exigía una venganza. Volvió a su expresión arisca, sin olvidar que todavía era un combate.

—¡Que lento! —gritó, creando explosiones que partían de abajo. Sabía que ella podía dar más, se enfadaba por creerse subestimado. ¡Tenía que luchar con todo su potencial! Era incapaz de aceptar menos.

Más ataques que respondía con el mismo ímpetu. Cara de ángel estaba dando una verdadera batalla.

Y luego los abucheos. Sintió rabia de los estúpidos héroes que lo criticaban, no por él, ya estaba más que acostumbrado a ciertas frases, sino por ella, ¡¿Acaso no veían lo fuerte que era?! Si se atrevía a baja la guardia un segundo, no dudaría en que estaría flotando en dirección de la luna.

Aun no... ella aún da pelea.

—Ya es hora, creo que... —Volvió a ponerse en posición defensiva. No volvería a tomarlo por sorpresa—. Gracias, Bakugo... por no bajar la guardia.

Cara de ángelWhere stories live. Discover now