XXV

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― Entonces, la tú, de este tiempo, ¿es apenas una pre adolescente?

― Exacto. Y apenas estoy presentando una real curiosidad por este mundo. Ni siquiera sé que soy parte de él. Por ello eh tenido que viajar, desde el futuro, como unos diecisiete o dieciocho años viaje.

― Entonces, a ver. En resumen. Somos del clan, no tienes ni idea de cómo o porque mi sobrino es tan especial o como diste con él, hace segundos mataste el noventa y ocho por ciento de los vampiros de Quebec. ¿Y traes la cabeza del rey en tu bolsillo?

― Casi. Es más, o menos así, Matteo. Em, cubre los ojos de la niña. ―Este le obedeció y ella rápidamente estiro su mano hacia el frente y después de un haz de luz, apareció la cabeza decapitada del rey.

― Oh, demonios tía, guarda eso. Que asco... ―Se apresuro a decir Lucas cubriéndose los ojos. Ella le obedeció y la cabeza volvió a desaparecer tras un haz de luz.

― Si, bueno, si no les molesta... ―Dijo ella mirando la hora en el holograma de reloj de su traje― Tenemos que irnos. Niños... ―Los jóvenes se levantaron rápidamente y las alas de la chica volvieron a aparecer― Oh, y, denle esto a Alex. ―Dijo ella rápidamente lanzando un reloj a los chicos antes de desaparecer en un haz de luz junto con los chicos.

― Se parece a ti enano.

― ¡Ahh! ―Gritaron al unísono los chicos mientras Tara reia.

― ¿Tu no estabas inconsciente?

― Estaba, exacto Fred.

― ¿Por qué dices que se parece a mí?

― Porque no les gusta irse de una manera normal.

― Oh, pues si...

― ¿Me perdí de algo?

― Muchas cosas, Fred. Muchas. Y... ¿Que les dejo?

― Un reloj. Para Alex. ―Contesto Matteo con el artefacto en las manos.

― ¿Para mí? Dame ―Dijo Alex estirando la mano entrando en la cocina. Matteo se lo entrego y luego procedió a retirar las tazas de la mesa― Uf, un Rolex... Tiene buen gusto. ―Se lo puso inmediatamente y Vanessa se preguntó si seria "especial" como al que a ella le dio.

― Y bueno, ¿Qué paso?

― Pues... ella quemo a casi todo vampiro en Quebec, y los chicos, pues... uno es su sobrino y otra la novia de este. Dice que su clan es familia. El chico es un hibrido como tu bebe Nessa, y la chica solo una Commodum. Mato al rey; nos mostró su cabeza decapitada. Dice no saber cómo dio con nuestro sobrino ni porque es tan especial... Casi le regala un unicornio bebe a Tara...

― Dijo que no había suficiente espacio para que fuera feliz... ―Comento Tara haciendo pucherito. Matteo no pudo resistirse la tomo en brazos, acto seguido se besó la mejilla y le hizo sonreír.

― Cuidado, cuñadito... ―Advirtió Alex con los ojos entrecerrados llenos de ira― Se me puede olvidar que somos familia. Suelta a mi hermana. ―Tara negó y se abrazó al cuello de Matteo. Alex negó y exhalo como toro enojado.

― Tranquilo, lo superaras. ―Le dijo calmadamente Fred palmeando su hombro― Si yo no te mate por hacerme tío, ¿Por qué tu matarías a Matteo por un simple beso? ―Comento ejerciendo una pequeña presión en el hombro de su cuñado.

― ¿Seguro lo superaste, Hermanito? ―Fred soltó a Alex y salió de la cocina carcajeándose

― Claro que no... Te vi crecer y luego vi la pubertad de este mocoso. Aun lo proceso... ― Vanessa negó cruzándose de brazos y sonrió agachando la mirada, dejando que su cabello formara una cortina a los lados de su rostro.

― Ay, no si no... Bueno, yo estoy aburrida, ¿Vemos una película?

― ¡Vale! ―Respondieron todos al unísono con una sonrisa.

― ¡Que no sea de terror! Recuerden que hay que cuidar a mi sobrino... ―Exclamo Fred subiendo las escaleras.

― ¡Si mi general! ―Exclamo Alex cuadrándose, causando las carcajadas de todos los presentes.

― ¡No me hagas burlas! ―Grito Fred a la distancia con una leve carcajada y todos echaron a reír.

― Bueno, veamos que películas hay por aquí... ―Alex se acercó al mueble bajo el televisor y busco, encontrando varias de comedia y otras de acción. Algunas de fantasía también― ¿Les parece, Percy Jackson?

― No la conozco, pero está bien. ¿Y tú que dices, Matteo?

― Si, por mi está bien.

― De acuerdo... ―Alex encendió el televisor y puso el CD. Pronto ya estaban todos acomodados en el sofá con la pequeña Tara recostada a sus anchas sobre los chicos, dulcemente dormida con la cabeza en las piernas de su cuñada.

― Vanesa, te pareces demasiado a esa chica.

― Concuerdo, cuñadito. Vane, parecen gemelas...

― Es cierto... ¿Sera mí Doppelgänger?

― Pos para mí que si Hermana...

Para cuando termino la quinta película escogida, Matteo ya había caído en los brazos de Morfeo y Tara ya se encontraba en su habitación. Ya era tarde, casi hora de cenar, se saltaron el almuerzo. Con cuidado, Fred, quien se sumó por la cuarta película, junto a Alex, subieron a Matteo escaleras arriba y lo dejaron en su habitación. Bajaron en silencio rápidamente y nos quedamos unos momentos en la cocina.

― Extraño la manada... Extraño los tiempos en los que aún eran unos mocosos...

―Se... Igual yo... Pero, las cosas pasan por algo. ¿No Fred?

― Si, así es cuñadito... Solo que el no saber porque, me tiene nervioso...

― Y a mí, hermano... Presiento que algo grande se acerca... Algo malo... ―Comento Vanessa con una expresión cargada de un miedo sin procesar. Alex se acercó a ella y la abrazo, infundiéndole un poco más de tranquilidad.

― Sea lo que sea, no dejare que nos venza... Tenemos que ser fuertes, como papá y mamá lo fueron. ―Vanessa asintió mientras limpiaba una escurridiza lagrima escarlata que bajaba por su mejilla.

― Son tiempos más difíciles... Amenazamos tres órdenes, las tres más poderosas de nuestro mundo. Ya no se puede correr y esconderse como antes...

― ¿Y que sugieres entonces, Nessa?

― Luchar...

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