João no obtuvo una respuesta inmediata. La mirada de Charlotte permanecía clavada en el ocaso, contemplando cómo el sol se comenzaba a ocultar en el horizonte.
—Ojalá poder congelar estos momentos.
Una vez otorgada una contestación al futbolista, guió su mirada hacia él. Ahora era el portugués el que se localizaba embobado contemplando el atardecer; una imagen que logró que la voz interior de Charlotte gritase: "¡ha merecido la pena arriesgarse!".
—¿A dónde os vais a ir al final? —cuando sintió como los ojos celestes de Charlie lo examinaban, volvió a romper el silencio que los había abrazado.
—Aún no lo sabemos. Andrea tiene el desempate en sus manos, pero aún no se ha decidido.
Repentinamente, João pasó su brazo derecho por los hombros de la francesa y la atrajo hacia él, obligándola a recostar su cabeza sobre su pecho.
—¿Vendrás al próximo partido? —con mimo, comenzó a deslizar sus dedos entre los rebeldes mechones de pelo de la joven.
—No lo sé —formuló en un murmuro relajado—. ¿Cuándo es?
—El día veintiuno. Jugamos contra el Villarreal.
—Entonces la respuesta más acertada es: no.
—¿No porque no quieres o...?
—No porque tengo que preparar la maleta para el viaje, sea cual sea el destino.
—¿Enserio pretendes que te crea, Charlotte? —delicadamente, alejó el cuerpo de su novia de él, obligándola a mirarlo directamente a los ojos.
—No te sigo, João.
El futbolista esbozó una sonrisa ladina. La conocía demasiado bien como para no ser capaz de leerla entre líneas. Huía, aunque trataba de ocultarlo.
—Es por los comentarios de Instagram, ¿verdad?
—Tus fans me odian —contestó desasosegada, acomodándose en el sofá y volviendo a contemplar el atardecer.
—Si te odian, no son mis fans —apuntó, con firmeza—. Son simples niñas caprichosas incapaces de entender que me he enamorado.
—¿Estás enamorado de mí? —con burla, formuló su pregunta.
João, inevitablemente, se sonrojó. Había pronunciado en múltiples ocasiones un "me gustas", pero nunca un "me he enamorado". Y sí, lo que seis meses atrás había iniciado como un flechazo por la hermana pequeña de su compañero de equipo, había acabado desembocando en amor.
—Amo-te muito—pronunció en portugués, logrando causar un torbellino de emociones en Charlotte.
Era la primera vez que alguien, que no fuese su familia o sus amigas , le decía que la quería; y la sensación había sido inexplicable.
—Je t'aime, João.
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charliegriezmann. 19 de agosto, 2022. 23.16 pm.
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