Capítulo 13.

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Para mi Ángel

Me duele mi cabeza como si me la hubiese golpeado. Me pesa como si llevara el martillo de Thor.

—Aagua...— lograba decir a penas.

Una chica junto a mi se movió.

—¿Quieres agua amor? Ahora te la traigo.— esa voz, maldita sea estoy con Salomé. Inmediatamente alce las cobijas para verificar que mis calzoncillos estén en su lugar y efectivamente, incluso sigo con mi pantalón.

¡Genial!

Pero, ¿Qué carajo paso anoche? Lo único que recuerdo es estar camino a casa y sin mas me despierto en una casa que no es mía, con Salomé.

Te felicito Mateo, eres excelente razonando. Es obvio que nos drogaron, o accediste y el miedo a aceptarlo te hizo olvidarlo.

—Anoche te mareaste, creí que era mejor traerte a casa.— Salomé caminaba hacia mí con una camisa que le llegaba un poco mas abajo de sus pantis.

—Vaya no recuerdo nada.— sobe mi cabeza. —Me duele mucho mi cabeza y tengo mucha sed.— tome el vaso con agua y me lo acabe en menos de un segundo.— ¿Mi celular?.

—Aquí.— abrió su mesita de noche y me paso mi celular totalmente descargado.

—Mis padres deben estar preocupados.— masculle.

—Tranquilo, anoche hable con ellos. Saben que estas conmigo.— sonrió.— Me tengo que ir, ten un cargador, si quieres duchate y me dejas cerrando la puerta.— se acerco me dio un pico y se fue.

Me quede totalmente anonadado, no sabía como reaccionar ante aquello. Salomé fue mi primera chica, mi primer amor, pero ya no siento nada por ella. Y es raro pero es así, solo tengo una persona en mente...

Paula...

Puse a cargar mi celular y me metí a la ducha. Necesito hablar con ella, quiero arreglar las cosas pero no puedo. Salí, me vestí y me dispuse a salir de casa de Salomé.

*Vibro mi celular*

"¿Necesitas recordar que de ti depende la vida de tu pequeña Paula? Alejate o ella sera quien sufra.

Con Amor...."

No se imaginan cuanto odio ese tipo de mensajes, estoy bien, estoy apuntó de buscarla y me recuerdan que debo alejarme o le pasará algo por mi culpa. ¿Como carajo te alejas de alguien que quieres, que amas? Que alguien me diga porque yo solo ya no puedo.

Salí del departamento de Salomé y al bajar note algo familiares las escaleras. No puedo creer que este en mi mismo edificio en donde vive Paula ¿Qué coño sucede? Salomé deberá responder muchas preguntas, mientras seguia bajando no pude evitar mirar hacia la puerta de Paula, con la extraña necesidad de ir a buscarla, o que tan solo saliera y hablar. Pero es algo que solo sucede en las películas.

—Y traete dos pastillas para la cruda.— escuche gritar a la mamá de Paula.

Entonces alguien abrió la puerta y mi ángel, mi ángel estaba saliendo. Cerro la puerta sin ni si quiera fijarse que yo estaba parado frente a ella.

—Aaaaah.— chilló y abrió sus ojos como platos.— ¡Qué mierda haces idiota! Casi me da un paro cardíaco.

—Lo, lo siento.— la mire sonriente.

Creo que Paula aun no entendía que estaba parado frente a ella. Tomo aire, me miro y entonces reaccionó con ese carácter de chica dura.

—¿Qué quieres? ¿Tu novia al fin te dejo un rato libre?.— alzo su ceja izquierda. Amo tanto cuando hace eso.

—¿Salomé? Sabes que no es mi novia, no digas tonterías.— rodee los ojos.

—Me alegra que te hayas dormido temprano, anoche solo te llame a preguntar que tal tu día, no creas que fue por algo mas. Debo ir a por pastillas. Adiós.

Empezó a bajar las escaleras sin detenerse. Todo lo que acaba de decir me tiene en duda, Salomé respondió mi celular, definitivamente tiene muchas cosas que decirme.

—Amor, no salgas espera.— sostuve su brazo. — Te amo! No lo olvides nunca.— le plante un beso en sus labios y me fui.

Me duele amarla, amarla con todas las ganas y fuerzas que un ser humano puede amar. Nunca he tenido nada puro en mi, pero lo que siento por Paula lo es, realmente me enamoro de ella cada día. Puede que no sea la relación que por tanto tiempo espere, ni que sienta que con ella me gané el cielo porque es algo un poco loco. Lo que si puedo decir es que el cielo me regalo un Ángel, un ángel que me cuida, me quiere, un ángel al cual lo único que hago es lastimar.

Ojala y me hubiera tocado otra vida, donde las cosas fueran mucho menos complicadas, y me diera una nueva oportunidad de conocerla, de que se me acerque de la nada. Juro que esa noche empecé a creer es los milagros, un Ángel, MI ÁNGEL.

Con Amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora