Es hora

6K 379 193
                                    

(si, sé que el inicio no es KiriBaku, pero es necesario para la trama. Por favor, prosigan. Esta historia si es KiriBaku)

-¿Crees que puedas hacerlo?- Cuestiono el heterocromatico al costado del héroe Ground Zero. Estaba preocupado por la actitud tan impulsiva que podía tener su futuro esposo además de ese orgullo cegador, sin embargo, Shoto lo admitía, era una de las cosas que le atraía del rubio. Su mano derecha tomo la izquierda del ajeno. Ambos chicos estaban en circunstancias deplorables, los villanos estaban acabando con ellos, estaban ganando. -¿Katsuki?- Trato de llamar su atención al no recibir una respuesta.
-Hey, maldito mitad-mitad. Un estúpido villano no hará que me pierda mi puta boda. ¡Vamos con todo!- Sonreía con una pasión que encendía el corazón de Todoroki, este asintió y ambos fueron al ataque, la victoria fue algo inminente con estos dos trabajando juntos.

Bakugou estaba destrozado. Sus brazos estaban cubiertos de quemaduras, su traje no era más que harapos. Respiraba pesadamente buscando regularse. No podía quitar esa gran sonrisa de oreja a oreja. -¡En su cara, hijos de puta! ¡Me la comen entera! ¡Ja!- Se podía decir que ahí se fue su último aliento. Todo se estaba volviendo borroso.
¿Qué sentía? Nada. Solo se enteró de como ahora estaba acostado entre escombros, luces rojas parpadeaban a su cercanía "Oh, rojo. Me pregunto ¿Ese seguiría siendo su color favorito?" inconscientemente el agua salada estaba acumulándose en sus ojos.
-¡Katsuki! ¡Katsuki! ¡Alguien ayude! Vamos bebe, mantén los ojos abiertos. Quédate aquí, Katsuki-
Grandes brazos lo abrazaban de forma protectora, transmitían una calidad tranquilizante. Bakugou estaba perdiendo la cuenta de las veces que su nombre era repetido.
------------------------------------------------------

-¡Katsuki! ¡Despierta! ¡Vamos!- Nuevamente los llamaban pero seguía sintiéndose pesado, no tenía ganas de pararse; su cama estaba demasiado comoda. Esa voz, esa voz. -Vamos Blatsy, si no despiertas lo tomare como un permiso para poder abusar de ti libremente- Como si esas palabras fueran mágicas Bakugou abrió los ojos encontrándose con una cabellera rojizo brillante, y al dueño de esta sonriéndole con mucho amor, Bakugou no era tonto, podía notar como en los ojos de ese chico iban acumulándose las lágrimas. -Llorar no es de hombres-
-Mira quien lo dice- Y no se equivocaba, el rubio no contuvo nada. Estaba llorando. Su labio inferior temblaba con inseguridad, ahora su voz no podía salir sin que estuviera quebrada, siempre portaba un fuerte semblante pero en ese momento el gran Bakugou Katsuki se había desmoronado por completo, no había ceño fruncido o furia que opacara esos orbes carmesí nublados por la tristeza. Fue acercando sus manos lentamente, paso la yema de sus dedos por la mejilla de Kirishima con tan delicadeza como si en cualquier momento este fuera a romperse o peor, con miedo de que fuera a desaparecer. Más seguro tomo firmemente el rostro del otro, acariciaba las mejillas limpiando los rastros de lágrimas derramadas por el teñido.
Lo soltó, solo por 3 segundos en los que se preparaba; Bakugou se lanzó sobre Kirishima y se abrazaron, se abrazaron con tanta fuerza, con necesidad, con dolor, con alegría, con tristeza, con frustración, con tantos sentimientos mezclados que hacían algo inexplicable pero eso sí, opacado por el amor.
En esa habitación un par de corazones estaban sincronizados después de tanto tiempo. Lloraban como si no hubiera mañana, como si la cercanía del otro fuera la única cura para su pesar.

El llanto no se detenía así como sus cuerpos tampoco. No había barrera que les impidiera su unión. Finalmente se pudieron besar, primero fue algo delicado, algo que no rompía la inocencia de labios de cerezo acariciándose mutuamente pero la intensidad fue llegando con el ferviente calor de sus cuerpos. Unas manos grandes tomaron con firmeza la cintura del rubio. Ambos cuerpos fueron bajando y con ello Bakugou iba rodeando la cintura de su amante con las piernas dejando un espacio nulo entre sus cuerpos.
La distancia era toxica.
------------------------------------------------------

Entre explosiones masculinas [One-shots]Where stories live. Discover now