La cuarta guerra ha terminado y se podría decir que la paz en la aldea oculta entre las hojas ha reinado, pero eso no significa que los ninjas de la villa no dejen de esforzarse para hacerse fuertes. Entre ellos está Sakura Haruno, una Kunoichi con...
Nuevamente miró sus labios. Deseaba hacerlo, de verdad que quería, pero... ¿Qué pasaría con las consecuencias que traería?
...
«¿Qué diablos te pasa?» Le preguntó su subconsciente. Pues, ¿Desde cuándo le ha importado las consecuencias de sus acciones?
«El que no arriesga, no gana.»
No lo dudó más, sostuvo el rostro de ella entre sus manos y se inclinó, eliminando cualquier distancia que los separaba. La besó. Fue un beso más bien simple, pero para él era suficiente o eso esperaba con tal de transmitirle todo el amor que sentía por ella.
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Indra no era mucho de expresar lo que sentía, aún si había estado con mujeres antes. Ésto era totalmente diferente para él y nuevo para la oji jade, él había sido la primera persona con la cual se había besado, sin contar aquel RCP con Naruto en la cuarta guerra. Esto era totalmente nuevo. Una experiencia que había vivido con él que no cambiaría por nada.
Aquel momento tan hermoso para ellos se debía acabar ya, pero era algo que ambos sabían que se volvería a repetir.
—Hay que entrar rápido, la noche está helando cada vez más. —Dijo él. Había sido el primero en reaccionar después del beso, para él había sido de lo más normal y se mantenía totalmente calmado, pero tampoco mentiría en el hecho de que había cumplido uno de sus deseos desde que llegó a esa época. En cambio Sakura, ella aún no podía asimilar que él realmente la haya besado, juraba que él la rechazaría pero no era así. — ¿Sakura?
—¿Eh? —Finalmente puso los pies en la tierra y le puso atención.
—Entremos. —Repitió.
—S-Sí. —Asintió aún algo nerviosa. Él le dió la espalda para comenzar a caminar hasta entrar al edificio e ir a las escaleras seguido por la peli rosa, la cual comenzaba a dudar si a él realmente le había gustado, pues no le dijo nada más después, simplemente sugirió entrar a casa. Tampoco era como si él demostrara a los cuatro vientos lo que sentía, pero como mínimo una sonrisa, para ella eso hubiera sido suficiente. Pero no. No pasó y eso le desanimaba.
Llegaron hasta la puerta y él esperó que ella abriera la puerta para poder pasar y así fue, pasó detrás de ella, quitándose el calzado en el recibidor para poder adentrarse en la vivienda. El castaño siguió con la mirada el triste semblante que la oji jade mantenía en su rostro desde que entraron al edifício. Comenzaba a preguntarse el por qué de su comportamiento, ¿Había hecho algo mal? La había besado como ella había pedido, ¿Por qué ahora estaba de esa manera? ¿Acaso aquello no fue suficiente?
—Iré a darme un baño primero, te dejaré todo listo cuando salga para que puedas entrar. —Le avisó mientras entraba a su habitación para buscar unas cosas antes de ir al baño. Aún se le hacia extraño el tener que preparar el baño para él, sabía que se tendría que quedar con ella por un largo tiempo, pero no era su obligación, aunque por otro lado sentía la necesidad de querer hacer ese tipo de cosas.
