25. Flores [Final]

4.2K 357 209
                                    

Hoy finalmente es viernes, el último viernes del año escolar. Un rayo de luz iluminó sigilosamente mi rostro, y una brisa me reconfortaba las mejillas. Un día perfecto, un día hermoso, un día de primavera perfecto para todo antes que para desperdiciarlo en el instituto. Pensé en quedarme en la cama, pero recordé mi decisión. Hoy me declararía a senpai, de una vez por todas... descubriría si es que estoy enamorada de él o no, cuando llegue el momento.

Gracias a esa motivación, me desperté y preparé rápidamente. Luego, me fui directo para el secundario. En el camino, me dediqué a practicar qué iba a decir... entre canciones y constantes distracciones por mirar el cielo, los pájaros o los árboles. Debo admitir que todo es hermoso en primavera. Aunque, me excedí porque debería de haber estado mirando por dónde iba, y tropecé con un par de chicas un año menores que yo.

Ayano: ¡Lo siento!

Llegué al instituto y todo estaba normal, como siempre. Lo único extraño era que, al cabo de algunos minutos, vi pasar una o dos chicas con un ramo de flores. Le resté importancia y me dirigí a mi casillero, cuando escuché la conversación de las chicas con las que me había tropezado antes.

Chica 1: Un ramo de flores para declarar tu amor... ¡Qué romántico!

Chica 2: No puedo esperar, ¡Ya quiero que me den uno!

¿"Ramo de flores"? ¿"Declarar amor"? Lo que sea... no debe de ser importante.

Fui al baño a verme al espejo y darme unos últimos retoques. Una vez que me alenté a mí misma, me encaminé a donde se encontraba Taro.

Ayano: Hola...—no sabía cómo empezar la conversación. ¿Qué se supone que se dice en esos casos?

Taro: Hola Ayano, hace un hermoso día ¿Verdad?—preguntó una vez de apartar su libro.

Ayano: ¡Si! En realidad, te quiero decir algo importante—. Por suerte, todavía no se encontraba nadie en el patio así que no había necesidad de irnos del lado de la fuente. Si lo pienso mejor; los árboles, los pétalos que caían de ellos, la brisa que levemente soplaba mis mejillas y el sol radiante... todo era como el día que nos conocimos.

Taro: Está bien, te escucho.

Tomé aire, lo largué lentamente y tragué antes de hablar.

Ayano: Creo que me gustas...

¿"Creo"? ¿Es en serio? ¿Cómo es que pude decir "creo"? Incluso, ni siquiera lo pensé, sólo salió. Ahora mismo, tampoco me importa lo que piense Yamada pero, me preocupa por mí misma. ¿¡"Yamada"!? ¡¿PENSÉ EN QUE NO ME PREOCUPA?! ¿¡QUÉ PASA CONMIGO!?

Taro: ¿"Crees"?

Ayano: Perdona, es que... simplemente hasta ahora pensé que gustaba de ti, pero repentinamente esa palabra salió sin mi consentimiento...

¿Qué pasa conmigo?

Taro: A mi parecer, tal vez estabas enamorada pero algo hizo que cambies de opinión. Puede que hayas visto u oído algo de mí que te desagradó o que alguien haya aparecido en tu vida—. Lo último que dijo dio vueltas en mi cabeza, como entrando a un enorme vacío lleno de preguntas que no sabía responder—. Con eso de las flores de parte de los chicos a las chicas; por ahí alguien se te declaró y...—lo interrumpí.

Ayano: No entiendo, ¿De qué hablas?

Taro: ¿No lo sabes? Toda la semana se estuvo hablando sobre que hoy, al ser el último día de clases, los chicos se confesarían a las chicas con un ramo de flores. Supuestamente, si la chica toma el ramo, significa que corresponde su amor y que por ello, tendrán suerte como pareja y estarán juntos por un largo tiempo.

Ayano: Y si no lo toma... ¿Lo estaría rechazando?

Taro: Sí. Lo bueno es que no hacen falta palabras, así que no pone en una situación tan incómoda a nadie.

Ayano: Comprendo...—volví a adentrarme en mis sentimientos. Estaba teniendo una charla con él, pero no me parecía lindo ni tampoco me ponía nerviosa. Ni siquiera sentía algo, era como un compañero cualquiera.

Taro: Ayano... no te presiones. No creo que gustes de mí, después de todo y aunque al principio sea confuso... en momentos de claridad, una persona se da cuenta si de verdad quiere a alguien y hasta qué punto.

Ayano: Gracias, tienes razón. Al final, al parecer no me gustas.

Taro: Adiós <<espero que encuentres a quien amas y que te corresponda... como yo lo habría hecho>>.

Es una suerte que sepa que Yamada no me gusta... pero en ese caso, ¿Quién me gusta? Cada día, al despertar, me siento impaciente y al mismo tiempo, emocionada por hablar con alguien, aunque... ¿Quién?

La campana indicó el inicio de clases. El día transcurrió normal, no obstante me la pasé pensando sobre a quién quiero. Y aun, no tengo respuesta. De todas formas, yo siento que hay alguien por el que yo viviría y moriría. Alguien con el que quiero estar, charlar, reír y salir. Alguien que le da sentido a mi vida... alguien importante...

Ya era hora de irme a casa, así que me dirigí a mi casillero a ponerme mis zapatos, y un papel se resbaló al abrirlo. Lo levanté y leí.

Ayano: ¿A la parte trasera del instituto? ¿Qué querrá esta persona?

Era un atardecer hermoso, el viento hacía mover las hojas de los árboles sakura y, al caer, creaban una nevada de color rosa. Pude visualizar diez hombres con diferentes ramos de flores cada uno. Una vez allí, sentí mi corazón arder y mis mejillas teñirse de un rojo carmesí. No hicieron falta palabras, cada uno extendió su ramo hacia mí y esperaron mi respuesta. Al principio, estaba confundida con cuál elegir... pero me di cuenta, finalmente, de a quién es al que más amo. La respuesta siempre estuvo ante mis ojos, pero jamás fui capaz de verla con claridad. Ahora entiendo, y me siento agradecida por todo. Las personas que conocí, Taro, los sentimientos que descubrí en el camino, las experiencias, la confusión, las amistades... y él... son recuerdos preciados que nunca olvidaré y que guardaré en mi corazón.

Male Rivals x Ayano || HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora