8.- Donde El Maldito Helicóptero.

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Erick

Sólo a Christopher se le ocurre hacerme caminar a las 5 de la madrugada. No sé que cosas quiera hacer, aparte Richard podría estar ahí, no hay mucho que podamos hacer con Richard ahí. Por lo menos no como me lo estoy imaginando.

Es tan temprano que está algo fresco y no fue buena idea salir sólo con esta camisa tan delgada. Frote mis brazos mientras camina, baje la mirada a ver mis pies y comencé a jugar a no pisar las rayas. Con los brazos pegados al cuerpo y mi cabello cayendo sobre mi frente.

Iba a comenzar a tirar golpes cuando una manos grandes acariciaron mi abdomen luego mi cintura y se colocaron en mi espalda baja.

- Buenos días, niño lindo. -dejo un besito en mi labios.

- ¡Me asustaste!

-Ibas muy entretenido jugando, te veías muy bonito.

-Christopher, ¿Ahora bonito?

-Vamos, tenemos que apurarnos.

-¿A donde?

-Al elevador.

Tomo mi mano y me arrastró con el, esa ya era su costumbre, arrastrarme o cargarme.
Entramos al elevador, a pesar de estar tomados de la mano estábamos muy separados.

- Salgamos aún tenemos que subir escaleras.

Salimos del elevador y caminamos a una puerta con unas escaleras dibujadas. ¿Como es que Christopher sabe a donde vamos? Ni idea. Teníamos días en este hotel y él ya estaba yendo a un lugar que tal vez y está prohibido por el hotel.

-¡Ya me cansé!

-Ya llegamos, niño. -abrió una puerta más hasta que me saco al área donde aterriza el helicóptero.

-¿¡Qué hacemos aqui?! ¡Hay cámaras sabes! ¡Renato va a matarnos! ¡Agradece que no está el helicóptero, sino, nos hubieran regañado desde que llegamos!

-Calmate. No pasará nada. ¿Por lo menos ya te diste cuenta de donde estamos?

-¡Si, donde va el maldito helicóptero! ¡Aquí!

Me paré en el centro de una gran H que estaba grabada en el suelo que podía distinguir en la oscuridad. Y Christopher me miraba con ternura aún en el mismo lugar.
Detrás de él, desde la azotea del edificio, podía ver la ciudad completa, las luces de los semáforos, los demás edificios y los carros. Ahora me sentía mal por haber gritado, se veía fantastico todo desde acá arriba. Si no fuera por que me estaba muriendo de frío, me tiraría en sus brazos para abrazarlo.

No podía moverme, me comenzaron a castañar los dientes y tenía las manos heladas. Volví a frotar mis brazos tratando de darles un poco de calor.

-Ven, niño lindo.

Tomo las esquinas de su chaqueta aún puesta y me envolvió con ella quedando demasiado juntos. Meti mis manos bajo su brazos abrazando su espalda.

- Si me hubieras dicho no tendrías por que compartir tu chaqueta.

- No hubiera sido una sorpresa.

-Gracias. Se ve genial desde esta altura.

- Erick...

- Christopher. -levante un poco la cabeza para poder ver lo a los ojos.

- Me gustas, me encantas, me fascinas. Y quiero que esto que tengo contigo nunca termine.

- Eres tan cursi, Vélez. -sonreí provocando que el hiciera lo mismo. - Pero eso me gusta. Me gustas, Christopher.

Alguien que me explique cómo hace para volverme un caos cada que sus labios tocan los míos. Literalmente me sentía en el cielo, esto era perfecto.
Con la ciudad de fondo, las malditas mariposas y una corriente que me rocorria el cuerpo.

Prometí Quedarme. ▪ChrisErick▪Where stories live. Discover now