Capitulo 1. La llegada.

13 1 2
                                    

Después de un aterrizaje terrible, nuestro guerrero rompe lo que quedaba de la nave con el cuerpo del sujeto que lo invadió para finalmente romper su cuello. -Sabia que no podía tener un viaje tranquilo...- decía algo decepcionado. La luz del sol lo dejo un poco adolorido ya que después de tantos días en la fría noche eterna del espacio lo tenían mal acostumbrado lo cual se paso en cuestión de varios minutos, miro los alrededores y avanzo entre la nieve -La superficie del planeta es algo inestable y la temperatura extremadamente fría, no debe ser muy habitable-, el frió extremo no parecía afectarle demasiado puesto que solo usaba su camisa y el pantalón o al menos lo que quedo de ellos al momento del choque. 


Al caminar sin rumbo por un largo tiempo, encontró animales pertenecientes de ese clima tan frio, siguió avanzando hasta encontrar arboles símbolos de que había llegado a la tundra, solo escuchaba su respiración y los sonidos de los animales alrededor –bueno al parecer si hay mucha vida diversa además de vegetación- pensaba hasta que el relajante sonido ambiental se esfumo cuando un chillido a los lejos escucho, mirando por todos lados intento localizar la dirección de donde provenía y una vez encontrada dio un salto largo por encima del bosque hacia allá. Una vez en el suelo y de levantar un poco de tierra y nieve con la caída miro a un pequeño oso bebe con la pata trasera atrapada en una mandíbula de hierro. Da unos pasos cortos y lentos para no asustarlo más y se arrodilla sobre una de sus piernas, -oh...pobre animal, alguien te puso esto..- Decía mientras abría la mandíbula de la trampa. Yeck toma un poco de su ropa y le cubre la herida del oso para que dejara de sangrar –estarás bien después de un tiempo...- su voz es interrumpida por una flecha que salió a lo lejos y la detiene antes de que atraviese el vientre del oso.

Mira hacia la dirección de donde llego el flechazo y nota a un grupo medianamente grande de cazadores los cuales lo miraban con odio ya que pensaban que él también estaba buscando la piel del oso. –veo que ustedes son los que causaron esto, los perdonare si solo se...- Es interrumpido de nuevo por otra flecha lanzada a sus espaldas a manos de otro nativo, no le dio tiempo de detenerla y solo la esquivo. –Veo que no quieren negociar, este es mi lugar de exilio y debo mantenerme bajo las normas y respetar cualquier forma de vida... Pero no veo justo en matar a un animal tan inocente- pensaba mientras tomaba a la cría en sus brazos, los nativos tomaron actitudes muy agresivas y se lanzaron con sus picos y navajas hacia él. –Supongo que si me defiendo... no hay nada de malo- Adopta una posición defensiva mientras evadía y contraatacaba los navajazos que se le aproximaban desesperados por los cazadores, eran exactamente 6 y todo iban cayendo noqueados por los golpes que sufrían. Al caer el último los agrupa con ayuda de su sirviente y los deja bajo un árbol. –Bien...ahora debo encontrar a tu familia- Decía mirando al oso, lo bajo de sus brazos y dejo que explorara los alrededores, pasando algún tiempo, la madre del oso que no hacía falta mencionar que eres enorme rugió atrás de nuestro protagonista, pero no lo ataco sino que al ver a su cría se dirigió para reunirse con él. Sonrió ligeramente y se acercó a la madre, -Es mi deber mantener y proteger la vida animal junto con su vegetación- decía acariciándole la cabeza y esta se dejaba.

Se despidió de la madre animal y siguió su camino por varios días, descansando en árboles y alimentándose de frutos de los árboles. Pasando por la tundra, y llegando a lugares más civilizados

Todo seguía tranquilamente hasta que se acercó extrañado a una especie de edificio de comida–mmm, creo que este mundo es más civilizado de lo que me imaginaba- Entra ya que tenía hambre, las personas que se encontraban dentro lo vieron mal ya que de tanto caminar y de dormir en árboles, se encontraba lleno de tierra y su ropa rasgada. En su planeta estar sucio era símbolo de que eras un guerrero que regreso de alguna batalla, eran más una civilización avanzada donde se había encontrado el equilibrio de la ecología y la tecnología, se acercó a la caja y miraba todo el alrededor.

-¿Puedo ayudarle señor?- pregunto amablemente el empleado.

-Ammm creo que pediré...- no entendía del todo la tabla y solo señala una hamburguesa de la fotografía, el empleado le entrega la hamburguesa pero antes le pide el dinero. Esto confundió mucho a Yeck ya que él no tenía eso al que ellos llamaban dólares. Tomo la hamburguesa y se la comenzó a comer porque no resistía el hambre que tenía.

-¡Oiga tendrá que pagar eso!- decía muy molesto el empleado el cual llamaba al grandote de la cocina puesto que Yeck le había dicho que no tenía dinero. Al acercarse el sujeto le ordena salir del establecimiento de una manera muy altanera, el solo volteo a verlo y suspiro diciendo –deberías relajarte, veo que eres el encargado de mantener este lugar a salvo de las invasiones... No deberías gritar tanto solo por una simple ¿"ham-bur-guesa"?- pronuncio mal lo último. –No sé qué te has creído pero si no tienes con que pagar te voy a dar una golpiza- Le gritaba mientras se acercaba a él. Yeck solo asintió -Amo este lugar es muy hostil y poco civilizado, analizo que si no tenemos esos tales "dólares" no somos nada aquí- le dijo su sirviente por telepatía. -¡acaso estas sordo!- decía tomándolo del cuello de su playera a lo que él solo tomo las muñecas del sujeto y con un apretón rápido se las disloco. –Te dije que te calmaras...- Lo miraba seriamente y sale del establecimiento con las personas gritando de horror dentro del mismo.

-Pude haber destruido a ese sujeto, pero... No estamos aquí para eso, solo tengo 2 propósitos ahora y quiero cumplirlos sin armar un escándalo en esta sociedad.- tras avanzar lo suficiente, nota una ciudad contemporánea, rascacielos y zonas de casas –Bien al menos ya encontré por donde empezar-. Sonríe emocionado dirigiéndose hacia la ciudad 

The releasedWhere stories live. Discover now