CAPÍTULO 17

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Jenna estaba inmóvil en su lugar. No movía ni un solo musculo, estaba en un estado de shock mental. Con los ojos suavemente cerrados disfrutando de aquel beso que estaba recibiendo sin dar nada a cambio por miedo a que ese momento tan mágico acabase rápido, si ella movía sus labios.

Alex, su amor platónico, la estaba besando.

Eran unos labios suaves, carnosos y tiernos. Había besado muchos labios, ¡claro está!... pero jamás como los de él. Su corazón latía muy rápido. Si antes estaba asustada por la reacción que había tomado él con ella hace unos momentos atrás, todo se había ido con ese beso.

<< Jenna, por dios, ¡REACCIONA!>> Se gritó en pensamientos por estar ahí parada, como una estúpida, sin hacer nada.

Ella rodeó de inmediato el cuello de Alex, profundizando aún más el beso. Él besaba tan malditamente bien. Estaba sintiendo un gran cosquilleo en el estómago, las famosas mariposas; y también debajo de su ropa interior. Y él también sentía ese cosquilleo bajo su ropa interior, porque ella lo estaba sintiendo en su vientre.

Él se separó jadeando y mirándola con los ojos entrecerrados. Ella permaneció en su lugar, de puntillas, quería más mucho más. Ella lo tomó por la nuca nuevamente, queriendo acercarlo a sus labios pero él alejó la cabeza hacia atrás, impidiéndoselo, aunque no quería resistirse.

-Jenna -Susurró, pegando su frente con la de ella.

- ¿Qué? -Preguntó mordiéndose el labio inferior, con deseo.

-Debemos parar -Apretó con fuerza los ojos, no quería parar ¡maldita sea! -porque esto terminará en otra cosa y tú no...

-Y yo no te perdonaré si no terminas lo que has empezado -Dijo molesta y él abrió los ojos con sorpresa.

Alex volvió a besarla, pero esta vez, con más fuerza, pasión y deseo. La quería ahora mismo y allí mismo. Ella desabrochó los botones de su camisa y él deslizó las mangas de su vestido hacia abajo y se detuvo un momento, alejándose un poco sin soltarla de la cintura; la observó de pies a cabeza con una pequeña sonrisa pícara en los labios.

-¿Qué sucede? -Preguntó, Jenna, entre jadeos.

-Estás muy bella con ese vestido.

Jenna rió suavemente y lo miró de forma tímida.

-Otro día lo estrenaremos fuera ¿te parece? -Susurró, Alex, entre los labios de ella.

Jenna afirmó con la cabeza cerrando los ojos y dejándose llevar por todas las sensaciones y emociones profundas que estaba experimentado. Se bajó el vestido, quedándose en ropa interior frente a su querido jefe. Ella volvió a abrir los ojos, pero esta vez su mirada estaba opaca por el deseo.

Él la tomó por los codos con un poco de fuerza y la empujó con suavidad sobre el sofá. Ella se acomodó mejor y dejó su cabeza sobre el ante brazo, observando como Alex se posicionaba sobre ella, ahora sin camisa.

Él la observó por un momento... era tan hermosa; sus ojos abiertos, observándolo con timidez y lujuria, con sus mejillas sonrosadas. La besó con suavidad y luego bajó a su cuello, succionando despacio, soltó un gruñido, excitado, cuando ella gimió. Estaba demasiado duro.

Jenna llevó sus manos temblorosas a su espalda, desabrochándose con un poco de dificultad el pedazo de tela que cubría sus senos, mientras que Alex seguía besando su cuello; cuando los dejó libres por fin, lazando la tela a Dios sabe dónde... Alex sujetó su seno derecho con un poco de fuerza y lo masajeó mientras que su pezón izquierdo estaba dentro de su boca.

Jenna gemía cada vez que él lamía y mordía su pezón, con suavidad. Estaba tan jodidamente mojada que ya no aguantaba las ganas de tenerlo adentro. Se llevó las manos hasta las orillas de sus bragas y lo fue bajando con dificultad. Alex llevó sus manos también a sus bragas y cuando pensó que la iba a ayudar, gritó de placer y sorpresa cuando el introdujo un dedo dentro suyo. Arqueó la espalda de placer.

-Estás tan mojada... -Él susurró contra sus labios, haciéndolos rozar -. No sabes cuánto me gusta tenerte así -Comenzó a mover su dedo dentro de ella- ¿Te gusta? -Preguntó, con la voz ronca de deseo.

-S-si... -Respondió, apenas en un susurro.

Alex metió un segundo dedo y ella arqueó aún más la espalda. Gritando de placer y un poco de dolor. Él comenzó a moverlos, primero lento, luego rápido; se excitaba cada vez más con los gritos de placer que salían de la garganta de su secretaria.

-Perra... -Gruñó en voz baja y la besó con fuerza.

Jenna frunció el ceño pero no podía abrir los ojos ni parar de gritar del placer que estaba sintiendo. De pronto él saco sus dedos y ella abrió los ojos mirándolo.

- ¿Qué pasa? -Preguntó, excitada, queriendo más pero sabiendo que algo no andaba bien, por la mirada de Alex.

-¿Quién te gusta más? -Preguntó.

-¿Qué?

-¿Nicolas o yo? -Dijo inexpresivo.

De nuevo sintió miedo. ¡Rayos! Tenía que salir de ese departamento, él no estaba bien. Intentó levantarse pero Alex no sacaba sus brazos de los costados de ella.

-Déjame ir -Pidió, retándolo con la mirada.

-Cuando salgas de aquí, iras a follar con él ¿no?-Sonrió de lado, una sonrisa que le puso los pelos de punta a Jenna.

-Por favor, Alex -Suplicó, con los ojos aguados -. No quiero empezar de nuevo -Hizo una pausa, suspirando, intentando controlarse -. Me gustas tú -Tenía miedo, pero fue sincera.

Toda imagen de ella con Nicolas follando en una cama desaparecieron con esa confesión. La besó suavemente en los labios. No quería que nadie jugara con su corazón. Estaba demasiado lastimado por culpa de Angelina.

-Ayúdame... -Pidió, Alex, dejando caer una lágrima.

El corazón de Jenna se quebró, en sentido figurado. Le dolió verlo de esa forma y con esa lagrima cayendo de su ojo. Él estaba sufriendo.

-¿En qué? -Preguntó.

-A salvarme de este dolor -Otra lágrima rodó por su mejilla y cerró suavemente los ojos. Se sentía como un marica por haber dicho eso pero de esa forma se sentía; perdido entre el dolor y la soledad.

LA ASISTENTE (CAPÍTULOS HOTS)Where stories live. Discover now