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Habían llegado hasta el departamento de Alex, el transcurso del camino fue silencioso, bastante incómodo para Jenna, porque sentía el ambiente muy tenso. Ella miró de reojo a Alex, sin saber muy bien que decir, no quería empeorar más las cosas.

Suspiró antes de hablar.

-¿Está todo bien? -Le preguntó a Alex, obviamente no esperaba que le dijera lo que le preocupara.

-Todo bien, Jenna -Sonrió de manera forzada y ella frunció el ceño -. Veamos cómo nos llevamos esta semana ¿sí?

-¿Y si no funciona? -Preguntó un poco alterada y preocupada. No podía quedarse sin un techo donde dormir.

-Tranquila, sé lo que estás pensando. No te dejaré en la calle -Dijo antes de colocar la última prenda del bolso, en su armario.

-Creo que hemos precipitado un poco las cosas -Sonrió con compresión. Mejor dicho, él había precipitado las cosas.

Alex se acercó a ella, la tomó de la nuca con suavidad y se miraron a los ojos por largos segundos. Y luego la besó, suavemente. Quería enamorarse de su forma de ser, de su sonrisa y su mirada, ya no quería pensar en Angelina.

La tomó de los glúteos haciendo que sus piernas subieran hasta su cintura. Ella enredó sus brazos alrededor de su cuello. Él mordió con deseo su labio y ella gimió, eso le excitó aún más.

La recostó sobre la cama matrimonial, con él encima. Sus manos abrieron las piernas de Jenna y deslizaron su hilo dental negro, hacia abajo. Ella movió los pies para quitarse los tacones y facilitarle a Alex el trabajo de bajarlo por completo.

-Mierda -Murmuró, Alex, a punto de bajarse los pantalones y Jenna rodó los ojos, no quería empezar de nuevo ¡justo cuando más estaba disfrutando!

-¿Qué sucede ahora? -Preguntó, harta.

-No tengo preservativo.

Jenna se tranquilizó al saber que solo era eso.

-No importa -Sonrió, coqueta -Yo tomo las pastillas anticonceptivas.

Alex sonrió también.

El celular de Jenna comenzó a sonar sobre la mesa de noche que se encontraba a lado de la cama matrimonial. Pesadamente abrió los ojos, los rayos de sol que se colaban por la ventana le dificultaba la vista. Una fina y suave sábana blanca cubría su desnudes, a su lado estaba Alex, durmiendo boca para abajo con la espalda libre.

Agarró el celular y observó quien la estaba llamando a las diez de la mañana; Zoey.

- ¿Hola? -Contestó con la voz soñolienta.

- ¡Gracias a Dios! -Exclamó al otro lado de la línea -Pensé que habías muerto en tu cita con Alex. ¡Cuéntame como fue!

-Estoy bien, Zoey. -Sonrió.

- ¿Dónde estás? -Preguntó.

-Después te cuento -Dijo mirando de reojo a Alex, no quería despertarlo.

- ¿Pero dónde estás? -Insistió.

-En casa de un... amigo

- ¿Un amigo? -Dijo dudosa -. Pensé que no tenías amigos y que yo era la única.

-Después te cuento, Zoey, ahora no puedo hablar.

- ¿Cómo que no puedes hablar? -Exclamó molesta y sorprendida - ¿Esa es una indirecta? Como en las películas como cuando secuestran a la prota...-Calló inmediatamente, antes de agregar -¡¿Te secuestraron?!

- ¡No! -Gritó, en voz baja -. Estoy en el departamento de Alex. Ahora colgaré, te llamo luego.

- ¿Alex? Jenna, no me digas que tú y él... -Dijo emocionada.

Jenna colgó la llamada y dejó el celular sobre la mesa de noche, se acostó sobre su hombro derecho y observó la espalda lisa de Alex. Sonrió. Tenía ganas de pasar las yemas de sus dedos sobre su espalda. Besar su espalda. Besarlo a él completo. Sin hacer ruido salió de la cama, se colocó la ropa y salió de la habitación.

LA ASISTENTE (CAPÍTULOS HOTS)Where stories live. Discover now