Capítulo 11

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***Narradora***

Tan pronto había llegado el atardecer, que no fue Anna quien llamó a la puerta de la reina para cenar, sino se trataba del príncipe.

Jackson en esos instantes llevaba puesto ropas viejas del padre de Elsa, un pantalón gris, la botas negras de Jack y una camisa de seda color gris igual.

La reina había tomado una gran bata de elegancia color azul marino, se giró para decirle al peliblanco que aguardara, ahí donde estaba sentado a la orilla de la gran ventana de Elsa.

Salió y ambos conectaron miradas, el príncipe mostraba un ceño preocupado e interesado por ella.

-Mi reina ¿Cómo se siente?

-Ah....mucho mejor, Hans, no tienes de nada por preocuparte.

-No bajó a desayunar ni a almorzar.

-Pero la princesa Anna fue amable de traer la comida – Elsa sonrío con ternura intentando mentir.

-¿Por qué no dejó que un mayordomo lo hiciera? Había varias personas con qué ayudar....

-Si bueno, no estaba de humor para recibir a alguien, Anna es la única en aguantarme.

-Yo sería paciente contigo –Hans realizó un acto que no vio venir la reina.

Tomó la mano de ella, entrelazando sus sentimientos con ellas.

Elsa parpadeó sin saber qué decir o qué reaccionar, no tuvo más que sonreír con ternura al instante de separarse.

-Gracias por tu interés Hans, si no te molesta quisiera descansar un poco más, seguro para mañana ya rendiré mejor.

-Oh claro –Hans asintió – Descanse mi reina.

-Igualmente –Contestó ella abriendo la puerta con suavidad para entrar.

El príncipe aguardó ahí, fuera, con unos sentimientos de adoración hacia ella. Aceptando que no había pasado lo que esperaba, se dio vuelta para retirarse a la alcoba de huéspedes.

-¿Todo en orden? – Preguntó el peliblanco. El viento que pegaba hacia a él le hacía bailar sus mechones de cabello.

-Todo bien – Respondió – Tomaré un baño, así que me llevaré mis prendas dentro para cambiarme.

Terminando tal acto, salió con una pijama camisón de seda holgado color celeste, sobre ella se puso una bata del mismo color pero más oscuro.

Jackson tenía su cayado en su mano, apreciando la textura y los caireles con puntos azulados y blancos.

La reina miró hacia la mesa de noche en la esquina de su alcoba con una charola de panes.

-Anna ha traído la cena – Dijo Jack.

-Oh he de suponerse, trajo del pastel de tres chocolates que tanto le gusta.

-Y se llevó uno –Sonrío en risa Jack.

Ambos compartieron un vaso de leche tibia con miel, acompañado de los panes recién horneados del panadero real.

Elsa bostezó a causa de la cena, era mentira que estaba adolorida del incidente pero aún le dolía el cuerpo a causa de la tensión.

-Duerme – Le dijo Jack- Te ves muy cansada.

-Ha habido peores ocasiones.

-Bueno, que ésta no sea una de ellas.

La reina le sonrío con ternura pero entonces su expresión cambió a preocupada.

-¿Cómo siguen tus heridas?

The Guardian Queen. 1er LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora