Más respuestas

164 15 35
                                    

Antes de comenzar, me disculpo por la larga espera, siempre suceden muchas cosas que retrasan mis actualizaciones, pero, dicen que más vale tarde que nunca.

Éste capítulo es más corto de lo que creí, pese a que ha sido uno de los más difíciles, ya que encajar historias entre sí es un suplicio. Sin embargo, sé que, al fin, comprenderán muchas cosas 💖✨

Los/as amo y los/as adoro a todos/as, les agradezco infinitamente su paciencia y el apoyo que todos me brindan; son un tesoro en tiempos de tempestad 😢💖
__________________

“Habíamos escapado de ese maldito orfanato. Finalmente podía alzar mi brazo victorioso y regocijarme con la sensación de haber protegido a mi amado hermano; al menos así fue por un par de horas, hasta que llegamos a la estación de autobuses.

El primer problema fue que no teníamos techo, después, al encontrarnos con Shura y el otro niño que le acompañaba, iniciamos nuestra primera misión, la cual era encontrar dónde dormir. Al dar unas vueltas por el lugar y ver a todos esos vagabundos tirados en el suelo con mantas cubriéndolos, terminamos decidiendo que esa sería la mejor manera para mantener el calor durante esa fría noche; a los chicos no les costó conciliar el sueño, ya que nos amontonamos todos sobre unos cartones y nos cubrimos con una manta que uno de los muchachos encontró, pero yo no logré dormir ni un solo minuto.

La noche y el lugar eran peligrosos, más aún la gente que circulaba por ahí, la oscuridad me perturbó durante toda la madrugada, imaginando que la gente del orfanato aparecería en cualquier momento y nos llevarían arrastrando de vuelta a aquel asqueroso sitio; acaricié la cabeza de mi hermano tantas veces que ya no lo recuerdo, debido a que no lograba parar de pensar en todo lo que le habían hecho, todo lo que sufrió, el dolor que sintió...

En más de una ocasión tuve que desafiar con palabras y miradas a los vagabundos que se paseaban por el lugar y nos miraban raro, llegando a pensar si había sido buena idea quedarnos a dormir ahí o buscar un sitio más apartado, pero a esas alturas, ya nada más podía hacer. Apenas el cielo se iluminó desperté a todos, tenía hambre y los demás estarían igual, por lo que así comenzó nuestra segunda misión: conseguir alimentos.

Al recorrer la terminal de trenes logré percatarme que Shura, al ser el más pequeño del grupo, logró recaudar más comida que todos, por lo que nos sería muy útil el que no se alejara de mí y Kanon. Haciendo uso de esa estrategia fue que consiguieron una gran cantidad de monedas, las suficientes como para mantenerse firmes al resto del día; pero, como dicen, lo que fácil llega fácil se va.

La segunda noche fue peor, lo poco que conseguí dormir fue devastador, puesto que, los otros chicos que nos acompañaban, nos robaron todo lo que tenía y nunca más los volvimos a ver; debido a eso, fue que comencé a planear una forma de conseguir una gran cantidad de dinero fácilmente, llegando a la conclusión de que lo más efectivo sería robar, y Shura sería la clave para el éxito.

Durante la mañana del segundo día Shura había mendigado un par de monedas que nos sirvieron para llenar nuestros estómagos por un rato, mientras que yo buscaba a algún ingenuo que me diera la oportunidad de cumplir mi cometido, sin éxito durante toda la tarde.

La noche comenzaba a caer nuevamente y Kanon lloraba, de seguro por recordar todo lo que había sufrido, mientras que yo sufrí en silencio al observarlo. Fue debido a esto que maquiné aquel plan, el cual, probablemente me arrepienta el resto de mi vida.

Se supone que iba a ser fácil, Shura se debía acercar a alguien con cara de ingenuo y comenzar a platicar con él, no era difícil, al contrario, se le hizo bastante fácil encontrar temas de conversación, puesto que en todo momento se hizo la víctima, no sé si habrá sido todo verdad o si habrá estado actuando, no lo pensé mucho, sólo mantenía la vista fija en la billetera que traía guardada en el bolsillo derecho de la parte posterior de su pantalón. La cogí con maestría, sorprendiéndome a mí mismo de mis habilidades, y comencé a correr, tomé a Shura de un brazo y lo traje conmigo, arrepintiéndome a los pocos segundos de haberlo hecho, ya que, al ser más pequeño, lo único que hacía era atrasar mi carrera, pero ya no podía hacer nada, después de todo él y mi hermano eran las únicas personas cercanas que tenía, pese a que sólo me aprovechaba del más pequeño.

Shattered MemoriesWhere stories live. Discover now