—Pude notar tu presencia hace rato—indicó Tobías, quebrando el silencio.
Él estaba de espaldas a mí, sentado en pose de yoga y en engañosa "meditación", sobre una roca frente al lado.
Las aguas espejaban el tono anaranjado y carmín del cielo crepuscular y su pequeño oleaje emprendía un lento vaivén al ser mecido por la brisa fresca de la tarde. Sobre aquel manto ondulado se deslizaba apacible un cisne de cuello negro, delicado y esbelto, cubierto de la gloriosa incandescencia que derramaba el febo.
Bufé, dejando escapar una buena cantidad del aire que estaba conteniendo, ante el descubrimiento del contrario.
Me había acercado de forma sigilosa, intentando sorprenderlo. Incluso me había colocado contra el viento para camuflar mi aroma, pero al parecer no lo había hecho bien.
Cuando Tobías volteó, estaba sonriendo con suficiencia. Sus delgados labios formaban una medialuna en aquel rostro coqueto.
Yo, en cambio, lo escrutaba de forma seria, con el rostro fruncido y cruzada de brazos.
—Dejá de presumir y decime ¿cuál es el truco? ¿Cómo hago para cubrir mí rastro?
Tobías achinó sus ojos caramelo, escrutándome con detenimiento. Su iris, por efecto de la luz, resplandecía como un fuego pequeño, calmo, pero no iba a dejar que aquella atractiva flama me confundiera. Seguía enojada con él por no dejarse acometer.
Entonces, se levantó de la roca y se puso a la par mía, demasiado cerca.
¡Maldito! Sabía cómo quebrarme. Ya me estaba provocando un aceleramiento del ritmo cardíaco.
—Para empezar, tenés que aprender a controlar tus palpitaciones— susurró en mi oído, deslizando su mano hasta centrarla en mí pecho. Aquella acción surtió el efecto adverso. Parecía que una comparsa de carnaval estaba retumbándome adentro. ¡Genial!—. Además del sentido del olfato desarrollado tengo buen oído—se jactó.
En el fondo, debía admitir que estaba en lo cierto. Había sido descuidada y eso solo evidenciaba mi falta de experiencia y de conocimiento sobre mi propia naturaleza, o la del enemigo.
—¿Creés que por eso los Cazadores llegaron hasta Dana? Por mi notoria falta de cuidado al respecto...—pregunté retóricamente.
Acto seguido, desvié la mirada paseándola por las copas de los regios arrayanes, pensando en todas las huellas que había dejado en el bosque la noche que había descubierto su relación con Amaru y había ido a buscarla transformada.
Tobías se había esforzado por borrar la evidencia de regreso, pero tal vez algo se le había pasado por alto. No obstante, la culpa seguía siendo mía. Yo les había pintado a los Cazadores una gran marca roja en la puerta de la casa de mi mejor amiga.
—Creo que estás siendo muy dura con vos misma—sentenció, como si adivinara mis cavilaciones. Después, capturó mi mentón entres sus yemas, de forma suave, y me impulsó a hacer contacto visual nuevamente—. Nadie nace sabiendo Irupé y a pesar de que los Lobizones tenemos esa dosis de conocimiento adicional que nos provee el instinto, tampoco somos eruditos...Por ejemplo, desde la conversión vos ya sabías usar la dirección del viento para cubrir tu aroma y eso te sirvió al momento de la cacería para capturar a tu presa, ¿cierto?—Asentí con un gesto—. Pero, cuando uno se vuelve el objetivo debe ser aún más astuto, y aprender técnicas de defensa, no solo de ataque. Por un lado, debe ser meticuloso al momento de esconder aquello que puede llegar a delatarnos, y por el otro, aprender a detectar al Cazador mucho antes que el a nosotros, a fin de mantenernos lejos de su óptica.
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LobizonA #CheArgentina
Werewolf☆FINALISTA EN LA LISTA CORTA "THE WATTYS 2018" ☆GANADORA ABSOLUTA EN LA CATEGORÍA PRINCIPAL "HOMBRES LOBOS" DE "CARROT AWARDS 2019" ☆DESTACADA POR EL PERFIL OFICIAL DE FANTASÍA EN ESPAÑOL ☆AÑADIDA A LA LISTA DE LECTURA DE LOS PERFILES OFICIALES...