Capítulo 1

2.4K 232 24
                                    

Galadriel frunció el ceño, preocupada: sabía lo que tiene que hacer, pero eso no significaba que le gustase la idea

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Galadriel frunció el ceño, preocupada: sabía lo que tiene que hacer, pero eso no significaba que le gustase la idea. ¡Tenía miedo por la joven, pero no había otra opción! Como la única fuerza capaz de contener el avance del Señor Oscuro, la Dama de la Luz necesitaba continuar en Lothlórien, protegiendo su reino y su pueblo. Por eso debía enviar a su nieta, para que use su poder fuera del bosque.

De vuelta en el pórtico del ventanal, mirando las luces de la ciudad, suspiró al oír el golpe de su corazón. Había llegado la hora. Con toda la suavidad que pudo reunir en su propia voz, la reina se giró hacia la recién llegada.

—­­­Buenas noches, Eïna. Imagino que sabes porque te llamé.

—Pude imaginarlo, mi señora. Debo cabalgar hacia Rivendell, donde el Maestro Elrond reunirá a su consejo para decidir lo que debe hacerse ante... —Galadriel percibió la prudencia en no citar el Anillo—. Las nuevas circunstancias. ¿Estoy en lo correcto?

—Sí. ¿Sabes cuál será la decisión del Consejo? ¿Tu visión te lo mostró?

—Acompañaré a la comitiva, mi señora. Seré sus ojos y oídos. Cuidare para que no se desvíen de la meta.

—Quiero que seas más que mis ojos y oídos. Quiero que seas mis manos y mi voz. Quiero que representes mi propia autoridad, delante de todas las razas.

Los ojos de la elfa —que demostraban que era solo una adolescente— se abrieron:

— ¿Creé que tengo capacidad para tanto? ¿Qué puedo decidir qué hacer en su nombre?

—Te he entrenado desde tu nacimiento, niña. Incluso para nosotros, mil quinientos años es un tiempo considerable, y tú nunca has fallado en tu deber, o has descuidado mis enseñanzas. Sé que estás lista —La reina se acercó, observándole—. Se entonces, mi voz y mis manos. Utiliza el sentido común y la lógica, pero no te olvides que tu corazón y tus visiones tienen más relevancia que la propia mente, ya que esta última puede ser engañada por el oscuro.

 Utiliza el sentido común y la lógica, pero no te olvides que tu corazón y tus visiones tienen más relevancia que la propia mente, ya que esta última puede ser engañada por el oscuro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había tristeza y orgullo en el corazón de Galadriel. Cómo imaginar que la pequeña criatura en sus brazos, mil quinientos años atrás, se convertiría en la mujer que hoy es. Casi tan alta como la propia Dama del Bosque, tenía largos cabellos color avellana con pequeños destellos dorados como el alba que cubría toda la tierra, atrapados en una trenza que le caía hasta las caderas. Sus ojos de un azul muy claro, serenos y poderosos, aunque algo confiados. Su tez era clara e inmaculada, el rostro contenía rasgos suaves y una expresión firme. Sus labios algo gruesos formaban una línea dura, mientras oía impasiblemente la misión. Su cuerpo esbelto no era delicado como el de la mayoría de los elfos nobles, pero era atlético, modelado por años de entrenamiento con arco y espada; cubiertos con trajes verde oscuro, pero la capa era gris como la de los elfos de Lórien.

¹ 𝐋𝐀 𝐇𝐈𝐉𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐀𝐋𝐁𝐀 ━━ LegolasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora