Capítulo 9:

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Editado ✔️ 

Capitulo 9:

Había llegado a casa más temprano de lo que debía ese día. Después de que Justin me dejara en la puerta del colegio, decidí que no tenia caso entrar a las ultimas horas de clase que quedaban. Al llegar al departamento, me entretuve un par de horas viendo televisión. Payton me escribió diciendo que debía contarle todos los detalles sucios de mi escapada con Justin, aunque se decepciono bastante cuando le dije que solo habíamos ido a comer. Lo siguiente fue una llamada inmediata con su nombre en mi teléfono.

-¿Hola?

-¡¿Dime qué pacto has hecho para obtener la atención de Justin Holland?!

-Pay, no seas exagerada...

-No exagero, maldita suertuda. Justin nunca ha hecho semejante cosa con nadie del instituto. Puedo asegurar que ni a Jessica la ha llevado alguna vez a un lugar así. – reí mientras me dejaba caer en la cama. – Te envidio. No voy a mentirte.

-Créeme, no deberías. – rodé los ojos.

-¿Qué ha pasado?

-Justin es un maldito loco, bipolar, tarado, ególatra... ¡Dios, tengo más palabras para describirlo! – bufe. La risa de Payton se escucho del otro lado.

-Pero eso lo hace más interesante y más atractivo ¿verdad? Digo, eso lo hace ser...Justin Holland.

-Si bueno, solo sé que no volveré a salir con ese tipo. 

-Ya, claro. Bueno, nunca sabrás lo que pasara el día de mañana.

[...]

El vibrar de mi teléfono se escucho de un repente en mi velador, provocando que me sentara en la cama con el corazón agitado y completamente desorientada. Mire con fastidio aquel aparato y vi un número desconocido tintineando en la pantalla. Lo tome rápidamente y conteste aun sin poder pronunciar una palabra del todo bien. Dios mío, estaba durmiendo de maravilla. Si esta llamada no valía la pena, mataría a quien sea que la haya hecho.

-¿Hola? – pregunte mientras pasaba una mano por mi rostro. El silencio del otro lado me hizo fruncir el ceño y mirar la pantalla del teléfono pensando que quizás habían cortado. - ¿Hola? – repetí con poca paciencia. Una respiración lenta se escuchaba del otro lado, algo que por cierto, era bastante aterrador y escalofriante. – Si es una broma juro que...

-Alyssa.

-¿Justin? – mire la hora -¿Por qué estas llamando a las 2 de la mañana? – espete.

-Abre la puerta. – la llamada termino después de decir aquella frase. Me pare de mi cama sin entender que pasaba. Antes de salir de la habitación saque un bate de beisbol de aluminio que se encontraba en lo alto de mi closet. Camine sin soltar el bate de mis manos y mire por el ojo de pez, sin encontrar a nadie. En mi mente comencé a gritar insultos hacia el estúpido castaño que me había jugado una broma.

¿Qué ganaba con eso?

Claro, mis pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte golpe en la puerta y volví aponer el bate a la altura de mi hombro. Algo de esto no me daba muy buena espina. Primero: porque nadie podía subir sin que uno diera la autorización correspondiente y Segundo: mateo no lo había dejado subir por ningún motivo. El golpe en la puerta se volvió a escuchar esta vez con más insistencia, causando que mi corazón comenzara a palpitar desenfrenado. Sin saber qué hacer, abrí la puerta solo un pequeño centímetro y mire el oscuro pasillo en el exterior. Vale, esto definitivamente no pintaba para nada bien.

Abrí la puerta por completo y salí con el bate hacia el pasillo. Por un minuto creí que no había nadie, hasta que una mano toco mi hombro. El grito de espanto que iba a dar fue evitado por una mano en mi boca y unos ojos que me miraban profundamente. La luz del apartamento me ayudo a reconocer el rostro de Justin de inmediato.

Mafiosos ©Where stories live. Discover now