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Adoro llegar a la casa después de trabajar y ver a mis amores, es que uno de mis sueños desde que conocí a Roberta fue ser padre, con ella lo quiero todo y no podía permitir que de lo bonito que se formó entre nosotros no quedara por ahí herencia.
Esa herencia que ahora tiene nombre y apellido, una parte de ella es admiración por el mundo, fantasía y ganas de descubrir, la otra parte por ahora es pura baba, balbuceos, ojitos y sorpresas no gratas para papá, en ambas se mantiene la inocencia tan pura.
Avanzo y unos sonidos inconfundibles se cuelan en mi cabeza, camino hasta la sala desde donde provienen.
Mis niñas están acostadas y despiertas, ya intentan dar vueltas y aunque no pueden hacerlo quisieran sentarse y jugar con su hermano, se han vuelto muy observadoras y saben como manipularme sin siquiera hablar, solo hacen esos sonidos típicos de bebé que no logramos entender los adultos pero que me parecen realmente tiernos. Me detengo un rato a observarlos y escucharlos.
-¡Aaaaa! ¡Aphuu!- Arrojan mucha baba, una tiene la maraca y la otra el sonajero parece que le va a gustar la música como a los papás y a la abuela Alma.
Mi pequeño príncipe juega con Roberta a armar unas figuras en el piso, se concentra mucho en eso y en aprender los colores. Este niño va a ser muy inteligente y apuesto como su papá por supuesto.
Roberta: ¿Qué color es este?-Toma una pieza.
Alex:¡Amalillo!
Roberta: Y este?
Alex: ¡Ehhh!¡Iojo!
Diego: Que inteligente- Interrumpo y se dan cuenta que he llegado, de inmediato mi niño corre hasta mi para abrazarme.
-Ahhh!!Awaa! ¡Aphuuu!- Y los ruidos que hacen mis niñas incrementan.
Roberta: ¿Quién llegó?- Aún está en el piso y se acerca a las nenas quienes no detienen su bullicio.
Alex: ¿Tiaes algo?- Sus ojos miel brillan y la sonrisa se extiende cuando saco de mi bolsillo unos chocolates rellenos que tanto le encantan. - ¡Gashias papito!- Me da un besito en la mejilla y corre a mostrarle a su mamá.
Diego: Hola mi amor ¿Cómo les ha ido?- Le doy un beso y me dirijo a las nenas.
Roberta: Todo tranquilo en la medida posible.
Alex: ¿Mami puedo?- Pide permiso de abrir los chocolates.
Roberta: Iré a traer galletas y leche, cuando la termines puedes comerte los dulces.
Alex: Esta bien.- Los guarda en su bolsillo y viene conmigo y las niñas.
Diego: Hola mis bebés hermosas- Les hago mimitos y me muestran sus dientitos de abajo cuando sonríen, los de arriba a penas se asoman, mueven las manitos y emiten sonidos que me hacen sentir bien porque se que están felices de verme.