Capítulo único

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Era tarde, como de costumbre, la alarma sonaba desde hace como 10 minutos diciéndole que era el momento correcto para que tome una ducha rápida, el desayuno estaría servido en ocho minutos y el chófer ya lo esperaba en la entrada de la mansión.

Chanyeol teniendo el mejor cuerpo físico que alguna vez hubiera deseado se rehusó a levantarse de la cama. Su pies se mueven por instinto buscando sus pantuflas, su cerebro de abuelo le recrimina, unos quince minutos más en la cama lo pondrían como nuevo.

Tal vez, sólo tal vez, se arrepiente de que la noche anterior jugó por muchísimas horas ese vídeojuego nuevo que su mejor amigo Sehun le recomendó.

Tomar el desayuno en la limosina que lo lleva al trabajo no es la mejor idea, lo medita mientras intenta quitar la mancha de café de sus pantalones. Su nana tenía razón, es tan torpe y dependiente de ella que tendrá que mudarse con él cuando tenga una hija o hijo.

No quiere pensar demasiado en esa idea, tiene 23 años recién cumplidos semanas atrás. No se siente preparado para que le asignen a su pareja y tenga que reproducirse. Es extraño que las personas lo vean normal, él no puede hacerlo, no cuando sus padres son de ADN extraordinarios y su futuro tiene que ser el mismo que ellos. Sus padres le habían dicho que cuando llegue el momento de acoplarse a su pareja su forma animal sería notorio. Esa era una charla que no deseaba recordar por las imágenes desagradables que su mente creó, sin embargo, ahora no se quitaba ese pensamiento de la cabeza, tenía menos de un año para acercarse a esas horribles oficinas del gobierno. Sus padres no le presionaban pero estaban expectantes a que su único hijo finalmente se hiciera un hombre al ser padre.

La oficina que le habían otorgado en Park Corporation era enorme, apenas había culminado la universidad el año pasado y su puesto como segundo vicepresidente ya lo esperaba. Las acciones que tenía a su poder incluso lo ponían como parte importante en la junta directiva; el mejor regalo que le habían otorgado en su último cumpleaños según su padre.

Sentado en su silla reclinable espera que su asistente le deje algunos análisis que su padre le pidió que revisara. El señor presidente era quien más lo explotaba, laboralmente claro, siempre le decía que él heredaría todo, su progenitor luchó tanto que el futuro de su hijo y nietos estaban asegurados. Además con el increíble ADN que su hijo sacó llevaría al mayor éxito a la empresa, más de lo que su propio padre pudo.

Chanyeol, mitad tigre blanco por parte de padre y mitad jirafa por parte de madre. Su ADN era espléndido, y si no quería seguir con la compañía de su padre, un puesto en el gobierno lo esperaba. Su tío Junmyeon, encargado principal del  ministerio, había dado buenas referencias de su sobrino para que sea incorporado como trabajador en el gobierno. Cualquiera de las opciones que tenía haría sentir orgullosos a sus padres y familiares.

Chanyeol se queda quieto observando el gran ventanal, las personas debajo caminaban rápido chocando entre ellas, parecen las hormigas que observó cuando era niño en el zoológico.

Su padre entraría a su oficina en cualquier momento y le pediría un informe sobre los análisis solicitados en la mañana. Su habilidoso cerebro era extraordinario, cualquier trabajo que se le asignaba era resuelto por él. Sin embargo, no se sentía bien con lo que hacía, no tenía que esforzarse como la mayoría. Él tenía un espíritu luchador que le exigía siempre más, pero ¿cómo hacerlo si en sus genes estaba lo extraordinario?

¿Quería practicar un deporte? Con sólo una lección podía aprenderlo. ¿Quería ser bueno en un curso? Su memoria podía memorizar un 70% de lo que leía. No tenía lo que llaman memoria fotográfica pero estaba muy cerca de ello. Él deseaba ser normal, pero ¿cuál era el significado de normal en la sociedad donde vivía? Nadie parecía conforme con la vida que llevaba, si él anhelaba una vida normal seguro los que no tenían un ADN extraordinario deseaban ser él.

Aroma De Amor | ChanSoo | One-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora