♚ transexplotion.

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Las manos de Kirishima paseaban por la espalda de Bakugō, acariciándola, tratando de ser lo más delicado posible. Viajaba por sus firmes bíceps, recorría sus omóplatos con fogosidad y bajaba hasta el final de la espalda, sin ir más allá, y regresaba hacia arriba. Su boca chocaba contra la contraria, haciendo bailar sus lenguas con pasión, como danzando un tango férvido que acrecentaba el ardiente fuego interior de ambos muchachos. Cuando el aire escaseó, Kirishima se alejó lentamente para escrutar a Bakugō; sus ojos carmesíes centelleaban, su boca —ligeramente abierta— soltaba breves jadeos de aire caliente y sus carrillos estaban coloreados de un tenue rosáceo.

Eijirō llevó su diestra a la mejilla del rubio y la rozó con sus dedos.

—Estás hermoso —susurró con voz aterciopelada y entrecortada, dedicándole una sonrisa jubilosa.

Bakugō tenía la erubescencia a flor de piel, por lo que se limitó a desviar la mirada y gruñir. El pelirrojo soltó una risilla y escondió su cabeza en el cuello del rubio, repartiendo besos, lamidas y chupones. Descendió hasta su clavícula, mordiéndola, para continuamente acomodarse mejor arriba del otro muchacho, entre sus piernas. Katsuki ahogó un grito y su corazón se aceleró al punto de hacer el retumbo perceptible.

Kirishima levantó la mirada y observó a su pareja, mas su atención estaba en el pensamiento momentáneo sobre que algo iba mal. Estaba tan absorto en su calentura que no podía pensar con claridad y descubrir qué era lo extraño. Solo pudo percibir que algo faltaba, pero, ¿qué, exactamente? Era un sentimiento confuso, difícil de descifrar. Como si faltara un actor en una obra de teatro y nadie se estuviera dando cuenta, mas sentían la falta de algo en la atmósfera.

Trató de evaporar aquel pensamiento, no creyó que fuese importante. Procedió a tomar la camisa de Bakugo para quitarla, mas fue obstaculizado por las manos del rubio, que sujetaron las suyas firmemente.

—No... Lo siento. —Súbitamente empujó al pelirrojo, se sentó y soltó las manos contrarias—. No puedo hacerlo...

Kirishima se quedó algo atontado por la inesperada reacción de su pareja.

—¿Sucede algo? ¿Fui muy rápido? Lo siento, fue mi culpa, perdón —farfulló el pelirrojo, nervioso. Era su culpa, estaba yendo demasiado rápido. Mierda. Probablemente había incomodado a su novio—. Lo sie...

Bakugō lo interrumpió con un chasquido de lengua. Le molestaba sobremanera cuando Kirishima trataba de hacerse responsable de todo.

—Cállate, mierda —exigió con la voz teñida de abrumo. Posó su mano derecha en su cara, masajeando su frente—. Lo siento, yo no... ugh.

Antes de que Kirishima pudiera detenerlo, Bakugō se incorporó del sillón y corrió hacia el pasillo. Para cuando el pelirrojo reaccionó y lo persiguió, el rubio ya había entrado a su habitación y cerrado la puerta.

Transexplotion ♚ KiriBaku.Where stories live. Discover now