8.

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Vic

Entro con Jess al negocio de los Camacho, yo no compraría nada, lastimosamente, pero ella insistió en que no quería ir sola, porque todos pensarían que sólo fue a coquetear.

Richard está ahí, pero en lugar de estar atendiendo con el señor Camacho, su madre, Sonia, estaba a cargo tras el mostrador.

—¡Miren nada más! —dice en cuanto nos ve entrar. —Mis chicas favoritas de Kalë. —sonreímos, Rich también lo hace. —¿Qué se les ofrece?

—Mamá pasó aquí ayer a encargarles unas costillas de cerdo. —dice Jess tímidamente. A pesar de que el señor Camacho es mucho más alto e imponente, se notaba que Sonia era la que mandaba en casa de Richard, en una casa llena de hombres, no podía quedarse en el fondo siendo una subordinada.

—Ah, sí. —fue esta vez Rich el que habló. —Regreso en segundos.

Antes de que Sonia dijera algo, Joel Pimentel entra. Me siento helada, no he tenido contacto con él desde hacía una semana, traté de localizarlo en la playa, pero nunca le vi, y no iba a pedirle ayuda a Rodrigo Lebrón porque me da mucha desconfianza.

—¡Joey! —exclama Sonia, me parece raro el apodo, nunca le daría un diminutivo a un tipo que convive con caballos asesinos desde niño, sobre todo cuando es así de hosco, fue amable en ayudarme, pero su tono nunca lo fue.

—¿Cómo estás, Sonia? —le contesta con su seriedad de siempre, pero a Sonia no le molesta en absoluto.

—Todo va increíble. Ya me he enterado que muchos apostarán por ti, como cada año, son astutos.

Por primera vez escucho a Joel Pimentel reír... si es que a eso se le llama risa, fue más un "Jaja" con una media sonrisa.

—Escuché que este año habrá más competidores. —dice el chico, y no puedo evitar pensar que lo hace a propósito porque estoy ahí.

—Eso no lo sé, cielo. Pero ¿qué importa? Tú eres nuestro orgullo nacional.

—Es bueno conocer a la competencia. —dijo encogiéndose de hombros. —Cambiando un poco de tema, vengo por...

—La comida de Orkan. —se adelanta Sonia y Richard vuelve con el pedido de Jessica, le paga y sin platicar mucho con él, caminamos hacia la salida.

—Espera un segundo, Vic. —anuncia Sonia poniendo los pesados cubos con carne ensangrentada en el mostrador. —Tengo algo para ti.

Miro a Jessica, la cual se encoge de hombros. —Te veo en la tienda. —dice y se retira.

Vuelvo hasta el mostrador. Sonia se limpia las manos, desaparece por un nanosegundo y me tiende una bolsa de papel con dos melocotones dentro. Joel Pimentel no oculta su confusión.

—Son la fruta favorita de ella y su hermano. —aclara, pero él no dice o hace nada.

—Gracias, Sonia. —las palabras me salen con una sonrisa inevitable.

—Quiero hablar contigo, Albareda. —suelta Joel Pimentel, discretamente, aunque por lo cerca que está Sonia, sé que le ha oído. Lo mira con cautela pero finge no haber escuchado nada, Joel Pimentel deja el dinero en el mostrador, es la cantidad exacta así que no tiene que esperar por el cambio. —Gracias Sonia, nos vemos luego. Hasta pronto, Richard.

No espera tampoco a que le contesten y confundida le sigo, no sin antes darle una sonrisa a los Camacho.

En cuanto llego junto a él, deja los cubos pesados en el suelo y me mira fijamente, puedo ver mi reflejo en sus ojos oscuros y brillantes.

Riendas » joel pimentel || TERMINADAWhere stories live. Discover now