Los finales también son comienzos

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Es curioso que el mismo día en que la Señora Catalina supo que iba a morir, fue cuando decidió volver a vivir.

Insuficiencia cardíaca terminal le había dicho el médico. O lo que es lo mismo, su corazón no era lo bastante fuerte para recoger suficiente oxígeno de sus pulmones y bombear sangre rica en oxígeno por todo su cuerpo.

Si se cuidaba, tal vez podía llegar a vivir tres meses más.

Hoy hace tres años de eso. No, la Señora Catalina no está viva. Estaba terminal, ¿o es que no sabes leer?

Pero sí que es cierto que no vivió sus últimos meses de vida como lo hacía el resto de la gente. Normalmente se rodean de sus seres queridos, si los tienen, y procuran irse en paz en su casa. Ella no. Ella no tenía seres queridos, me refiero. Sí se fue en paz. Pero no en su casa. De hecho, desde que entró al Nivel 1 no volvió a pensar en las personas de su familia que dejó atrás. Es lo que hacen todos cuando llegan al Nivel 1, se olvidan de su pasado y todo lo que tenga que ver con él. Ya no miran hacia atrás. ¿Para qué? Si ya han alcanzado la verdad máxima y el máximo nivel de pureza. Claro que cuando sabes que en tres meses la vas a palmar, la verdad máxima y el máximo nivel de pureza te la repanpinflan bastante. Eso fue lo que le pasó a la Seño Catalina, tuvo una especie de catarsis y decidió que ya no le interesaba seguir en el Nivel 1.

Fue entonces cuando, por coincidencias caprichosas del destino, su camino se cruzó con el mío y me eligió a mí como guía para ayudarla a regresar al Nivel 4. Ahora que pronto iba a convertirse en polvo, quería volver a ser adulta, adolescente y niña. Me pareció una recapacitación admirable, si no fuera porque bajar de Nivel es ilegal y está penado con la muerte. Claro que para alguien que está terminal eso no es un impedimento, ¿verdad?

Nivel 4Where stories live. Discover now