𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙃𝙀𝘼𝙍𝙏 / 𝙃𝙔𝙐𝙉𝙇𝙄𝙓

[ 𝘿𝙄𝙀𝘾𝙄𝙊𝘾𝙃𝙊 ]

El rubio observó a su novio zarandear las llaves frente a su rostro y se las quitó rápidamente para abrir la puerta, estaba tan emocionado que no podía esperar más para ver el interior de la nueva casa. Abrió la puerta y corrió por todo el lugar recorriendo cada una de las habitaciones, la alegría que sentía en ese momento era demasiada y no se quedó quieto hasta que el moreno lo tomó de la cintura.

—No pensé que te gustaría tanto —besó su frente—, sé que no es muy grande, pero busqué una que tuviera un jardín bonito para que el cachorro pudiera jugar libremente.

—Binnie, esta casa es perfecta para nosotros —lo abrazó con fuerza—. Tiene todo lo que necesitamos y lo mejor es que el costo de la renta no es mucho porque todavía nos queda dinero suficiente para decorar y hacer algunas remodelaciones.

—No debes preocuparte por eso, cariño —le pellizcó la mejilla—. Los dos convertiremos este sitio en nuestro bonito hogar.

—Lo sé, sin embargo… Creo que deberíamos llevar las cuentas con mucho detalle y no derrochar el dinero como si nada —el pecoso se apartó un poco—. Hay cosas que podemos hacer nosotros mismos como pintar.

—Entonces, quiero comenzar pintando unos besos aquí —llevó los labios al cuello de su novio—, y quizás también más abajo.

Felix soltó una carcajada volviendo a apartarlo y negó con la cabeza corriendo hacia la sala para que no pudiera atraparlo nuevamente.

—No hay tiempo para eso ahora, todavía tenemos trabajo por hacer en la florería —dijo viéndolo desde el pasillo—, pero esta noche puedes quedarte a dormir conmigo.

—Lix, sabes que esta noche no puedo —chilló cruzándose de brazos—. Recuerda que tengo que cenar con mis padres y tú no quieres acompañarme.

—No es que no quiera —caminó en su dirección—, es sólo que quiero adelantar un poco los preparativos para la mudanza.

—Está bien, pero vendrás conmigo la próxima semana —insistió besando la punta de su nariz—. Ellos te adoran y no dejarán de mencionarte toda la noche, estoy seguro de que me harán extrañarte.

—No puedes vivir sin mí —se burló.

—Tonto.

[...]

Felix caminó hacia el depósito en busca de los artículos que le quedaban por acomodar en las estanterías, no había parado a descansar en toda la tarde y todavía le quedaba mucho trabajo por hacer antes de terminar con su horario. Estiró un poco los brazos para aliviar el cansancio que sentía, tampoco había dormido bien la noche anterior y todo se debía a los arreglos que estaban haciendo para la mudanza, aunque eso también lo mantenía muy feliz. Se agachó para recoger la última caja que quedaba en la fila y de repente, sintió la vibración del móvil en su bolsillo, lo sacó rápidamente para observar la pantalla.

—Hannie —sonrió respondiendo la llamada.

—¿Estás ocupado? —preguntó al otro lado de la línea.

—Un poco, pero eres mi mejor amigo y mi jefe —se apoyó en la pared—, así que siempre estoy disponible para lo que necesites.

—No sabes lo afortunado que me siento de tenerte a mi lado.

—¿Qué sucede? —dijo preocupado— Te escuchas algo desanimado y eso no es muy común en ti.