Capítulo 1: Corazones calientes

3.5K 243 52
                                    

     Él estaba en su casa sentado en la esquina del mueble que estaba colgando del techo mirando hacia arriba al suelo, o más bien abajo. Aún con el libro levitando frente a él, aún con la cabeza sumergida en el mar de palabras no conseguía mantenerse en un solo pensamiento.

     Las palabras que leía no parecían tener sentido, leyendo la misma oración múltiples veces y aún sus pensamientos se desviaron del libro. Arrojó el libro a una esquina solitaria de la sala con un gruñido de resignación.

Te haces el rudo, pero eres sentimental.

Las palabras de Spike clavaron profundo en su cabeza una y otra vez, si el entendiera que no es simplemente hacerse el rudo. Ser inmortal se convirtió en una maldición desde que abrió puertas a la amistad, se vió envuelto en el pensamiento múltiples veces. Nada más que amistad.

     Llevó su garra de águila a su rostro acariciando lentamente su cien para calmar el punzante dolor que causó esos pensamientos. Chasqueó sus dedos y una luz blanca brillante lo consumió desapareciendo de la casa y volviendo a aparecer en Ponyville donde todos estaban afuera disfrutando de la compañía de sus parejas, todos parecían bajo un hechizo, por que siquiera se inmutaron a la repentina llegada de Discord.

     Parecía aterrado por todo lo que sus ojos le mostraban, era como una plaga, todos estaban mirando a los ojos sus parejas con una sonrisa tonta en sus rostros. Ninguno despegó su mirada del otro y eso pareció aterrarle por unos momentos.

     Pero internamente una idea fugaz causo una pequeña punzada en su corazón. Solo que su actitud no dio señal de que algo dentro dolía. El orgullo impediría esa clase de derrumbe frente a todos estos ponys, locos que ni siquiera sabían lo que el amor podía hacer en ellos. Ellos no sabían las redadas del amor. El amor es una plaga, así comienza todo su sucio juego. Haciéndote sentir solo. ¡Para eso tenía amigos!

Pero... a veces no era suficiente.

     Necesitaba de alguien que le demostrara que lo amaba, realmente. Pero aunque encontrara a algún pony, lo cual era sumamente imposible había un problema. Un grave problema...

     Inconscientemente caminaba sumido en sus pensamiento se había prohibido rotundamente mostrar señales de tristezas pero no tuvo el tiempo para observar su rostro caído. Al pasar los segundos se dio cuenta de su rostro y respiro profundo mostrando nuevamente su rostro indiferente.

     Levanto su garra con su rostro indiferente dispuesto a chasquear las garras cuando escucho un "Gracias pero debo negarme" pero no de cualquier pony. Eso fue lo que cautivo su mirada. Su rostro se volvió en sorpresa cuando vio a su amiga más cercana negándose a la posible propuesta de un semental unicornio de cabello negro y piel índigo.

     El semental parecía de alta estatus social, su cabello estaba bien arreglado y pareció respetuoso al tomar su palabra sin cuestionar. Entonces al ver el rechazo de su amiga se hizo preguntarse el por qué.

     Siempre la vio sola, había escuchado rumores de sus amigas, ellas tenían un ojos encima a varios sementales. Del pequeño grupo ella fue la única que no tenía ojos para nadie. Al menos eso había pensado, nunca habían hablado de estos temas extraños. Detestaba la idea de hablar sobre amor.

     Su cuerpo sin su consentimiento se movió en dirección a ella, Afortunadamente ella no fue capaz de verlo, lo cual le dio la oportunidad para darse cuenta lo que iba hacer y retractarse. Sin rodeos se dio vuelta y se marchó a un pequeño banco situado cerca de un riachuelo iluminado por las estrellas y las luces rosas en los árboles; no se marcho antes de darle una mirada de reojo.

       Cuando respiró hondo y deslizó su mirada a sus brazos apreció sus puños cerrados con fuerza. Esta acción lo enojo, frunciendo el ceño y apartando su mirada al riachuelo.

Te ves tan estúpido.

     El diminuto crujido de un diamante partiéndose en pedazos siendo masticado hizo que su oreja se crispara y volviera su cabeza a donde venia el ruido; allí estaba Spike masticando un Rubí en dirección a él. Antes de sentarse a su lado arrojó un pequeño pedazo que resto del Rubí, era mala educación hablar sobre sentimientos mientras comías.

     Discord lo observó con una ceja levantada sin decir alguna palabra, aunque Spike no lo había mirado a la cara cuando se sentó a su lado podía sentir la mirada suya quemando sus escamas.

     "No es tan malo sabes," murmuró ignorando su mirada.

     "¿Qué no es tan malo?" puso énfasis en la primera palabra sabía de que hablaba solo que no deseaba hablar sobre esto. Otra vez.

     El dragón finalmente lo miró "Vamos, Discord," dijo con simpatía "Vi como la miraste," Él volvió su cabeza hacia él, esperando ver una reacción distinta a la que había estado pensando.

     Él cerró los ojos y negó múltiples veces con la cabeza. "Viste mal," su voz fuera se sí, fue plana y al abrir sus ojos confirmó sus pensamientos.

     Spike abrió la boca para hablar pero Discord tomó la delantera, él observó en silencio al dragón por unos instantes "No pensaba en eso, Spike," ambos guardaron silencio un momento. Spike no sabía que debía decirle.

     "Yo no puedo estar con ella, Spike. No intentes hacer que cambie de opinión. Porque no soy la piedra que fui antes," Spike se sorprendió por esta confesión girando su cuello haciendo que su hueso se estirara por la velocidad en la cual se giró.

     Fue tan grande la sorpresa que Spike nunca encontró palabra alguna con la cual responder y Discord quien miraba expectante cada músculo que se movió del rostro de Spike culminó por desviar la mirada con decepción. Había algo más allí.

Algo que el estaba ocultando.

     "¿Q-qué quieres decir con...?" Spike escuchó a Discord expulsar todo el aire que había retenido.

     "Spike, toda criatura, no importa lo que sea. Todos necesitan al menos sentir que son amados. ¡Yo no quería nada con nadie!" chasqueó la lengua frustrado golpeando con el puño la banca.

     "¿Querías...?" Discord asintió "¿E-esto tiene que ver con Flu...?"

     "Si niño. No importa cuantas veces diga que no. Mis malditos ojos sobre ella dirán otra cosa," un jadeó escapó del pequeño dragón no lo podía ocultar movió su cabeza al contrario de Discord para ocultar su creciente alegría.

     Discord dejó caer su cabeza callando, temía que las vergonzosas lágrimas pudieran ser vistas por Spike. ㅡEntre todas las criaturas soy YO él que tiene magia poderosa. ¡Yo soy la magia! ¡Entonces por que no puedo sacar esa sensación de mi! Lo estoy intentando, sigo intentando y no puedo. ¡Todo lo que ella hace simplemente...!" Sintió la pequeña garra de dragón en su pata de león, su pequeña garra se perdió en su gran garra fácilmente pudo haber ignorado el toque de este niño pero no lo hizo, calló al instante.

     Tragó saliva, se atragantó con tantas palabras, cerró sus ojos a presión por sus deseos por esta yegua. Solo deseaba abrazarla sentir su aroma a primavera sobre él. Estar a su lado para siempre, levantarse cada mañana a su lado sabiendo que no se irá. Escuchar cada día más de ella amarla más. Pero eso era imposible, quizás no imposible más bien prohibido.

     "¿Por qué te niegas a aceptar esto?" Spike susurró no queriendo dañarlo o romperlo pero en cambio solo recibió una risa seca sarcástica.

     "Ella a mi lado es una bebé," hubo un sabor amargo en su boca.

     Él obtuvo un punto, aunque ella era mayor de edad, jamás se podría comparar con él. Aunque la amaba con toda su alma esa idea le incomodaba

     "Discord si ella te ama..."

     La idea de obtener su amor hizo que su corazón saltara de alegría y terminara estrellándose en su caja torácica causando una pequeña ruptura. Si ella llegara amarlo alguna vez él se negaría no podría hacerle eso a ella. Por esta razón intentaba al máximo no hablar sobre sentimientos relacionado al amor. Manteniendo una conversación de bromas nada más.

     Discord vió a Twilight alterada mirando de un lado a otro. "Twilight te busca."

     "Oh, si. Nos vemos luego, Discord," corrió hasta la angustiada pony quien lo buscaba desesperada.

Incompatibles (Editando) Where stories live. Discover now