CAPÍTULO 14

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'El peligro no acaba aquí'

La luz entraba por mis ojos pesados por la hinchazón, mis dedos comenzaron a moverse, sintiendo la suave tela y el aroma a flores, sin embargo, eso no evitó que el dolor en mi pecho en cuestión de segundos volviera a florecer como la noche anterior, mi mente se lleno del recuerdo ahogado de mis gritos y repentinamente de mis ojos empezaron a estallar las lágrimas.

—¡Elena!... Dios, cariño no llores, mamá está aquí —susurró una voz que me recordó a casa, sus manos tibias recorrieron mis hombros, dándome un abrazo que tanto necesitaba.

—Mamá... ¿Có-cómo viniste hasta acá? —le pregunté, aún con un pequeño llanto.

—Tomé el primer avión que pude para venir aquí, Sara me llamó... No entiendo cómo pudo pasar esto... llamaré al doctor, trata de descansar.

Ella se alejó, dejándome acostada en aquella camilla. Los moretones en mis brazos eran visibles, aún más en mis muñecas, ni siquiera podía mirarlas de nuevo sin que se me venga a la mente la mirada tan fría de Marcus sobre mí, mirar cada parte de mi cuerpo solo me hacia recordar como fue tan violento.

Me llena de melancolía pensar que el primer hombre que me tocó fue uno sucio y lleno de egoísmo dentro suyo, no podía sentirme más que sucia, desearía poder quitar este pesar pero parece algo imposible de borrar.

Bill... ¿Dónde está él?, lo último que pude ver aquella noche fue como las puertas se abrieron ferozmente, viéndolo ahí, de pie, casi como una piedra y fue el instante en que no supe más. No estoy segura de que sentir, aún recuerdo las palabras de Marcus, sobre Bianca, las intenciones que Bill tuvo conmigo desde un principio, ¿Él en realidad nunca me quiso?, si fuera así, ¿Porque vendría a buscarme como esa noche?, entre tanta desgracia, sigo pensando que tal vez en realidad si me aprecio.

—Sara... —susurre tratando de que el sonido de mis llantos no se escuchara aun más mientras la vi en el umbral de la puerta entrando junto a mi madre y el doctor.

—Perdoname, por favor... —dijo ella, corriendo a mis brazos, llorando las dos juntas y podría decirse que la escena más fuerte que pude tener —Debí hacerte caso, tu no quisiste ir y yo te obligue.

—Basta... No fue tu culpa, esto... Esto tal vez tenía que pasar —le dije con lágrimas en las mejillas.

—¿Porque a ti? No es justo —susurró, abrazándome aún más fuerte —. Juro que ese tipo tendrá la justicia que se merece.

Dijo lo última con rabia en ello, viniendo a mi mente qué fue lo que pasó con ellos. La aleje suavemente, mirándola con desilusión y con el corazón estrujado.

—¿Qué pasó... Con Bill? ¿Dónde está él? —pregunté, tragando saliva.

Mi alma duele, no sólo por lo que paso conmigo, si no, también por él, sabía que ocultaba secretos pero no sabía que tan crudos eran, necesitaba saber la verdad proviniendo de él y aunque eso tal vez me destruya aún más, solo así era la manera en que mi mente estaría en paz, con o sin él debo de seguir.

Sara estaba por responderme cuando un hombre de bata blanca junto a mi madre entran a la habitación. Ella se sentó a mi lado, sujetándome de la mano al igual que Sara, podía notar el nerviosismo de ellas dos al esperar lo que dijera el doctor, en mi caso, no había respuesta alguna, es como si mi sensibilidad hubiese estado congelada para solo esperar lo predecible.

—Buenos días, Elena —dijo mientras me sonreía de lado —. He revisado los exámenes y no existe rastro de alguna contusión fuerte, ninguna fractura interna, solo las heridas visibles que poco a poco irán mejorando, solo necesitamos de una revisión más, pero necesito tu consentimiento.

Sour Romance » Bill SkarsgardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora