Las Alas Del Universo

Capitulo 12: Regreso al santuario

Hola a todos, regreso después de un largo tiempo y nos ponemos al día con las historias, y la afortunada de hoy es está, la cual tengo el permiso exclusivo de Kurai-sho, autor de está historia, sin más, a por la historia.

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Renuncia de derechos: todo lo escrito aquí pertenece a sus respectivos creadores y yo no tengo nada de nada, TT_TT
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-mmmmm- hablando
-(mmmmm)- pensando
-mmmmm- ser sobrenatural hablando
-(mmmmm)- ser sobrenatural pensando
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Capitulo 12: Regreso al santuario

Loa ojos de Naruto se abrían poco a poco y ciertamente estaba algo mareado aun tras soportar el calor sofocante de la lava incandescente al tiempo que luchaba por su vida y por su armadura la cual ciertamente había ganado aunque la verdad no estaba seguro de cómo paso, ahora mismo tenia los ojos bien abiertos mirando el techo de la casa donde había vivido esos años y la verdad ya se había acostumbrado a despertar de ese modo con el cuerpo adolorido y sin recordar bien lo que sucedía el día anterior pero claro tras correr todo el día luchando por su vida o como el caso anterior peleando por su armadura no solía recordar bien lo que pasaba y por eso mismo miraba al techo preguntándose bien que ocurrió
-al fin despiertas Naruto- decía una amigable Retsu mirándole con amor al tiempo que el rubio se alzaba despacio en la suave cama en la que estaba recostado
-yo…gane mi armadura verdad?- preguntaba con curiosidad deseando que no hubiese sido un seño lo que sucedió en aquel combate sin piedad que sostuvo con su singular maestro
-claro que la ganaste Naruto- hablo Shaina quien recién llego a la isla para ver ese encuentro y ahora mismo ingresaba a cuarto con una sonrisa en su bello rostro libre de la mascara
-al fin te diste a respetar Naruto- Pandora apareció enseguida detrás de ella mientras miraba al rubio con una gran sonrisa al tiempo que el solo sonreía al parecer no había sido un sueño.

El rubio se alzo de la cama saliendo del cuarto con algo de duda en sus ojos mientras entraba al comedor de la casa donde un antiguo caballero de fénix leía de nuevo el periódico antes de ver a rubio y esbozarle una sonrisa inclinada mientras cabeceaba de manera afirmativa sin duda no fue un sueño lo que sucedió en aquel momento de desesperación por conseguir su objetivo, el rubio solo podía sonreír al verse ahora como todo un caballero aunque una duda le asaltaba en ese momento al no verle por ningún lado –disculpa Retsu_san donde esta Kempachi_sensei?- preguntaba con curiosidad mientras la mujer suspiraba y todo mundo desviaba la mirada al tiempo que los ojos del rubio se abrían como platos el sabia a la perfección lo que su ancestro tuvo que hacer para ganar su armadura y la sola idea de ser el responsable de la muerte de tan singular hombre le aterraba, no deseaba que fuese verdad y la historia se hubiese repetido pero al no verlo por ningún lado temía lo peor –ya volví Retsu!- saludaba el hombre del parche apareciendo en escena con un par de enormes peces colgando de su caña de pescar al tiempo que miraba al rubio que solo sonreía al verle de pie y bien, exceptuando la venda en su pecho, se sentía feliz aunque cuando el hombre comenzó a sonreír de ese modo toda su felicidad se fue al diablo
-me diste duro eh mocoso no recuerdo cando fue la ultima vez que tuve una quemadura en el pecho jajajajajajaja- su risa resonaba escandalosa al tiempo que el rubio solo sonreía algo nervioso
-lamento eso sensei pero me deje llevar- se disculpaba el rubio al tiempo que el hombre colocaba los peses en la mesa y miraba al rubio con calma y seguridad todo sin abandonar esa diabólica sonrisa
-nah es mejor si te dejas llevar tus instintos nunca te traicionaran Naruto, además ahora que eres todo un caballero jejejeje… ¡podemos luchar en serio! Jajajajajajajajajaajajaja- el rubio perdió todo el color del rostro mientras miraba a los demás que solo suspiraban al tiempo que asentían a las palabras de aquel belicoso hombre
-mi marido es un hombre de gustos simples Naruto- sonrió la mujer de cabellos largos y trenzados al tiempo que el rubio solo retrocedía del sonriente Kempachi.