Capítulo veinticinco: Guirnalda de flores.

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"¡Park Jinyoung!", gritó la madre de Jinyoung irrumpiendo en el dormitorio de hotel donde se alojaban Mark, Jinyoung y Noah.

Mark estaba con el torso desnudo con Jinyoung durmiendo sobre él. Más bien, enredado a él. Con sus piernas sobre su abdomen. Y Jinyoung solo llevaba bóxer y una sudadera con tirantes. Ambos se sobresaltaron por el grito de la mujer. Mark se sonrojo. Dios, no. ¿Por qué ni él ni Park podían tener madres comunes? Menos mal que cada una estaba en diferentes lados del mundo. Solo Dios sabe qué pasaría si su progenitora que le llama "pequeño putito" se juntara con la señora Park.

"¡Mujer! ¡Déjame dormir!", gritó Jinyoung apretándose a Mark sin importarle la presencia de su madre. Mark contuvo el aliento y se alejó del cuerpo de su amante oyendo un quejido de Jinyoung bajo las sábanas. Quiso mirarlo con ternura como cada mañana desde que estaban en Tailandia y Jinyoung dormía plácidamente a su lado pero recordó que la señora Park estaba en la puerta de su habitación a.k.a su suegra. ¿Ella...sabía que ellos tienen algo?

Mark se apresuró al armario y se cubrió el torso con una camiseta por suerte él si llevaba un pantalón pijama. "Señora Park... Buenos días. ¿Qué hace aquí?", preguntó tratando de no sonar grosero. Se supone que ahora...debería caerle bien. ¿No?

"Hijo ¿Por qué no me avisan que están en Tailandia? Podría haberlos recibido en casa y no tendrían que haber pagado un hotel.", le contestó la señora Park. Ella parecía indignada. Mark suspiró y trató de peinar su cabello con los dedos. Dios. Seguro estaba hecho un desastre. Qué vergüenza. "Nos gustó esta locación. Además, yo no estaba seguro de dónde vivían ustedes y Jinyoung no insistió mucho en eso.", dijo.

"Me fui a vivir al otro lado del mundo para que no me avergonzaras, querida madre. Por eso no voy a casa. Que te hayas metido en nuestra habitación deja muy en claro que nunca tendré privacidad contigo en el mismo radio. ¿Cómo entraste?", dijo un adormilado Jinyoung sentándose en su cama mientras se frotaba la cara. Tan tranquilo como si siempre esperara este tipo de actos de su madre.

"Park Jinyoung, quiero estar con Noah. ¿No es obvia la razón? Menos mal que Jackie nos avisó. Ese niño es el sol. Entré pidiéndole a la recepcionista noticias de mi hijo estadounidense perdido en Tailandia.", dijo cruzando de brazos. Jinyoung le estaba por gritar que era una fisgona cuando Noah salió corriendo de su habitación a toda velocidad saltando a los brazos de una orgullosa abuela.

"¡Abuelita!", exclamó el pequeño Noah con felicidad. Estaba usando su pijama de pikachu y se veía tierno. La señora Park lo sostuvo mientras le besaba la mejilla dejándole una marca de pintura de labios. "¿Ya ven? El niño tiene que ver a su abuela. Chicos malos.", dijo la mujer meciendo al niño. Jinyoung tiró su cabeza contra el colchón con brusquedad rogando por favor que su madre no dijera..."Ya que están saliendo más que oficialmente, espero tener una cena con ambos esta noche junto a Noah y tu padre. Me parece completamente necesario. ¿Ves, Park Jinyoung? Desde que leí ese diario donde relatabas las cosas de tus compañeros de Universidad en el Club de Atletismo supe que lo tenías en ti, mi pequeño putito.", y lo dijo. Jinyoung quería tomar a Mark y Noah y huir por la escalera de incendio lejos de esta mujer.

***

"Primero se mete en nuestra habitación como si fuera dueña del lugar. Luego secuestra a mi hijo y ahora nos obliga a una cena. Lo siento tanto, Mark.", dijo Jinyoung mientras el editor se abotonaba la camisa que llevaría a...la cena familiar. "Tranquilo, amor...", Jinyoung suspiró al oírlo decirlo así. Aún se sentía extraño ser tratado así por Mark."...No es que me moleste. Además, te entiendo en el sentimiento, mi pequeño putito.", continuó Mark burlándose.

The Writer [•MarkJin-JinMark•]Where stories live. Discover now