Libro 4/4
El destino hace la jugada a su antojo, la historia se repite al igual que el dolor.
Una venganza marcara el destino de Micaela y la de Alec, luna y beta, amigos y...híbridos.
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♥ °Prohibido el plagio y adaptaciones de esta historia°
♥ EL...
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No, Alec no me correspondía, por más que lo intentaba Alec no continuaba el beso. Dolía, mi corazón dolía por su rechazo.
— ¿por qué?— pregunte cerca de sus labios.
— no esta bien Mica, ahora estoy con Noemí...
Solté su rostro y empece a caminar lejos de él.
No llores... eso pedía. Nunca pedí que me besara, nunca pedí que llegara y alterada todo lo que siento .
— Mica...— su brazo se interpuso en mi camino girándome.
— suéltame...— pedí sin verlo. No tenia que llorar, no tenia que hacerlo.
— no, hay que regresar... Mica...
Me acerque a él y lo abrace refugiándome como una niña pequeña. Tengo que cambiar.
— dime...— dije mientras Alec me abrazaba— tú...¿también sientes lo mismo?
Estaba tan cerca de él que pude escuchar su corazón acelerarse.
Su respuesta fue el silencio.
— me besaste y te fuiste, no te lo pedí...
Me aleje de sus brazos y mire su reacción. Su mirada iba hacia otra lado.
— te fuiste y me pediste que lo olvidara ¿por qué? ¿por qué siento esto, Alec?
— no lo sé...— fue suficiente dolor por hoy.
— llévame con Camila y Leó, por favor.
— Mica...— intento acercarse a mí pero retrocedí.
— no lo compliques... ya tuve suficiente dolor por hoy, solo llévame...
Empezamos a caminar. Ya nos encontrábamos en manada y la casa de Camila no se encontraba lejos. Recordar el día que los conocí me hizo sonreír.
— ¿recuerdas... recuerdas cuando los conocimos?— pregunte.
— no...
— no... yo si..
La casa de Camila se encontraba lejos de la manada pero en los territorios de mis padres.
— detente— dije, él así lo hizo y volteo hacia mí— déjame sola, por favor. Dile a mis padres que estoy bien y que volveré mañana temprano, diles que vine aquí porque quería ver a mis profesores o inventa cualquier cosa.
Camine hasta la pequeña cabaña y toque la puerta. Un golpe y la puerta se abrió.
Leo salio con una taza de café y al verme me entro rápido a su casa cerrando la puerta.
— ¿Mica?— Camila salio de una puerta y al verme se acerco a mí. Leo se fue y al volver me dio una toalla—¿que sucedió? ¿por qué estabas afuera, en la luvia?¿Mica, lloraste? ¿responde-