16. El intento de Olvidar

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No, Alec no me correspondía, por más que lo intentaba Alec no continuaba el beso

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No, Alec no me correspondía, por más que lo intentaba Alec no continuaba el beso. Dolía, mi corazón dolía por su rechazo.

— ¿por qué?— pregunte cerca de sus labios.

— no esta bien Mica, ahora estoy con Noemí...

Solté su rostro y empece a caminar lejos de él.

No llores... eso pedía. Nunca pedí que me besara, nunca pedí que llegara y alterada todo lo que siento .

— Mica...— su brazo se interpuso en mi camino girándome.

— suéltame...— pedí sin verlo. No tenia que llorar, no tenia que hacerlo.

— no, hay que regresar... Mica...

Me acerque a él y lo abrace refugiándome como una niña pequeña. Tengo que cambiar.

— dime...— dije mientras Alec me abrazaba— tú...¿también sientes lo mismo?

Estaba tan cerca de él que pude escuchar su corazón acelerarse.

Su respuesta fue el silencio.

— me besaste y te fuiste, no te lo pedí...

Me aleje de sus brazos y mire su reacción. Su mirada iba hacia otra lado.

— te fuiste y me pediste que lo olvidara ¿por qué? ¿por qué siento esto, Alec?

— no lo sé...— fue suficiente dolor por hoy.

— llévame con Camila y Leó, por favor.

— Mica...— intento acercarse a mí pero retrocedí.

— no lo compliques... ya tuve suficiente dolor por hoy, solo llévame...

Empezamos a caminar. Ya nos encontrábamos en manada y la casa de Camila no se encontraba lejos. Recordar el día que los conocí me hizo sonreír.

— ¿recuerdas... recuerdas cuando los conocimos?— pregunte.

— no...

— no... yo si..

La casa de Camila se encontraba lejos de la manada pero en los territorios de mis padres.

— detente— dije, él así lo hizo y volteo hacia mí— déjame sola, por favor. Dile a mis padres que estoy bien y que volveré mañana temprano, diles que vine aquí porque quería ver a mis profesores o inventa cualquier cosa.

Camine hasta la pequeña cabaña y toque la puerta. Un golpe y la puerta se abrió.

Leo salio con una taza de café y al verme me entro rápido a su casa cerrando la puerta.

— ¿Mica?— Camila salio de una puerta y al verme se acerco a mí. Leo se fue y al volver me dio una toalla—¿que sucedió? ¿por qué estabas afuera, en la luvia?¿Mica, lloraste? ¿responde-

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