Tres Asesinos (Vkook/Vmin) (+18)

Capítulo 9

-¿Qué te pasó en la espalda? -preguntó Jimin al ver unos aruñones en la espalda de Taehyung cuando este salía de tomar una ducha.

-Ah, ¿eso? -Kim procuró no mirar a su novio de frente para que la mentira que estaba a punto de decir no fuera tan evidente-. Fue una tontería, Tuan y yo íbamos a pelearnos pero no duró demasiado, escasamente tuvimos tiempo de medio dejarnos algunas marcas sin importancia.

-Ya veo -Park no dijo nada más al respecto, pero si algo era claro para él, era que no le había creído ni una palabra.

Aunque el castaño y el joven de onceavo grado no se llevaban muy bien, Tuan era muy tranquilo como para formar pelea con alguien, sin mencionar que lo primero que se golpea en una pelea común y corriente, era la cara o el estómago, incluso cualquier parte delantera podía contar. ¿Por qué la espalda? Y sobre todo, ¿por qué aruñones? ¿Acaso se estaban abrazando en ese instante?

El menor sacudió la cabeza tanteando no pensar demasiado, no quería pensar que Taehyung le estaba mintiendo, por no decir más.

Por su parte, Taehyung se vistió a toda prisa sin conseguir ingnorar los recuerdos de la noche anterior; la bebida no había sido lo suficientemente potente como para borrar ciertas imágenes que no dejaban de perseguirlo. Los jadeos de Jungkook estaban grabados en su memoria, y el sabor de su piel... a él mismo no podía negarse lo mucho que le había gustado, sin embargo, aquello era un error, él quería a Jimin más que a nada.

-Creo que ya es hora de volver al colegio -afirmó el pelinaranja, sentándose a los pies de la cama-. Ya he perdido mucho tiempo aquí y lo peor es que de eso no saco nada. Además, la policía me dijo que van avanzando y...

-¿Van avanzando? -lo interrumpió Kim de golpe. Sintió la sangre helarse bajo su piel y un miedo atroz, repentino-. ¿Ya saben quién es el... asesino?

-Aún no -Jimin entornó los ojos algo extrañado por el comportamiento del muchacho mayor, de todos modos, no le vio tanta importancia-, pero casi. Estoy seguro de que ese desgraciado, asqueroso y abominable tipo pronto va a pagar todo lo que hizo -su voz a pesar de ser suave y tierna, ganó un matiz oscuro y perverso-. Quiero ver su miserable rostro cuando sepa que se va a morir en la cárcel o quizá...

-¿Quizá qué? -cuestionó Taehyung disfrazando los nervios tanto como le fue posible.

-Quizá muera antes de que pueda podrirse en la cárcel.

En el dulce rostro de Park se marcó un gesto tedioso. Kim sintió un corrientazo recorrer cada pequeña parte de su cuerpo. ¿Jimin sería capaz de matarlo? No, a lo mucho de dejarlo, inclusive odiarlo por siempre, pero matarlo no, su Jiminnie era demasiado tierno como para cometer un acto de ese tamaño y más con él.

No obstante, todo se estaba volviendo terriblemente peligroso últimamente; no solo por su crimen, también por parte de Jungkook. Si quería que todo estuviera bien con el amor de su vida, debía hacer algo ahora, después podría ser muy tarde.

-Jimin, vámonos -replicó el castaño, besando con delicadeza las pequeñas manos del otro chico-. Olvidémonos de todo, pensemos solo en los dos. Podemos ir a otra ciudad, conozco la clave de la cuenta de mi padre. Con ese dinero tendremos para irnos lejos de aquí, a otra ciudad. Allí podemos trabajar hasta conseguir dinero y viajar a otro país después, uno en donde nadie sepa de nosotros.

-¿Qué dices? -Jimin se zafó del agarre, levantando las cejas con sorpresa-. ¿Por qué tendríamos que hacer eso?

-No quiero que pienses en venganzas estúpidas -aclaró lentamente Taehyung con su tono más convincente-. Seguro van a atrapar al asesino. Yo no quiero que te atormentes por eso, por más que quisieras vengarte, ellos no van a volver. Además... ya sabes cómo son mis padres conmigo, quiero dejar de estorbarles.

El último punto era cierto, mas Kim nunca lo había visto tan favorable como en aquel momento. Con esa frase final sabía que convencería a Jimin sin problemas.

-Tienes razón, Tae, vámonos lejos tu y yo.

Taehyung sonrió antes de besar a su novio con fuerza, ahora si nada ni nadie podría separarlos.