Capítulo 11

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Hi!! Gente bonita... Lamento el retraso una vez mas, pero realmente mis días son un caos T.T 

Sin mas palabras, a leer!!

~~~~~~*~~~~~~


— ¿Y que se supone que están haciendo? — Cuestiono después de unas horas dentro de su cueva, observando desde su nido como los pequeños se encontraban en un rincón.

—Vamos a dormir aquí, no queremos molestar — Fue Eri quien decidió hablar.

—Demasiado tarde para eso, ya los he traído a mi cueva y he tenido que parar camino aquí porque a ustedes se les ocurrió tener hambre.


Bueno eso era cierto y debido a ello ambas crías pudieron intercambiar algunas palabras en las cuales la albina le rogó a su hermano que no la volviera dejar sola y en lo posible que no estuvieran demasiado cerca del zorro gruñón porque le daba miedo, por eso ahora estaban un par de metros alejados de él.


— ¿Ahora se nos prohíbe tener hambre? — Increpó Kouta a lo cual su hermana lo jalo de una oreja.

—Sería espléndido si... — Pero un gruñido proveniente de su propio estómago lo hizo detener sus palabras, la albina sin querer soltó una leve risa, pero al ver la mirada molesta del zorro tapo su boca — Quédense aquí y no se les ocurra moverse ¿Entendido?


Sin más palabras salió de la cueva. Ahora que lo pensaba con todo lo acontecido ni siquiera había probado bocado alguno durante todo el día y aunque su estómago rugiera no tenía los ánimos y mucho menos la fuerza para salir a cazar. Por ello solo se alejó unos cuantos metros a las cercanías de un claro en el cual de vez en cuando solían ir con Deku a ver las hermosas estrellas en el firmamento brillar bajo la capa oscura de la noche. Dio un largo suspiro mirando los primeros astros que empezaban a iluminar... Cada segundo parecía una eternidad.

Y ahí amparado por la soledad, las mil imágenes vividas durante el día aparecieron como profundas llagas, pero una en especial fue la que causó más dolor y fue recordar a su molesto Deku herido, eso era algo que se juró no volver a repetir jamás.

Era bastante tarde cuando decidió que era hora de regresar, lo más seguro es que los hermanos ya estarían durmiendo y la verdad es que lo esperaba ya que lo único que deseaba por ahora era solo descansar de esa forma el tiempo pasaría más rápido o al menos lo esperaba, además de que el frío de la noche estaba comenzando a calarle los huesos.

Lo que encontró al llegar le hizo arrugar el entrecejo más de lo que ya lo tenía, ya que los pequeños se encontraban cerca de la entrada temblando de frío.

¡Genial! Yo les dejo mi cama y ellos se acuestan donde les place — Pensó el zorro llegando al lado de ellos, acto seguido agarró a la albina desde el lomo con cuidado para no despertarla, aunque el movimiento para su desgracia alertó a su hermano.


— ¿Qué haces? — Preguntó el gazapo pero por obvias razones el zorro no contestó solo lo observo con cara de pocos amigos y siguió su camino hasta dejar a la pequeña cómodamente en su nido.

—Hace frío — Respondió seco al tener su mandíbula libre y antes de que el azabache pudiera decir algo lo agarró aunque sin tanta delicadeza como a la pequeña y lo arrojó a su lado.

— ¿Qué significa eso?

—Lo que quieres imaginar — Sin más volteó acurrucándose un par de metros a la lejanía.

Nuestro EncuentroWhere stories live. Discover now