Diana.
Niall seguía sentado en aquella única silla en toda la habitación, desde que despertó su mirada no se había movido de mí, se encontraba con los ojos entrecerrados en mi dirección, como si tratase de descubrir lo que estaba pensando, mientras mantenía una faceta precavida y afligida.
Dejó la silla y caminó lentamente hacia la camilla, teniendo cuidado de cada paso, probablemente temiendo de que le volviería a decir que se fuera gritando, pero no lo hice.
Se sentó a un lado sobrante de la camilla, en cuanto estuvo frente a mí quiso tomar mis manos, pero las alejé, no me agradaba la idea de Horan tocándome, o estando cerca mío. Su presencia últimamente no hacía otra cosa que recordarme todo lo que me había hecho, y en cuanto me tocaba imaginaba sus manos en otra persona.
-¿Cuándo me ibas a decir?- su rostro seguía compungido, de la misma forma en que había estado desde que nos peleamos, parecía que era la única expresión que tenía cuando se encontraba cerca mío, aunque esta vez tenía un toque de confusión, probablemente fuese... ¿enojo?, ¿rencor?
-Podría preguntar lo mismo-dije bajo.
-Diana... es distinto
-Niall, sé que la cagué, que debí cuidarme, pero estaba cansada, triste, rota... Cada vez que pienso en ti recuerdo...
-Sé lo que hice- me interrumpió- pero esto no sólo te afecta a ti, Di, también afecta a nuestro hijo
Tal vez fuese el eterno vacío en el que me encontraba mientras estaba inconsciente, o el mundo paralelo que había imaginado donde nada de esto ocurría y yo me encontraba sana al lado de una cuna, pero ni yo imaginé que diría las siguientes palabras.
-Lo sé, lo siento- tal parece él tampoco se lo esperaba.
-Yo... sé que no puedo hacer nada para cambiar el pasado, pero puedo hacer algo por el futuro, nuestro futuros. Voy a dejarla, Didi, voy a dejar a Hailee, no sé si alguna vez podrás perdonarme por todo lo que he hecho, o si alguna vez volverás a verme como solías hacerlo, sin esta ira en tus ojos, pero no me cansaré hasta intentarlo. Cuando te encontré tirada en el piso de la cocina, y cuando te estaban observando, y... cuando me dijeron la noticia, pensé que te iba a perder, tuve peor que nunca este dolor en el pecho porque me imaginé una vida sin ti, una vida de la que me di cuenta no quiero ser parte. La cosa es... eres el amor de mi vida, Diana Khalid, y soy un imbécil por darme cuenta hasta este momento
-Niall, por favor no...
-Proablemente no importa cuántas cosas haga por ti jamás me disculparás, pero algo de aquí es seguro; voy a cuidarte, no importa si no quieres, porque es necesario, es necesario para ti y para el bebé, no puedo... yo no puedo perterte, Didi
-Niall, agradezco que me hayas traído aquí, y también que te hayas quedado hasta que despertara, pero nada de lo que dices es necesario, además, me perdiste en el momento en que decidiste tener una amante, por favor, quiero descansar, sale
-Didi...
-No te quiero gritar, sólo... vete, necesito estar sola- entreabrió sus labios para contestarme, pero a último momento decidió quedarse callado y se fue sin decir nada.
Niall.
Golpee la muralla frustrado, Diana estaba cerrada a toda opción de hablar. Molesto, pero decidido, salí del hospital.
Le tendría que poner fin a la extraña relación que tenía con Hailee, tomé el automóvil y limpié las lágrimas que se habían escapado de mis ojos.
Lupus, Didi tenía lupus de mierda.
Lloré antes de comenzar a conducir a casa de Hailee, no sé qué hora era, pero ya parecían ser las siete de la tarde o algo así. Después de tomar a Diana en mis brazos el tiempo fue lo que menos me importó. No fue hasta las ocho de la tarde cuando fui capaz de manejar, las lágrimas nublaban mi vista sin detenerse, no creía que nada de esto estuviese pasando, Diana sufriendo frente a mis ojos mientras yo la engañaba a sus espaldas. Era in imbécil, un idiota, probablemente lo había dicho más veces de las que puedo contar en los últimos días.
Llegué a la casa de Steinfeld, entré y la chica estaba histérica hablando por teléfono.
-¡NO ME CONTESTA HARRY!- sus gritos cesaron cuando sus ojos se fijaron en mí- Aqui está, olvida todo lo anterior
Soltó el teléfono y corrió a abrazarme.
-Estaba tan preocupada, nunca más hagas esto Niall-se apegó a mí buscando mis labios.
La miré y me separé, sus ojos estaban inspeccionándome confundidos, sus manos tocaron mi cara y estaba acercando sus labios a los míos.
-No...-me alejé-Tenemos que hablar Hails- hablé serio.
-¿Estabas con ella, no?-dijo molesta.
-Hailee, sí, estaba con ella-me empujó y chilló.
-¡NO PUEDO CREERLO!-se tomó la cabeza.
-Hey, no te enojes-la trataba de calmar.
-Niall, pensé que no la verías más
-Hailee, ella me necesita, yo... no puedo estar contigo, lo siento Hai, esto nunca debió haber pasado
-No decías lo mismo cuando nos revolcábamos en el hotel, eres asqueroso Niall, ojalá Diana nunca te perdone-me empujó fuera de su casa- Te odio
-Adiós, Hailee
Fue lo último que dije para recibir un portazo en la cara. Caminé al auto, me sente ahí por varios minutos y por primera vez después de mucho tiempo, sentí que hacía lo correcto.
Conduje hasta mi casa, iba a ordenar, dejar todo listo para recibir a Didi en unos días más.
Llamé a Lionel y con su hermana Iris me ayudaron a ordenar el chiquero, observé a mi teléfono celular tirado en el piso de la cocina.
Lo tomé y con la poca batería que le quedaba vi las mil llamadas de Hai, llamada de los chicos, mi madre y solo les escribí a todos el mismo mensaje «estoy bien, estaba con Diana, no se preocupen»
Pero en la realidad, estaba pésimo, tenía miedo, como nunca antes de perder a Diana, esa enfermedad iba a ir consumiéndola de a poco y no estaba preparado para ver morir a mi chica.
-Todo estará bien Niall, Diana después de todo es la más fuerte de todos nosotros y se la va a poder-dijo Lionel entregándome una cerveza.
-Eso espero, Lio
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