« C A P Í T U L O D O S »

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«—Mío—», la misma palabra de posesión se repite una y otra vez en la cabeza de JiMin, sollozo bajito escondido en las mantas de su cama con la almohada en sujeta con sus manos en su cabeza, simplemente quiere desaparecer de la faz de la tierra, no queriendo creer lo que la luna había hecho por mero capricho. Un niño, un cachorro; debía ser una broma, su Alfa destinado no podía ser un cachorro, ¿Cómo diablos un cachorro iba a protegerlo? Y lo más importante, ¿Cómo iba a ayudarlo cuando su celo llegará?

Sabía que no debió haber huido de esa manera pues el cachorro es un Alfa dominante, ¿Qué quiere decir con eso?; que la parte Alfa de desarrolla más rápido que el humano, siendo un adulto grande a los trece años humanos o antes dependiendo de el espíritu animal. Por lo que el Alfa del cachorro debe estar orillándolo a cambiar y darle caza. Algo que JiMin sabía era imposible y que sólo lograría enloquecer al animal y como consecuencia traería la locura del cachorro y la posible muerte.

—¡JiMin abre! —Escuchó el grito de su mejor amigo, TaeHyung estaba furioso con él, apenas llegó al departamento que ambos compartían le contó todo al Alfa y como primera reacción fue gritarle que regresará a donde el cachorro que era su pareja. —¡JiMin! —Tembló dentro de las sábanas, su omega le estaba rasgando las entrañas para que fuera a donde el cachorro. —¡Park abre o derribare la puerta!

Negó, no, no, no. La luna no podía ser tan cruel con él. No podía hacerle eso, ¿Por qué? ¡¿Por qué él?!, Sollozo una vez más y su cuerpo entero dio una fuerte convulsión.

La parte de el morir iba por ambos lados, si el cachorro moría eso significaba la muerte para su omega aunque no estuvieran acoplados, pues siendo almas unidas una vez que el Alfa proclama al Omega no hace falta la mordida.

—¡Ahg! —Gimió por el fuerte dolor que cruzo su espina dorsal logrando doblarlo entre las sabanas hasta dejarlo en posición fetal. Las lágrimas salían como cascada de sus amielados ojos verdes, sollozo bajito entre la oscuridad hasta perderse por completo con el sonido fuerte de algo cayendo de golpe. Escuchó la voz de TaeHyung lejana y después el fuerte gemido adolorido de su omega antes de dejarse ir.

—¡JiMin!

—————🍃—————

Emergió del sueño cansado, todo su cuerpo doliendo a mil y sin poder moverse un milímetro por un invisible peso en su pecho, estaba siendo sofocado pero no se sentía con ganas de quitar lo que estuviera encima de él; de hecho se sentía bien, reconfortante y cálido. Con un suspiró logró mover sus brazos y tomar a eso que estaba encima de su pecho, sin abrir aún los ojos apretó lo que identificó como un pequeño cuerpo y sonrió.

Olía delicioso.

Una deliciosa mezcla salvaje y posesiva, rozando lo prohibido. Era, café con una pizca de miel, tierra mojada y roble con un poco de olor floral y frutilla. Una tarde lluviosa, cálida y suave. Así olía y así se sentía.

—Mami, ¿Está despierto ya? —Escuchó una suave voz ronca e infantil, de hecho era cómico en muchos sentidos.

—No lo sé amor. —Otra voz más suave contestó.

Quería abrir los ojos y ver que sucedía pero, simplemente su consentido omega mimado no quería moverse, y no era como que él también quería hacerlo. Jamás se había sentido tan bien en toda su vida.

Su pecho tembló en un ronroneo ante las caricias que recibió en sus brazos, seguido de unos pequeños labios suaves en su cuello y una pequeña nariz olisqueando en esa sensible zona que tenía prohibida para todos, pero esa revoltosa nariz que olisqueaba ansiosa se sentía bien, se sentía correcto.

Mi Pequeño Alfa [ 愛 ] ©Where stories live. Discover now