Tin.
-Yay!.- Grita de alegría mientras corre hacia todos lados sin saber bien a donde ir. Diablos, debí haberle puesto una correa.
Me acerco a él cuando se detiene a leer un cartel de indicaciones y advertencias.
-Podemos ir a las tazas primeros, luego al pulpo giratorio, y éste..no, primero a éste mejor.- Señala.
-Tenemos tiempo para ir a todos, todavía es temprano.- Respondo cuando veo que en su cabeza hay una lucha interna por decidir a cual juego ir primero.
Todos los niños han ido a un parque de diversiones alguna vez o aunque sea la mayoría de las veces, ese no fue mi caso.Y la verdad es que no me había molestado nunca no haber ido hasta que vi a Can columpiarse como un niño de cinco años. Supongo, que no está mal disfrutar ahora que soy agrande.
Can parece convencerse de un juego una vez que lo ve varias veces, entonces toma mi mano y la entrelaza a la suya sin darse cuenta, jalándome hacia esa dirección.
-Vamos a la isla caramelo!.-Grita con mucha emoción mientras yo me dejo arrastrar por él. Cuando llegamos hay una pequeña fila de personas esperando, pero algo me hace pensar que esta clase de juegos no es para nosotros.
-¿Como que no podemos pasar?.- Pregunta Can con preocupación.
-La edad máxima permitida es hasta los 10 años señor.-Nos responde el encargado del juego.
-Pero a mi me gusta este juego y no tengo 10 años.- Contesta Can con mucha decepción en su rostro.
-Lo lamento señor, pero no podemos dejarlo entrar..-
Su sonrisa desaparece, es como si a un niño le hubiesen sacado sus juguetes. Coloco mi mano en su cabeza para revolver su cabello y él me mira.
-Podemos ir a otros, hay más juegos en el parque.- Digo de forma dulce. Usando el mismo tono que uso con N'PhuPha, mi pequeño sobrino.
Can asiente con la cabeza y la sonrisa que considero más hermosa vuelve a su rostro.
Nos dirigimos a otro juego, el pulpo giratorio, una enorme máquina con tentáculos que giran de arriba hacia abajo mientras se inclina constantemente.
Comparto el asiento con Can quien se ve muy emocionado hasta que el juego empieza a girar y entonces su cara cambia y se aferra con tensión a la barra de seguridad. Este juego gira con demasiada velocidad incluso para mi. Tres largos minutos son los que estamos arriba y cuando termina y bajo veo a Can salir tambaleándose por todos lados.
-Can..-Lo llamo cuando veo su extraño caminar y él se da vuelta.
-Tres Tin..Hay tres Tin.. apenas puedo con uno como voy a poder con tres?.-Dice.
-¿Que?..Hey cuidado!.- Exclamo y lo sujeto antes de que caiga al suelo. Can se aferra a mi con fuerza y lo hace por un largo tiempo, hasta que al fin parece retomar el equilibrio.-Si sigues abrazándome..voy a besarte.-Susurro cerca de su oído, puedo ver como éste toma un color rosado junto con toda su cara y entonces se aparta mirando hacia otro costado.
-Ha..Hay muchas per-personas.-Dice a penas pudiendo hablar y sin mirarme.
-¿Eso significa que puedo besarte cuando no haya nadie?.-
Su rubor se extiende aún más mientras permanece en silencio.
-Tomaré tu silencio como un sí.- Digo acercándome nuevamente hacia él.
-Directo, eres demasiado directo..-Masculla.
Un ruido interrumpe nuestra charla y él aprieta su estómago.
