Sentimientos Latentes || Fanfic || Yaoi || Wigetta || 1

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Cuando Willy entreabrió los ojos, los rayos de luz empezaban a colarse por las persianas. En los Angeles amanecía siempre pronto, y la cegadora luz solar le resultó bastante molesta. Recordaba la noche anterior muy vagamente, cómo había empezado a jugar a smite y las horas le pasaron volando hasta que finalmente se acostó muy tarde. Willy lucía ojeroso y somnoliento, pero una vez la luz de la mañana le había despertado era consciente de que no lograría volver a dormirse por mucho sueño que tuviera. Se levantó y se dirigió al salón, mientras se dedicaba a bostezar descaradamente y estiraba uno de sus entumecidos brazos hacia arriba. En el salón estaba Vegetta. Lucía ropa deportiva, y aunque estaba sudoroso también radiante. Se le notaba feliz y activo, tenía esa vitalidad que tanto le faltaba a Willy en aquel momento. 

-Al fin te despiertas, bello durmiente.-Las palabras del alegre Vegetta consiguieron hacer enojar a Willy, quien estaba malhumorado por la falta de sueño y la alegría que irradiaba su compañero de piso.-Pero que dices pringado, si acaba de amanecer, eres tú el que se despierta muy pronto ¿Ya has vuelto de correr? Anda que esperas.-Espetó el menor en tono condescendiente, mientras dirigía sus pasos hacia la cocina para prepararse el desayuno. Vegetta, cómo siempre sonriente, no dejó que la irascibilidad de su compañero le afectase.-Claro, te voy a esperar, si siempre te cansas enseguida y te quejas de que te meto prisas.-Argumentó simplemente, librándose de su camiseta de deporte y quedándose con el sudoroso torso al descubierto. El gesto no pasó desapercibido para Willy, que se sonrojó violentamente y procuró no fijarse en la musculatura de Samuel. No era la primera vez que Willy se hallaba mirándole a escondidas, apreciando su cuerpo o rostro. Tampoco podía evitar sonrojarse cuando le dedicaba palabras afectuosas, las cuales respondía con rechazo y nerviosismo. Willy no entendía el motivo de su comportamiento, desconocía por completo lo mucho que el otro le gustaba. Lo más estresante para él, era la forma en que el mayor reaccionaba a este tipo de cosas, mostrándose totalmente ajeno y relajado, al contrario de cómo se sentía él. Procuró actuar con normalidad, aunque no pudo evitar tartamudear en cuanto comenzó a hablar.-Sí ve-venga desnúdate aqu-í.-Titubeó con ironía, desviando la mirada hacia el cajón donde se encontraban guardados los cereales de colores.-Claro, me tengo que duchar ¿Has visto cómo estoy? Ahora una duchita fresquita.-Añadió jovial vegetta, mientras se dedicaba a doblar escrupulosamente la camisa que se había quitado, incapaz de dejarla tirada por ahí aún cuando era ropa sucia que tendría que ir a la lavadora. 

Willy rodó los ojos ante el comportamiento ordenado de su amigo, dejando la leche en el microondas y volviendo al salón mientras esta se calentaba.-Y tú deberías cambiarte, ¿o piensas estar así todo el día?.-Preguntó Vegetta, acercándose a Willy, quien se miró a sí mismo cómo si hasta el momento no hubiera reparado en cómo iba vestido. Llevaba una camiseta de manga corta, unos pantalones elásticos y calcetines blancos. Era la típica ropa vieja que utilizaba para dormir.-eh.. sí, ahora me cambiaré.-Samuel estiró la mano hacia el rostro de Willy, inesperadamente, y este sintió como si su corazón se detuviera por unos segundos.-¿Qué hac„?.-Estaba apunto de pregunar Willy, visiblemente nervioso, antes de que Samuel lo interrumpiera.-Una pestaña, se te ha caído.-El mayor retiró la pestaña de la mejilla ajena, rozando su piel con los dedos, lo que provocó en el chico un estremecimiento. Ahora la oscura pestaña estaba sobre su dedo, el cual puso frente a los labios de Willy.-Venga, cierra los ojos y pide un deseo.-Willy, todavía nervioso, cerró los ojos y sopló el dedo de su compañero, donde se encontraba la pestaña, mientras pensaba algo que deseaba mucho y se ruborizaba.

-¿Qué deseas, Willy? .-¿Estaba Vegetta acercándose a sus labios? ¿Estaba bromeando o pensaba besarle? Cada vez se encontraba más próximo, Willy tragó saliva. ¿Estaba preparado para un beso, así, tan repentinamente? Su corazón martilleaba fuertemente, e incluso empezaron a temblar sus piernas. Una parte de él, la más borde, quiso empujar a Vegetta para alejarle de él y que dejara de bromear, pero la otra simplemente cerró los ojos , aguardando sentir algo contra sus labios. Se acercó más..

Y… ¡DING!

El sonido del microondas, Vegetta se separó antes de hacer nada al escucharlo, y esbozó una gran sonrisa.-Tu desayuno está listo, voy a ducharme.-Y sin más se dio la vuelta, encaminándose hacia el baño, dejando al menor desconcertado, nervioso y malhumorado. Mientras Willy se dirigía a la cocina con ganas de estrangular a Vegetta, escuchó cómo este hablaba solo mientras se dirigía al baño.-Ay.. tengo que afeitarme la barba.-Willy sonrió al escucharle y negó con la cabeza, suspirando.-Si es que.. que pringao.

Sentimientos Latentes (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora