II. Entre cenizas.

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La explosión había arrasado con toda la edificación, La explosión se había extendido unos dos kilómetros a la redonda consumiendo todo a su paso, todo se había vuelto un terreno infértil cubierto de cenizas. Solo quedaba un cuerpo con vida, bajo las cenizas, con su piel desnuda Marlow yacía desmayada.

Marlow permanecía inmóvil, como sumida en un sueño profundo. En las lejanías 2 mujeres una vestida de negro y la otra de un color vino tinto que le cubría de pies a cabeza aparecieron entre una gran niebla grisácea que se extendía, se acercaban hasta donde se encontraba Marlow. Observaron la destrucción causada; sus miradas guardaban intriga, curiosidad y en cierta medida temor. La mujer con el traje vinotinto llevó su mano al suelo y cerró los ojos.

-Augendae. – Pronunció aquella mujer y del suelo empezaron a brotar grandes raíces, dirigiéndose hacia donde se encontraba Marlow. Estas la envolvieron haciendo que desapareciera en su interior, se había formado una especie esfera marrón con las raíces. La mujer de negro hizo levitar aquella esfera que mantenía a Marlow en su interior, ambas empezaron a alejarse del lugar mientras la esfera las seguía. A medida que se alejaban del desolado lugar empezaron a desaparecer en la misma espesa niebla grisácea. El sanatorio Valfa había desaparecido, todos los enfermos y el personal médico yacían entre las cenizas de un valle infértil.

Aquella niebla ahora se extendía en un nuevo lugar, de ella volvieron a aparecer aquellas dos mujeres con la esfera hecha de raíces levitando detrás de ellas. Habían aparecido frente a la entrada de un gran bosque de grandes árboles que se perdían entre las nubes grises.

-Aperta Pittacium - Pronunció la mujer de traje negro y abriéndose entre rayos que se extendían por un muro que no era perceptible a la vista se abrió una gran puerta dejando ver un sendero que se adentraba al bosque.

A diferencia del exterior, el interior del bosque resultaba más cálido, el cielo turbio del exterior no se adentraba al bosque. Las dos mujeres se dirigieron a través del sendero, luego de un kilómetro, se abría un valle iluminado con árboles que formaban un círculo perfecto; en medio de aquel gran valle se encontraba una gran casona de tres pisos. En la entrada de aquella edificación se hallaba una mujer de largo cabello y una piel reluciente. Al llegar a la entrada aquella mujer de largos cabellos llevó a Marlow, aún dentro de la esfera de raíces, hacia una habitación de la casa. Esta levantó sus dos manos y las raíces se fueron desenredando mostrando en su interior a Marlow que se encontraba aún inconsciente. Trasladó a Marlow hacia la cama que se encontraba en la habitación y la cubrió con una manta. Se dirigió a la salida encaminándose hacia el ala oeste de la casa.

-Mi monarca, ya se encuentra aquí. Está inconsciente, Cleo y Andaluz no tuvieron problemas en el traslado. Pude verlo en su mirada, todo quedó devastado. – Dijo entrando a una habitación de grandes ventanales.

-Me lo imaginé Catalina, mi visión fue muy clara. Es ella, esta chica es la descendiente de Rose. En mi visión su poder es descomunal, más allá del mío, más allá del de Tersa o la misma Rose. Su poder es fragmentado. – Dijo Lorei. Su voz era calmada pero firme, era una mujer con una faz tenaz, de largos cabellos, piel oscura y unos ojos verdes esmeralda. Lorei fue la elegida por la antigua monarca Candida como receptora de su puesto y poderes.

-¿Fragmentado? – Preguntó Catalina. Resultaba un poco incoherente no existían poderes o núcleos fragmentados desde hace siglos. Catalina miraba desconcertada a Lorei, entre el desconcierto ella sabía lo que podía significar.

-¡Sí Catalina!, su poder es magia celestial pero también proviene de otro núcleo. Rose nunca quiso decirnos quién fue el padre del bebé que llevaba en su interior y con ninguna de mis visiones pude descubrirlo.

Espectral.Where stories live. Discover now