-¿No te parece un poco estúpido eso de conquistarlo? - murmuro su amiga.
-¡No! - grito asustando a su amiga - Estoy dispuesta a conquistar al chico de mis sueños.
-Si tu lo dices.....
-Ya tu o veras - alzo su puño en modo dramático - Yo Crissalida A...
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Criss le dio un último tirón a la puerta antes de que esta cediera y dejara a Criss entrar a la oficina de Anmelye, dado que la peli verde necesitaba unos papeles que estaban en la misma, pero gran sorpresa se llevo al terminar de abrir la puerta.
-¡Anmelye! – dijo sorprendida - ¿Qué haces aquí?
-Es mi empresa – dijo obvia la chica aunque entendía a lo que Criss se refería – Tengo todo el derecho de venir.
-Si, pero recuerdo que estabas trabajando desde casa.
Cuando Anmelye descubrió que estaba embarazada de su segundo hijo había decidido no cambiar nada en su rutina, al igual que como había hecho con Annie, pero luego de un mes de embarazo el doctor le había recomendado a Anmelye que tomara las cosas con un poco más de calma pues esta se notaba más débil que en su primer embarazo, pero Anmelye algo testaruda como siempre se habia negado y no habia bajado ni un poco el ritmo a su rutina, haciendo que la embarazada superara su límite hasta un punto de desmayarse, luego de dicho suceso Criss y Alessandro le habían prohibido tocar algo con referente al trabajo, cosa que Anmelye no aceptaba pero que se había visto al límite de ceder pues era por su bien.
-Arresto domiciliario querrás decir –murmuro por lo bajo para luego dirigirle una luminosa sonrisa a Criss –Solo vine por unas cosas y me voy, Alessandro ya debe venir por mí.
-¿Y qué tal con tus asistentes? – Dijo Criss pinchando un poco la molestia a Anmelye.
En el arresto domiciliario en el que se habían visto obligados a poner a Anmelye, habían notado luego de tres meses que todo había mejorado y habían decidido ceder un poco en lo referente al trabajo de Anmelye, haciendo un trato en el que se le permitiría trabajar solo desde casa y solo en voz de mando, nada de organizar grandes galas sola, también en el trato venia incluido darle tres asistentes a Anmelye, las mejores organizadoras de la empresa, dado de que si Anmelye necesitaba algo se lo pediría a ellas y no movería ni un dedo, lo que Anmelye no tenía en cuenta era que las tres chicas ya mencionadas debían mantener a Criss y Alessandro informados de el más mínimo movimiento de Anmelye, cosa que molestaba a la susodicha.
-¿Tus niñeras? – dijo la chica con un gruñido en su voz – Están bien, las deje en casa y solo me dejaron porque les dije que Alessandro estaría conmigo.
-Bueno eso es parte de su trabajo – le recordó Anmelye sin mencionar el ligero aumento en su salario por hacer de niñeras, porque, aunque querían a Anmelye, nadie querría cuidar a la testaruda Anmelye Aponte.
-Lo se, no me lo recuerdes – gruño la chica – en algún momento me dan ganas de sacarlas a todas de mi casa y luego recuerdo de que tendría que estar en casa sin hacer nada.
-Que te puedo decir, tu aceptaste el trato – la chica se encogió de hombros.
-Lo sé, solo cometí el error de no leer las letras pequeñas – murmuro algo molesta mientras se acariciaba el vientre - ¿Y cómo vas con mi hermano?
De inmediato Criss se coloco tensa, solo la mención de Ethan colocaba los nervios de la chica de punta, no había hablado con el chico más que por teléfono y era solo por cosas de la gala.
Lo sé, es irónico que por fin obtenga algún indicio de esperanza y sea cuando menos la chica hiciera un intento de algo, pero que se puede decir, Criss no es normal.
-ÉL...Él esta bien...Creo – murmuro la chica mientras retorcía un mechón de su cabello con nerviosismos.
-¿Te gusta mi hermano? – soltó Anmelye directa, así era ella directa y concisa aunque algo tosca a veces, un rosa carmesí invadió las mejillas de Criss – Claro que te gusta, siempre lo eh sabido, desde la primera mirada que le diste a Ethan.
¡Ay nanita ya nos cacharon!
-Yo... - la chica no sabía que decir para objetar lo contrario, mentir no se le daba bien.
-Crissy – la llamo - No le mientas a quien te conoce de hace años, menos si esta embarazada, es enserio, estoy hormonal y quien sabe cómo puedo reaccionar.
La chica no sabía que decir ante tal argumento.
-Yo no sé qué decir.
-No tienes que decir nada – Anmelye se quedo observándola fijamente, Criss temió que estuviera leyendo su almo o algo así – eres buena chica y te eh visto luchar como ninguna, vi como luchaste y luchas por Nick, además de esa incesante e irritante alegría que tienes, creo que le harías bien a Ethan.
>>Esperemos que el idiota de mi hermano se dé cuenta.
Ante dichas palabras la única acción que pudo hacer Criss fue soltar un suspiro de ''Uff...No, nos mataran hoy''.
En ese instante la puerta se abrió de repente y Criss temió que fuera Ethan y hubiera escuchado todo, el alma le volvió al cuerpo cuando pudo notar que era Alessandro envuelto en uno de sus muy acostumbrados trajes italianos, venia de la oficina al parecer.
¡Dios no, nos pueden hacer esto! Nos vendremos muriendo un día de estos por tantos sustos.
-Hola Alessandro – saludo Criss.
-Hola Crissy – observo a Anmelye y con ese brillo de amor característico en el le dijo – Amor es hora de irnos, la pizza nos espera en el restaurante.
Anmelye dio un pequeño brinco de felicidad y luego le dirigió la mirada a Criss, dio unos pasos y coloco su calida mano en la mejilla de Criss.
-Adios Crissy – masajeo un poco la mejilla – Tranquila mi hermano no es tan idiota, lo eduque bien.
>>Y si llegara a ser más idiota de lo que yo creo, prometo darle una paliza que no olvidara hasta ser muy viejo – dicho eso dio leve palmaditas y se alejo de Criss dirigiéndose feliz hacia su esposo, quien la dirigía a comer la pizza de hongos y anchoas que tanto se le antojaba.
