03 | Confianza.

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03 | Confianza

A Himiko le gustaban las personas heridas. 

Y Dabi estaba roto hasta la médula.

💫

Escapar se había vuelto el único propósito que la mantenía en una completa cordura, la tortura insaciable de querer conocer algo más allá de mentiras la había excitado de manera formidable.  El hecho de curiosear a través de sus propias sensaciones era mucho más apreciable que escuchar desinteresadas conversaciones entre aquellas personas que se hacían llamar sus amigos.

Le gustaba jugar con la fragilidad de las personas, pero ésa que alguna vez fue su actividad preferida del día, se convirtió en una monotonía carente de diversión; puesto que la plasticidad inquebrantable había logrado devastar el corazón de la mayoría de sus compañeros. Quedando ella en una entera soledad despreciable.

Se había jurado lealtad fingida, queriendo recuperar pedazos frágiles de la hipócrita historia que había escrito junto a esos desconocidos que proclamaban su fiel amistad. Y cuando decidió abandonar aquel falso Jardín del Edén, lo hizo, recolectó la emoción artificial que percibió  en ausencia de él.

Las razones fueron pocas, pero decidió lanzarse al tórrido infierno sólo para poder estimar la armadura indestructible de un misterio andante.

Puesto que Dabi era eso, un misterio intrigante que lograba que todos sus músculos se tensasen ante su mínima presencia.

No era el calor abrasador de su mirada, ni mucho menos su gélido —irónico—tratar el que la atrapó cuan mariposa necesitada. Claro que no, sólo fueron las cicatrices de papel de una persona corrupta a flor de piel. Porque el muchacho azabache parecía disfrutar de la brisa rejuvenecida que le enfriaba las heridas y calmaba el apático pensamiento de arrasar a todos aquellos que le dañaron permanentemente.

Y eso a Toga le maravillaba.

Su frialdad ignorante no había sido un obstáculo en su ilegible comunicación, donde las imprecisas palabras se transformaban en miradas detallistas y lo único incoherente era el constante desanimo que compartía el joven.

La rubia no lo entendía y creía jamás comprender qué sucedía por esa ruidosa mente, que parecía tragar todo razonamiento indefinido. Tampoco iba a conocer los motivos esenciales por los que él insistía en aparecer de noche, cuando la luna trataba de no volverse opaca y ella intentaba no quebrar la prudencia sensata que poseía.

Ya que contemplarlo allí, con sus inestables modales y sus vagos empeños de lograr una sonrisa clarividente la exaltaba de sobremanera. Aunque él nunca ha poseído la inigualable habilidad de Toga, la hipocresía detestable le pertenecía, y nadie podría arrebatar aquello con lo que ha crecido; su único recuerdo de felicidad alocada.

Dabi podía tener las emociones más sensibles que ella tanto añoraba, pero nunca lograría robar esos ínfimos trozos de lágrimas invencibles que la han acompañado toda la vida.

Ellos nunca han compartido historias aunque han pasado semanas en una nítida compañía. Por lo que, la ambigua sorpresa que solapó el rostro del chico, sólo lograba cautivar aún más a la pobre rubia; quien sintió un cuidadoso temblor en sus intrigantes entrañas. Se le removió el corazón y la sensación no terminó de molestarle, dado que él ha tomado la palabra.

— ¿Estás hablando en serio? 

Quizás ésa no era la respuesta esperanzadora que ella tanto deseaba, pero no le importaba, en aquel momento todo carecía de importancia, lo único estrictamente necesario era mantener el control de sus imprudentes emociones.

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⏰ Last updated: Nov 01, 2018 ⏰

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Emoción | DabiTogaWhere stories live. Discover now