Sabio

Capítulo 70: Nubes VIII

Digi no es dueño de Naruto, pero no hubo un nuevo capítulo hoy, así que se quedó sin cosas que decir aquí; así que, sí ... historia

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Sabio

"Ahora veo que las circunstancias de nuestro nacimiento son irrelevantes. Es lo que haces con el don de la vida lo que determina quién eres". - Mewtwo

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Naruto gimió con irritación mientras aplastaba a otra de las repugnantes serpientes carnosas debajo de su sandalia. Tuvo el disgusto de ver que lo que él creía que era el cuerpo inconsciente de Kusuna se disolvió en un pequeño nido de cosas retorcidas y retorcidas. Con otro suspiro, limpió casualmente su sandalia contra el suelo polvoriento, tratando de quitar los pedacitos de criaturas púrpuras de su talón mientras miraba alrededor del bosque. No podía sentir a nadie más en las inmediaciones, por lo que sabía que Kusuna había despegado en algún momento de la pelea; o él no había estado allí en absoluto. Simplemente fue desafortunado que con todo el Chakra oscuro en el cuerpo del Shinobi no pudiera distinguir al clon del original.

"Hombre que odio a los clones". Naruto se detuvo ante eso, sintiendo como si hubiera dicho algo intrínsecamente hipócrita, pero no pudo por su vida entender por qué. Sacudió la cabeza mientras caminaba desde el claro, sin mirar hacia atrás a los aplastados restos de las serpientes venenosas. Unos cuantos saltos borrosos más tarde y él había alcanzado la rama de árbol en la que había dejado a Shion; por desgracia, la sacerdotisa de pelo rubio pálido no estaba a la vista. Naruto solo se pasó la mano por el pelo mientras miraba a su alrededor, suspirando con irritación; ¿Mataría a la chica seguir instrucciones?

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Shion tropezó de nuevo cuando sus pies se enredaron en los arbustos bajos y colocaron las raíces torpemente que cubrían el suelo del bosque. Ella no era tonta; no estaba esperando a que la atraparan en el inevitable fuego cruzado que siempre había oído estallar entre las personas que usaban Chakra. Sin embargo, a medida que su ropa seguía siendo atrapada por ramas bajas y ramitas irritantes, comenzó a arrepentirse de haberse separado de Naruto. Hizo una pausa y se detuvo en una zona particularmente densa del bosque, donde solo unos pocos rayos de luz del sol penetraron patéticamente.

"¿UM Hola?" Miró a su alrededor, con la esperanza de ver una cara familiar borrosa en existencia cerca; diablos, incluso Tayuya sería un espectáculo bienvenido en este momento. "¿Monje?" Su cabeza se giró cuando escuchó un ligero crujido detrás de ella, solo girándose a tiempo para ver los arbustos asentarse. Del viento? Sí, se convenció a sí misma de que tenía que ser solo el viento, estaba dejando que la oscuridad y el aislamiento la afectaran. Era una orgullosa sacerdotisa de Oni no Kuni, no debería dejar pequeñas cosas como ...

"¡AHH!" Su grito resonó alrededor del área cuando una mano de repente se posó en su hombro, causando que girara y naturalmente atacara al perpetrador. Sin embargo, se sorprendió cuando su muñeca fue atrapada fácilmente en un agarre firme, sus ojos se abrieron y comenzó a llenarse de lágrimas. "Taruho!" El joven le sonrió agradablemente cuando ella corrió hacia adelante, enterrando su cara en su pecho. El hombre solo sonrió gentilmente mientras devolvía el abrazo, lentamente envolviendo sus brazos alrededor de su pequeño cuerpo. La joven sacerdotisa nunca vio las delgadas serpientes púrpuras que emergían de las mangas del hombre, volviendo lentamente hacia atrás con sus colmillos colgando.

"Shion-sama!" Del mismo modo, las pequeñas serpientes carnosas nunca vieron el destello de la hoja que separaba sus cabezas de sus cuerpos. La sacerdotisa miró a su alrededor en estado de shock cuando sintió que la hoja pasaba por su cabello, empujando fuera del Taruho que la sostenía mientras otra entraba en el claro.