Capítulo 3.

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Chanyeol observa una vez más como su esposo limpia sus lágrimas. Luego fija su vista en el detective sentado frente a ellos.- Lo siento.- habla.- Luhan es nuestro mundo y somos muy unidos a pesar de mi trabajo y de que él sea un adolescente.

-Descuide.- comenta el detective Do.

-Ya pasaron dos días, ¿por qué no tengo a mi hijo de vuelta?.- pregunta Baekhyun un poco más tranquilo pero con lágrimas aún bajando por sus mejillas.

-Hacemos lo posible, Señor Park...

-¡NO!.- grita Baekhyun.- ¡NO ESTÁN HACIENDO NADA MÁS QUE INTERROGARNOS! ¡NO ESTÁN BUSCANDO A MI BEBÉ!

Chanyeol abraza a su esposo tratando de consolarlo. Él también se sentía desesperado y estaba cansado de las preguntas pero entendía que estas eran necesarias para tratar de atar cabos y saber quien es el sujeto que les esta haciendo esto. Además debía mantenerse fuerte, Baekhyun siempre fue muy sentimental y él su roca. Estaba sufriendo mucho por no tener a su hermoso hijo con ellos, solo que llevaba su sufrimiento internamente.

Con los brazos alrededor de Baekhyun y con la cabeza de este en su pecho miró al detective.- ¿Hay alguna pista?

-Sabemos que muy pocos de su entorno estaban enterados de la existencia de Luhan.- Chanyeol asintió.- ¿Alguien que quiera hacerle daño podría haber revelado esta información?

-Bueno, como empresario tengo mucha competencia. Darte un solo nombre no está en posibilidades.- el detective asiente.

-Quiero que me de la lista de personas que cree usted lo han traicionado y de sus enemigos.- dice extendiendole un papel y lapicero.- Así sienta que hay una pequeña pizca de duda, anote el nombre.

**************

Jongdae seguía mirando la pizarra con las pistas que tenían sobre este caso. Jamás en diez años como detective había visto una pizarra tan vacía y un caso tan interesante.

Los dos hombres más poderosos de Corea ocultaban de sus vidas la existencia de sus hijos pero los dejaban vivir con libertad, jamás habían asistido a un evento de caridad o un discurso.

Mientras tanto Suho se encontraba leyendo las declaraciones de los mejores amigos de ambos chicos. Él seguía insistiendo en que había algo en ambos, algo que tenían en común, que llamó la atención del sujeto. Tenía una corazonada de que esto se trataba de un psicópata y no de un sujeto que buscaba dañar a los hombres de negocios. Solo que no encontraba las pistas necesarias para confirmar su sospecha.

Suspira al mismo tiempo que Jongdae.- Vaya caso.

-Lo sé.- concuerda. Se sienta frente a su jefe y vuelve a mirar la pizarra.- ¿Te has dado cuenta que ambos son parecidos?

-Si, sus personalidades son similares.- contesta Suho mirando un mapa dentro de los expedientes.

-A parte de eso...

-¿Qué quieres decir?.- pregunta mirando por fin a su compañero.

-Físicamente son muy parecidos.

-Se más claro, Kim.- dijo Suho.- porque no creo que lo sean. Uno es más alto, el otro tiene el rostro más fino... -. Jongdae lo miró con obviedad pero Suho no lo entendia.

-Por eso aún no estás casado.- bromeó Jongdae.- Ambos son hermosos. Chicos guapos. Chicos que si o si deben tener muchos corazones detrás de ellos.

Suho lo fulminó con la mirada. Su solteria era un tema sencible.- ¿Y eso es relevante?

-Lo es.- respondió Kyungsoo. Ambos miraron al recién llegado.- No me había dado cuenta de eso hasta que lo has mencionado Kim Jongdae. Al fin tu lado observador/playboy aporta algo para una investigación.- Suho sonrió entre dientes mientras Jongdae los miraba ofendido y antes de que pueda refutar, el detective Do continuó.- Esto nos indica que el ignoto puede que no se sienta muy seguro de su apariencia. Que sienta celos o que esté obsesionado con ambos. En una especie de "crush".

-Eso probaría que si es un psicópata.- añadió Suho.

-Si.

-De nada.-  sonrió Jongdae.

-Kim, Do.- habló Suho mientras se ponía en pie.- Quiero que vayan a las escenas y revisen las cámaras de vigilancia de toda la semana. Busquen a un hombre que se muestre inseguro de establecer contacto visual o que llamó mucho la atención de los demás.

-Espera.- pidió Jongdae.- ¿Cómo estás seguro de que encontraremos algo?

-Eran lugares que las victimas frecuentaban por ende el ignoto debió estar por ahí.- Suho le dió los expedientes.- Recuerda que él los seguía.

Jongdae odiaba cuando su hermano hacía cosas así. Él había leido los expedientes pero no estaba muy seguro de que realmente el ignoto se haya dejado ver. Sin tomar las carpetas, dió media vuelta y se fue.

-Tengo la lista de posibles amenazas de la familia Park.- dijo Do olvidando el momento de tensión entre su jefe y compañero.- Y el vicepresidente es blanco de cualquiera, por ende la lista es infinita. Hasta él mismo sabe que es imposible darnos un nombre.

-¿Les preguntaste porqué ninguno de los dos jovenes tenían guardaespaldas?

-Si, y ambos me dijeron lo mismo que los amigos.- dejó los papeles en el escritorio.- No querían llamar la atención, solo querían ser lo más normales posible.

Suho volvió a suspirar. Al menos tenían algo para comenzar el perfíl del ignoto.

-Ve.- Do obedeció y pronto se encontraba solo con esa pizarra tan vacia y sin más pistas que lo único que le quedaba era rogar porque encuentren algo en las cámaras de vigilancia.

***************

Chanyeol se acercó a la pareja que salía de una habitación. Realizó una gran reverencia en cuanto tuvo al vicepresidente delante de él, Kris extendió su mano y Chanyeol hizo lo mismo.- Lamento que nos veamos en una situación así.

-Igual yo, vicepresidente.- Kris levantó una mano.

-Dime Kris.- pidió soltando el apretón de manos.- Estamos fuera del trabajo y en una situación lamentable. Estamos juntos en esto, no tengamos formalidades.

-Está bien.- Baekhyun se acercó al lado de su esposo.- Es mi esposo, Park Baekhyun. Amor, es el vicepresidente Oh kris.

-Es un honor conocerlo, señor.- dijo Baek.

-Este es mi esposo, Oh Yixing...

Suho miraba atentamente el momento de presentación entre ambas parejas. Mientras Park y Oh hablaban de su ultimo encuentro, los esposos de estos se mostraban las fotos de sus hijos. Ambos con lágrimas cayendo por sus mejillas.
Al percatarse de eso, sus respectivos esposos van a sus lados para consolarlos. Oye como los cuatro dicen los mejores calificativos sobre sus propios hijos, intercambian más historias de orgullo y se quedan así por horas.

Con un suspiro, Suho se sienta en su despacho. Escuchar sobre sus víctimas le ha dejado un mal sabor en la boca.

Era la primera vez que en sus quince años de servicio le asignaban un caso donde involucraban a menores de edad. Si bien estos chicos no eran unos niños, aún tenían 16 y 17 años. Dios, si él no los encontraba, jamás se lo perdonaría.

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Disculpen la tardanza!

Secuestrados. (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora