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>especial de halloween<

❝Sería una falacia sí dijera que redactar esta carta es sencillo. Seguramente habrá borrones y manchas de tinta por doquier. Discúlpenme. Aún no encuentro las palabras correctas para narrar un suceso como éste.

Mi mente estaba hecha un huracan que arrasaba mi estabilidad mental con las más extrañas ideas.

Drogas, acoso escolar, abuso, alcoholismo... ¿O sería una etapa?

Lo que era cierto es que la cafeína en mi sistema aumentaba en cantidad a la par de mis nervios; agudos y alterados. Mi preocupación crecía mientras seguía dando vueltas por el pasillo. No podía encontrar una razón para su comportamiento, mi cabeza era un terrible nudo de estambre y el miedo era el felino que encajaba sus garras en él.

Pero en ningún momento cruzó por mi mente algo tan terrible...

Después del violento suceso, toqué la puerta color carmín incontables veces, pero nunca nadie atendió a mi llamado.

"TaeTae, en verdad lo lamento. Yo sólo estoy preocupado... Por favor, abre la puerta. Hablemos, bebé"

Pegue mi frente al barniz frío de la puerta, cerré los ojos y dejé de golpear la puerta. Él no va a abrirme, ¿Cierto?

El sonido del pestillo siendo retirado resonó por el pasillo y me hizo abrir los ojos. El rechinido de la puerta me hizo dar marcha atrás. Ahí estaba Taehyung, aún con la capucha puesta y la cabeza hacia abajo. Pude apreciar sus bonitos labios rosas abultados sutilmente. Intentaba mirarme pero sus ojos parecían tener una batalla entre hacerlo o no, vi sus manos juntarse y pasar su lengua por el labio inferior antes de abrir la boca para hablar. Mi corazón estaba aleteando como las alas de un colibrí, él quería decirme algo y yo me quedé callado esperando.

"Tengo hambre..."

El aire salió de mis pulmones, parpadee repetidas veces confundido y me acerqué un poco más, por sí no había oído bien. Mi hermano me miró con esos bellos ojos de cordero que solía hacer cuando quería algo, y que por cierto son mi preciosa debilidad. Pero también noté timidez, lo cual es atípico de él hacia mi.

Suspiré una vez más porque no importaba, él había salido y ha hablado, eso es lo que importa. Una sonrisa robó la expresión de sorpresa de mi rostro. No intenté acercarme más a él, quería darle su espacio y actuar lento, no quería alterarlo de nuevo.

"Oh, si, claro. Te preparé tu comida favorita para la cena. ¿Qué dices? Ven conmigo, dejaré que lamas la cuchara"

Reí nerviosamente, dí media vuelta lentamente, no quería perderlo de vista, él aún luchaba contra su timidez. Comencé a caminar por el pasillo hasta llegar a las escaleras, sus pasos tras de mi sólo lograron que mi pecho ardiera por el confort.

Tiempo después el turquesa del cielo había desaparecido para dar la bienvenida a un intenso y bonito prusia. Pero mis ojos sólo podían mirar al hermoso chico sentado a un costado de mi. Taehyung estaba comiendo en silencio; airoso y concentrado en cada trozo que llevaba a su boca. Lo observé tan detalladamente que me dí cuenta que antes de meter a su boca, la punta de su lengua se encargaba de acariciar la comida. Las delicadas facciones de mi hermano ahora parecían suaves y relajadas. Él lucía sereno pese a su seriedad.

"Pequeño..."

Lo llamé sosegado.

"Perdón por haber tomado tus cosas sin permiso, lo siento..."

Su mandíbula dejó de moverse tan sólo, pero mi mente tomó eso como una señal de que él está escuchándome.

"Lo que quiero decir, Tae, es que... Está bien si te gusta alguien, sabes que amo lo que te haga sentir bien. Mi amor, de verdad está bien, no importa lo que sea, estoy aquí contigo"

Sus hermosos ojos zafiro chocaron con los míos color miel, así como las olas chocan contra la arena y entonces la espuma fueron sus dedos que con parsimonia arroparon mi piel.

Me había tomado la mano y sin decir nada, se acercó hasta unir su mejilla con mi mano, guiada de la suya. Mi respiración se reguló y era como si todo hubiese vuelto a la normalidad. Acaricié su piel fría y él me miró sin mover un solo músculo. Le sonreí.

Perdón por no haberme dado cuenta al mirar tus pupilas.

El sonido del timbre hizo que mis dedos pararan con la danza que mi pulgar daba sobre su piel.

"Sigue comiendo, dulzura"

Me puse de pie. Caminé hacia la puerta para abrirla, mis dedos aún hormigueaban por el contacto.
Miré a un peculiar chico alto detrás de la reja del jardín. Chanyeol me saludó con un divertido agitado de mano y un bonito camanance apareciendo en una de sus mejillas.
Crucé el pequeño camino de piedra rodeado de pequeñas macetas.

Chanyeol me saludó tan amable como siempre, incluso mantuvimos una pequeña conversación antes de invitarlo a cenar. Él acepta encantado pese a que noté la duda dentro de sus ojos.

Cuando entramos a mi hogar la expresión de mi hermano cambia ligeramente. Chanyeol lo saluda, implementando la misma táctica que yo; dándole su espacio y cuidando sus palabras.

La cena avanza con una nube de incomodidad sobre nuestras cabezas. Incluso siento tragar un pedazo de incomodidad entre mi comida. Ninguno de los tres dice nada pero puedo notar las fugaces miradas que Chanyeol le da a Taehyung, y este, totalmente indiferente.

"Y... ¿Qué tal las clases? Oí que harán una exhibición de arte."

Intenté aspirar la tensión, estaba ahogandome como en un vaso lleno de agua.

"Si, yo estoy trabajando en algunas pinturas, son retratos en realidad. La temática es poesía"

Habló Chanyeol, con el mismo deseo de salir de ese vaso medio lleno, gritando por todos sus poros.

"Muy interesante. ¿En qué trabajarás tú, TaeTae? ¿También en pintura?"

Mi hermano se tensó en la silla y miró con intensidad lo que sobraba de su cena. Sus labios se movieron en una mueca, teniendo a dos pares de ojos sobre él, impaciente y necesitados de una respuesta.

Sus labios nunca llegaron a desprenderse uno del otro, eso me hizo sentir un clavo enorme ser martillado en mi pecho a causa de la ausencia de voz. Porque él negó con la cabeza sutilmente, nada más.

No obstante, y cuando menos los esperaba, noté tensión en los ojos dilatados de mi hermano, ahora estaba alerta, como un gato al sentir a su amo alrededor pero Taehyung no nos miraba a nosotros.

Él miraba detrás de mi.


Continuará...

sinematic  ִֶָ  yoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora